Niall despertó por la cegadora luz del sol golpeando su rostro, después de unos minutos de confusión lo primero que hizo fue levantarse con rapidez de la cama en la que se encontraba. El movimiento brusco provocando una punzada en su cabeza, por lo que decidió volver a acostarse.
No sabía dónde estaba. Las paredes amarillas eran demasiado alegres como para ser su habitación, y demasiado aburridas para ser del departamento de Zayn.
Vagos recuerdos de lo que pasó la noche anterior lo asaltaron, sin embargo, estos estaban demasiado mezclados como para poder formar una historia coherente.
Una vez apaciguado -pero no desvanecido- el dolor de su cabeza decidió volver a levantarse, siendo más cuidadoso. Esperaba encontrarse en el cuarto de un hotel cualquiera, sin embargo, lo que apareció ante sus ojos fue posters de bandas como Green Day y Guns N' Roses.
Su parte baja le dolía con cada paso que daba, buscando su ropa por la habitación. Sabía lo que todo aquello significaba y sintió unas enormes ganas de llorar.
(...)
Su celular sonó a eso de las 2:13 de la tarde, terminando con el silencio que lo tenía envuelto desde que se ocultó en la cama de Zayn; usando una de sus sudaderas para que su perfume eliminara cualquier rastro del ojiverde.
Observo desganado la pantalla, desbloqueando el aparato únicamente para silenciarlo y poder ignorar los incesantes mensajes y llamadas que no contestaría.
Lo que hizo en cuanto llego fue lamentarse, pensando en cualquier excusa que justificara sus acciones. Repitiéndose un sin fin de veces que eso tarde o temprano tenía que pasar, culpando al deplorable estado en el que se encontraba, las sustancias corriendo por su sistema volviéndolo tan manipulable...
Podría utilizar cualquier cosa para tranquilizar su conciencia, aunque sea por un instante.
Sin embargo, la culpa que lo carcomía era demasiada; sobre todo porque se trataba de Zayn a quien había engañado. Por otro lado, una parte de su mente le gritaba que no fue tan malo. Sentía -en cantidades diminutas al grado de ser inexistentes- un alivio inundar su pensamiento.
Porque Cian no se sentía como Zayn; el tacto del ojiverde tan seco, frío, carente de los choques eléctricos que Zayn creaba en su ser con tan solo darle una mirada. Aquel desliz le permitió a Niall saber la verdad y aclararse. Ahora podía estar seguro de que Zayn es lo que quería, lo que necesitaba.
Más no sabía cómo explicarle aquello al moreno sin que este lo tratara como la basura que se sentía en ese momento.