CAPÍTULO IV
SOBRE BARKEL
Y EL ROBO DE UNA DE SUS PIEDRAS DE ORO
Entre los súbditos de Barkel corre el rumor de que alguien se ha atrevido a robar una de las preciadas rocas doradas, y el Rey de los ogros está tan furioso, que sus fosas nasales despiden humo.
―¡Quiero que me traigan al responsable del Tesoro Real!
―Alteza, estos dos eran los encargados de llevar el carretón a la cámara del oro –Mork, acompañado de Brinn y Grum, entra en la habitación del Trono, inclinando la cabeza ante su Rey.
―¡Hola! –Saluda Brinn.
―¡Hola! –Saluda Grum.
―¡Silencio, inútiles! –Barkel salta del Trono, lanzando fuego por la boca―. ¿Qué es lo visteis?
―Nada, ¿verdad, Grum?
―Nada, ¡verdad, Brinn!
―Robaron una de mis piedras delante de vuestras narices, ¿y no visteis nada?
―Nada, ¿verdad, Grum?
―Nada, ¡verdad, Brinn! –Grum se rasca su desnuda cabezota, y frunce el ceño en actitud pensativa―. ¡Pero podemos preguntarle al Guardián del Tesoro Real!
¿¡El Guardián del Tesoro Real!? –Mork Y Barkel se miran sorprendidos―. ¿Qué estupidez es esa?
―No, no es una estupidez; es muy sabio, y lo sabe todo...
―¡Sí! ¡Gracias a él hemos descubierto la gran amistad que nos une!
―De acuerdo; ordena buscar a ese Guardián, y tráelo ante mí, le haremos unas cuantas preguntas.
―¡Y después le cortaremos los brazos, y jugaremos con él! –Locos de alegría, los dos ogros amigos, palmotean y dan saltos por el centro de la sala.
―Mork, llévate a estos dos imbéciles, y que vuelvan a su puesto de trabajo.
―Sí, Majestad.
Una vez a solas, Barkel vuelve a sentarse en su Trono, dispuesto para escuchar otra de las canciones de Yirin.
―Canta, Princesa, canta y alégrame el corazón.
―No puedo, Señor, necesito descansar.
―¡Canta, he dicho, o te arrancaré las alas! –Furioso, Barkel agarra la jaula, y la agita con fuerza, hasta hacer caer a su diminuta ocupante...
―C―cantaré para vos –con lágrimas en los ojos, Yirin entona una suave y triste canción, que llena todos los rincones de la montaña, y sale al exterior, por grietas y fisuras, llegando a oídos de su padre, el Rey de las hadas.