5. Recuerdo de un corazón roto.

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Se terminó el año escolar y yo apenas y hablaba con Chase porque

1 Raquelle están siempre conmigo y

2 Cada vez que lo saludaba, el chico se ponía tan rojo como un tomate..

Llegaron las vacaciones y yo iba al club con Sebas y Scott.

Un día después de nuestra clase de tenis, Scott me preguntó:

—¿Te cae bien Chase?

Pensé. Claro que me caía bien, pero no lo sé, no era tanto así que yo quisiera ser su amiga ni nada por el estilo.

—Sip... ¿por?

—Es que le gustas... —dijo Sebas.

—¡Te ama Charlie! —me dijo Scott.

Puse los ojos en blanco.

—¡Dios! ¡No puedo gustarle! Y mucho menos que me ame... —dije.

—Pero no habla más que de ti... de tu hermoso cabello, tus lindos y grandes ojos y...

—¡Ya basta! —interrumpí a Sebas —no tengo tiempo para pensar en chicos, y mucho menos en Chase...

Me sentía mal por no poder corresponderle a Chase, y no me gustaba que me recordaran que le “rompí el corazón ”.

Me fui de ahí tomando mis cosas, y me dirigí a la salida.

Seguro ustedes creen que soy un tanto cruel con Chase por creer que sólo es otro chico y no querer oír hablar de él. Pero la verdad hay una razón.

Esta es la razón...

Flashback 2 meses atrás.

Estaba sentada afuera de la cancha de soccer, entonces venía un chico llamado Jason.

Unos días atrás, Jason me pidió ser su novia, pero yo aún no le respondía, ya que tenía miedo porque sería mi primer novio.

Y lo que pasaba era que Jason me gustaba. Mucho. Y además lo quería.

Dispuesta a decirle mi respuesta afirmativa a Jase, me levanté de la banca en donde estaba, pero Jason pasó sin apenas mirarme.

Se dirigió hacia otra Chica a quien abrazó y luego la tomó de la mano. A continuación, Jason giró la cabeza hacia atrás para verme. En su rostro no se veía ni una sola gota de culpa o preocupación. Sólo se fue.

Fin flashback.

Recordando el terrible recuerdo de un corazón roto (para una chica de once años era mucho) las lágrimas comenzaron a amontonarse en mis ojos sin que yo les diera permiso.

Camine un poco más rápido y me tapé los ojos con la mano para que nadie notará que estaba llorando.

Camine.

Y caminé.

Y caminé.

Y ¡ouch!

Choqué con alguien.

—¡Perdón en serio Charlie! ¿estás bien?

—Si, no, digo si estoy bien —dije limpiándome las lágrimas. Quien quiera que fuera no quería que me viera llorar. Levanté la vista —¿Chase?

—Charlie... en serio te juro que fue un accidente de verdad. Yo... —dijo Chase nervioso.

—No, no te preocupes está todo bien —dije frotandome los ojos.

—¿Estas... estas llorando? ¿te dolió mucho? —Chase seguía preocupado. Me gustaba que se preocupara por mí.

—No, No, es por eso es por otra cosa —sentía que las lágrimas estaban a punto de brotar. Dios, me sentí una completa chillona —mejor me voy —y me fui caminando rápido.

—¡Espera, Charlie! —escuche cuando ya estaba algo lejos. Pero no me detuve, y eso fue un completo error.

Y eso fue lo último que escuché que viniera de él.

Porque no volví a verlo entonces.

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Scott y Sebas en multimedia.

Un Amor No PlaneadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora