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Zayn le llamo a eso de las 4 de la mañana, su voz sonaba cansada por lo que hablaron no más de quince minutos para despedirse con un 'buenas noches' y finalizar la llamada.

Siguió llamando al día siguiente y al siguiente, hasta que Niall insistió en que no se preocupara tanto, pues la idea de no ir con el moreno era que cada uno de ellos pudiera tener un momento para sí, sin la extrema necesidad del otro.

No lo malinterpreten, pero a nadie le gusta que su celular suene cada cinco minutos, era atosigante. Nunca había necesitado a nadie, y de cierta forma le agrada que permanezca así. Depender de la compañía de alguien le parecía un tanto -muy- aterrador, y claramente eso no estaba en sus planes, aún si la única persona que podría llegar a necesitar fuera Zayn. Porque el chico era la mejor cosa que había tenido en su vida. O la única cosa buena... Niall no estaba muy seguro de la diferencia.

(...)

Dio una calada a su cigarrillo mientras veía a Cian llegar con su típica actitud alegre y seductora. Rodó los ojos con fastidio cuando este le sonrió, a la vez expulso el humo por la nariz.

La presencia del ojiverde le resultaba realmente molesta, pero, era la única compañía que tenía en esos instantes y no parecía afectarle su falta de alegría. Así que estaba bien al respecto. Pues no le importaba pegarle su pesimismo a Cian, como si se tratara de una enfermedad.

Además de que tenía una forma muy... curiosa de ver al amor; como algo inexistente que solo causaría problemas, falso, aburrido y barato. Algo así como el teatro, en palabras exactas de Cian.

Es como un guion que se repite una y otra vez.

Ideas un poco desesperanzadoras para la personalidad tan jovial que mostraba el pelinegro.

—Hola, cielo —le tendió una cerveza que el rubio acepto con un bufido de por medio.

—¿Qué te dije de llamarme cielo?

— Nada en realidad, sólo me miras con cara de pocos amigos, pero ¡oh, espera! esa cara la tienes siempre. En serio, Horan, estoy empezando a creer que no tienes alma.

Niall sonrió levemente.

—Quizá no la tengo.

—Uh, detente ahí chico muerto —tomo un largo trago de su bebida—. Me abrumas con tanta negatividad y eso que la noche está comenzando. Sólo falta que llueva y llores contemplando el ventanal. ¿Por qué no hablamos de Zayn? No he escuchado tu celular desde que entre, un nuevo récord, por cierto.

Se encogió de hombros, ya que él tampoco sabía la razón por la cual su novio no le llamaba aún.

—Debe estar ocupado.

—Sí, seguro, eso me dijo Louis y mira donde estoy ahora —alzó su tercera lata de cerveza, mostrando su punto. Niall volvió a rodar los ojos.

—No todos los chicos son como Louis.

—Hm —Cian asintió sin hacerle caso realmente— ¿Qué hay de Luke? Él también me dejo por un ojiverde, supongo que mis ojos no eran su tono de verde...

La forma en que Cian se sumía en sus pensamientos le parecía sorprendente, pues el acostumbraba a nublar su pensamiento. Sintió como le quitaban el cigarrillo de sus labios con brusquedad y observo como el pelinegro fumaba desesperado hasta que sus cuerpo parecía volver a su estado de relajación habitual. Niall llego a sentir cierta pena por el repentino cambio de su semblante.

—Como sea, yo no vine aquí a pensar en el pasado. ¡Vamos a divertirnos!

Tomo el brazo del rubio con fuerza, llevándolo a recorrer la ciudad en busca de un club lo suficientemente adecuado para sus delicados estándares. Los cuales resultaron no muy altos, pues terminaron en las afueras de la ciudad, drogándose hasta perder la conciencia.

Shatter me | ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora