Las pisadas del moreno se escucharon mucho antes de que la puerta se abriera, dándole paso a Zayn quien le sonrió con amor. Amor que Niall aseguraba no merecer, pero no quería que Zayn se diera cuenta de ello.
Corrió a recibir a su novio con un abrazo y la sonrisa más falsa que alguna vez pudo haber dado. La falsedad era para sí mismo, la sonrisa era para Zayn.
Cerro los ojos aspirando el perfume del moreno, esperando que aquello no terminara en un desastre. Esos cinco días no le habían bastado para pensar en qué haría y la inseguridad estaba matándolo.
(...)
—¿Sucede algo?
La voz de Zayn le cuestiono inesperadamente, cortando de golpe su relato sobre la bella ciudad de California y lo genial que hubiera sido llevarlo, quizá notando lo extraño que estaba actuando el rubio desde su llegada.
—N-no, ¿por qué lo preguntas?
—Estas temblando.
Efectivamente las manos del ojiazul se movían como si no tuviera control alguno sobre ellas, le sonrió apenado al mismo tiempo en que las ocultaba en sus bolsillos.
—Hace frío, eso es todo —. Niall acomodo la bufanda verde que cubría perfectamente las marcas en su cuello, ocultando el nerviosismo en su voz. La respuesta pareció hacer efecto en el moreno.
—Eso me recuerda, ¡te traje un regalo! —Fue a buscar en su mochila entre todas las cosas que compro, hasta que finalmente encontró un suéter navideño rojo con un diseño demasiado...feo—, sé que es horrible, ¿pero un suéter bonito es realmente un suéter navideño? ¡Incluso compre unos a juego!
Niall le miro con adoración cuando el moreno se colocó el suyo irradiando emoción.
La pequeña alegría se esfumo, siendo sustituida por el miedo cuando Zayn comenzó a desamarrar su bufanda para poder colocarle su suéter. La mano del rubio se posiciono sobre la suya con fuerza para evitar que continuara con su labor de retirarla. Zayn frunció el ceño con extrañeza.
—¿Qué pasa, Ni?
—Tengo frío. —El nudo ya estaba deshecho, solo necesitaba de un último tirón para ser descubierto.
—No te preocupes, para eso compre el suéter. —Le sonrió para tranquilizarlo.
La primera mordida estuvo a la vista y Niall entro en pánico. Se levanto rápidamente del sofá con histeria.
—¡Te dije que no, Zayn, tengo frío! ¡Suéltame!
Entre tanto movimiento la bufanda cayo, escuchándose el impacto de esta contra el suelo como si se tratara de una tonelada, a pesar de ser simple algodón. Pero Niall lo sintió como una gran mentira, demasiado pesada y cayendo violentamente frente a sus ojos... Y los de Zayn.
En un pestañear el rubio ya estaba llorando mientras que Zayn lo observaba atónito, tratando de procesar la imagen frente suya, no tardó mucho en comprenderlo. Y sintió su corazón desgarrarse, tan lentamente que dolía, dolía cada latido que daba.
El aire se volvió pesado a su alrededor, sofocándolo. Respiraba con dificultad, como si estuviera atrapado frente a una persona que desconocía. Niall no podía ser ese chico que lo lastimaba sin siquiera tocarlo, aquel que tuvo el descaro de ir con alguien más, burlándose de lo profundamente enamorado que estaba.
Ese tipo de marcas no aparecían de la noche a la mañana, por lo menos no sin motivo. Ni siquiera podía engañarse diciendo que era un malentendido. Las acciones del ojiazul se lo demostraban de una forma bastante clara.
Zayn veía las lágrimas surcar las mejillas de Niall y eso le dolía aún más, le hacía desear con más fuerza que ese chico no fuera Niall.
Ahuyento las ganas de ir y abrazarlo, de susurrarle que todo estaría bien, porque sabía que no era cierto.
El rubio hizo ademan de acercarse, pero él se alejó instintivamente, viendo el dolor crecer en sus azules ojos ante esa acción.
—Lo siento —balbuceo entre lágrimas.
—¿Por qué?
Niall bajo la mirada.
—Me sentía tan mal, tan solo, tan hundido... —soltó un hipido— Cian dijo que eso no debía suceder cuando se amaba a alguien, supuse que no te amaba, sé que fue tonto, pero y-yo no supe qué hacer para que esos pensamientos se fueran. Y todo sucedió demasiado rápido.
Zayn ignoro la mención de Cian a pesar de no conocer a ese chico, le parecía irrelevante.
—Pudiste recurrir a mí, habría hecho lo que sea por hacerte sonreír, ayudarte con tus problemas.
—No. —le interrumpió— Yo no quería eso, ¿por qué te empeñas en ello?
—¡Porque te amo! ¿Qué esperabas qué hiciera?, ¿verte consumirte en tu sufrimiento?
No tenía derecho alguno de decidir qué emociones podía o no tener, respondió con una palpable molestia.
—¡Yo no te pedí que me amaras! ¡Estaba bien antes de que llegaras al almacén, mi soledad, mis problemas, todo era mío y sólo me hundiría a mí! Ahora tengo que sumarle los problemas de salir contigo. Y no lo soporto, es... demasiado.
Al instante Niall se arrepintió de sus palabras e intento retractarse, pero Zayn ya no escuchó lo que dijo. El moreno estaba abrumado, sobre todo herido. Así que actuó, tomando la decisión que parecía ser la más adecuada, y prácticamente la única salida.
—Creo... que lo mejor es que... vaya por un poco de aire fresco—susurro apenas lo suficiente alto como para que lo escuchara, tomando su chaqueta del perchero a la vez que se dirigía a la puerta— Y Niall, quiero que cuando vuelva tu ya no estés en el apartamento.
No se detuvo a observar como el rubio se rompía más de lo que ya estaba, ignorando por completo sus sollozos.