La puerta estaba cerrada con llave, pero todavía estaba nerviosa. Demasiado a decir verdad. En exactamente 3 minutos Viviana, la sirvienta tocaría el timbre. Yo todavía estaba con el uniforme lleno de sangre y mi cabello rubio pintado todo con el líquido rojo. Así que con rapidez, me dirigí hacia el baño cerrando la puerta detrás de mí. Temblando abrí la canilla de la tina, luego agarré un tapón y lo coloqué en la rejilla. Las partes de mi uniforme me las quité impaciente porque ya se quiten de mí. Al meterme en la bañera inmediatamente el agua transparente se tiñó de bordo, abrí la ducha. Mis manos se movían rápido para poder quitar toda la sangre de mi pelo. Minutos después, el timbre resonó por toda la casa, no podía creer con la rapidez con la que me había "bañado", yo ya me encontraba con la bata dispuesta a bajar las escaleras para poder abrirle la puerta a la sirvienta. Al llegar, la dejé pasar. Pero ella me miró extrañada. No la culpo, mi actitud estaba muy rara y nerviosa.
-Bueno señorita, comenzaré por la habitación de tu padre que por una rara razón siempre es la que está desordenada.-Trató de subir las escaleras, pero mi brazo la impidió ya que le agarré el suyo.
-¡NO! digo, no, no puedes entrar allí.-Dije con la voz un poco tartamuda.
-¿Por qué no?-Preguntó mientras me miraba de arriba a abajo, claramente, confundida.
-Mi papá ha dicho que no entrase nadie allí. No me ha dicho el motivo, pero no lo desobedeceré, ni tú tampoco.-Viviana asintió obediente, y comenzó a barrer la sala de estar.
Tenía pensado ir hacia mi habitación, pero de repente recordé que había dejado mi ropa y mis zapatos en el baño, todavía sucios. Me escabullí sin llamar mucho la atención de la sirvienta para luego ir por mi ropa y llevarla al lavarropas.
(...)
Pasaron dos horas del homicidio que he causado, lo pensé varias veces, pero no me arrepiento de nada. Se lo merecía, era una zorra y una mala madre. No solo después de la pelea entre ella y papá, desde antes ya lo era. Nunca me prestaba atención, ni a mí, ni a Cynthia. Nos dejaba de lado, concentrándose más en las revistas de moda o yendo a la peluquería, mirando la televisión, todo todo menos hablar con nosotras o llevarnos a la escuela. Papá era todo lo contrario. Él parecía más una madre que ella. La odié toda mi vida, y muerta también. En fin, papá todavía no ha llegado del trabajo, y en diez minutos llegaría. Siempre ha sido y será puntual.
Esos diez minutos pasaron, el ruido de las llaves se hizo presente, como siempre. Había estado pensando todo el día del cómo contarle, con qué palabras explicarle que su esposa y mi madre estaba muerta. No podía decirle "Hola padre, he matado a mamá y a su amante, los dos están en tu cama." Para nada le diría algo así. Él entró, pero no solo.
Una mujer pelirroja de unos 20 o 25 años inclusive, estaba agarrada de su brazo. Los miré extrañada. ¿Qué hace esa mujer con mi padre?
-Hola Olivia, ella es Bonnie, mi compañera de trabajo.-Se soltó de él para poder tomar mi mano y saludarme.
-Soy Bonnie, encantada.-Me sonrió. Era muy hermosa. Sus mejillas estaban ruborizadas, mucho colorete. Sus ojos eran azul zafiro, un color verdaderamente hermoso, como ella lo era. Pero no entiendo cómo es que hay algo en ella que no me da buena espina.
-Igualmente.-Murmuré mientras miraba a papá, lanzando una mirada como pidiéndole explicaciones.-¿Qué haces aquí?
-Oh, tu padre me ha invitado a cenar. ¿Verdad Harry?-Le mostró una sonrisa. ¿Seductora?
-Sí. ¡Viviana!-Llamó a la sirvienta, ella rápidamente vino.
-Buenas noches señor Styles, ¿qué necesita?-Preguntó

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Cry Baby
أدب الهواةLa historia se trata de Olivia, una chica de 15 años pero de una mentalidad como 13, es tímida y es una característica que no puede dejar desde hace años. Ella no es el problema, el problema es su celoso y protector padre. Si se le llegara a acerca...