Habían pasado ya 32 minutos desde que la fiesta había terminado, y sólo quedábamos yo y mi diario amado.
Mi mamá aún no llegaba por mi. Ella suele ser muy impuntual, aún no puedo creer que yo sea su hija. Yo intento llegar a tiempo siempre, ni un minuto tarde.
Por fin, llegó mi papá por mí.
—¿Y mamá? —le pregunté de mala gana subiendome a la camioneta.
—No pudo venir—dijo—me pidió que te llevara.
¿Desde cuando mi mamá está ocupada? Se la pasa todo el día en mi casa, ¿que tenía que hacer esta vez?
Me quedé callada durante todo el camino, mientras sonaba una canción del siglo pasado que había puesto mi papá.
Tenía un poco de frío. Traía puesto un vestido blanco que me llegaba hasta las rodillas. El viento que se colaba por la ventana lo levantaba ligeramente, y revolvía mi cabello.
Llegamos a casa.
Era ya un poco tarde. Lo único que quería era llegar a mi casa a leer o ver alguna película.
Toqué a la puerta.
Mi hermana Alexa de 6 años abrió. De adentro se escuchaba música, y en la sala estaba una niña más o menos de la edad de Alexa. Seguro era su amiga.
—¡Mamá! Ya llegó Charlie. —gritó a mi mamá.
—Dile que pase —grito desde la cocina.
Pasé. Volteé al frente y estaba la niña con mi hermana. Volteé hacia un lado y había una mujer quien seguramente era la madre de la niña. Volteé al otro lado y...
—¡Globo de harina! —gritó una voz de chico, arrojándome a la cara un maldito globo, pues, de harina.
—¿Qué te pasa? —le dije enojada amenazándolo con mi puño, pero no me atreví a pegarle porque
1 Acababa de conocer al muchacho y
2 Su familia estaba ahí.
—¡No me pegues por favor! —me dijo algo asustado agachándose —bueno en mi defensa... fue idea de tu hermana.
Me quité la harina de los ojos.
—Esa mocosa —dije entre dientes —mejor subo a mi cuarto —solté en un suspiro.
Estaba realmente molesta.
De por si me había ido mal en la fiesta, y llego a mi casa y un idiota, su hermana y su mamá se encuentran ahí.
Cuando subí, iba a entrar a mi cuarto, pero la puerta estaba cerrada con seguro.
—Demonios. —murmuré.
Por suerte, el cuarto de mi hermana y el mío están conectados por el cuarto de baño, así que entré por ahí.
Abrí la puerta y...
—¡¿Pero que?!—dije furiosa al ver que en mi cuarto habían vasos de plástico por todos lados, juguetes regados y agua tirada.
Ok, que invadieran mi casa era algo.
Pero que invadieran mi cuarto... Oh, eso si que no.
—A ver Charlie, cálmate —me dije a mi misma.
Respiré profundo un par de veces.
Me cambié y me puse un pantalón de mezclilla, una blusa y mis Converse. Ya no aguantaba ni un segundo más el vestido.
Cuando creí estar psicológicamente preparada, bajé a comer algo.
Me moría de hambre, en la fiesta que había ido habían dado sandwiches de atún. ¡Si! ¡Señoras y señores! SANDWICHES DE ATÚN. ¿Pero en que cabeza cabe...? ¡Ay olvídenlo!
Bajé las escaleras rogando que ya se hubieran ido.
Rogar no sirvió de mucho. Ahí seguían todos. La harina que alguna vez estuvo dentro de ese globo aún estaba regada en el suelo.
Tomé mi teléfono que estaba en una mesita y lo encendí.
—Charlie, ¿donde están tus modales? Saluda a Olivia por favor. —Seguro Olivia era la mamá del chico Globo de Harina y de la niña.
—Hola —la saludé sonriendo (o intentando hacerlo) —soy Charlie.
—Lo sé querida... Chase me ha contado mucho sobre ti —¿Chase? ¿pero quien rayos es Chase? Nunca había oído hablar de él. O espera ¿no era el chico que jugaba soccer con Sebas?
Sebas es mi mejor amigo desde que entré a la escuela. Es realmente el mejor del universo.
Volteé a ver al tal Chase. Estaba en la sala de TV. Se veía bastante aburrido.
—Ehh, creo que iré a ver si Chase quiere hacer algo —Le dije a Olivia.
—Claro —me dijo sonriente.
Fui con Chase.
—Hola —le dije— ¿puedo sentarme?— oh, por supuesto que podía sentarme, era mi casa, pero ¡hay que ser educados!
—Claro —me dijo.
Me senté al lado de él y puse las manos sobre mis rodillas.
—Así que... ¿Chase, cierto?
Asintió.
—Oye, perdón por lo de hace rato. Lo del globo y eso. —se disculpó.
—Oh, no te preocupes —le dije. Si claro no te preocupes, sólo arruinaste mi vestido.
—Te he visto en la escuela, eres la mejor amiga de Sebastián ¿cierto? —preguntó.
—Si, lo soy.
Un silencio incomodo se coló en la habitación.
—¡Charlie! ¿quieren jugar a las escondidas? —chilló Alexa rompiendo el “hermoso” silencio.
—Ehh, nunca fui fan de las escondidas. —dije.
—Si, eso es para niños pequeños. —dijo Chase.
—Pero, tal vez sea divertido si jugamos afuera. —sugerí.
—Si, afuera será mejor ya que esta oscuro y es más difícil. —dijo Chase.
Reí al ver que Chase sólo estaba de acuerdo conmigo.
Salimos a jugar.
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Ta taaan! La primera parte de mi historia. Espero que les guste!Pd. Pido disculpas a los fans de los sandwiches de atún...
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Un Amor No Planeado
Romance"A veces, terminas enamorándote de la persona que menos piensas". Charlie, una chica de apenas 10 años que no cree en él amor, y mucho menos que ella pueda sentirlo a tan corta edad, conoce a un chico llamado Chase. Todos afirman que Chase quiere a...