Capítulo 3: Tan guapo como lo recordaba

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Ya era de día y un nuevo día comienza. Me levanté y fui a ver a Lily, pero la pobre seguía dormida, así que decidí preparar el desayuno; Un jugo de naranja y unos hot cakes bastarían. Escuché ruidos provenientes del baño, seguro era Lily, así que preparé la mesa y sin darme cuenta Lily ya estaba sentada bebiendo su jugo de naranja. Me miró y luego salió una risita de su rostro.

—Y bien... dime, ¿Quién era ese chico de anoche? —Se limitó a decir sonriente y yo me puse roja—

—Nadie... —Bajé la mirada—

—Ay por favor, a mí no me engañas, te conozco perfectamente para saber que ese chico te agradó o a la mejor hasta te gustó, además esta super guapo. —Dijo la rubia, pero yo me quedé callada y muy sorprendida por sus palabras, en verdad, ¿Me gusta Harry? ¿o sólo se me hace Guapo? Lily al ver que no respondía empezó a reír como loca—

—Lo sabía, ¡te gusta ese chico! —Gritó y a la vez rió, en ese momento reaccioné y empecé a negar todo—

—No.. ni siquiera lo conozco, no sé dónde vive, ni cuantos años tiene, lo único que sé es que se llama Harry, Harry Styles. —La rubia paró de reír y me miró sería y a la vez divertida—

—¿Y por qué no se lo preguntaste Sandra?

—No dio tiempo, además como te dije, me trató como una cualquiera, ¡y ni siquiera se si lo vuelva a ver! —Hablé un poco enojada, y la rubia puso los ojos en blanco—

—Ok, ok.. mejor olvidemos la platica y empezamos a comer. —asentí y empezamos a comer—

Después de comer levantamos nuestros platos y Lily se dispuso a lavarlos mientras yo me iba a bañar, me lavé los dientes y salí del baño, me vestí con una ropa casual que me prestó Lily. Bajé las escaleras y me despedí mi amiga la rubia, ya que tenía que llegar a casa.

(...)

Al entrar no había nadie, sólo una pequeña nota que dejaron mis padres sobré la mesa y a lado un poco de dinero.

Hija, lamentablemente tuvimos qué salir de país por unos asuntos del trabajo de tu padre, pero sin falta el próximo domingo estaremos ahí, dejamos un poco de dinero en la mesa, tomalo para lo qué necesites.

besos mamá y papá.”

Mis padres tienen una negocio propio de una tienda de autos, la verdad es que les va muy bien, pero lo malo es que salen mucho del país, ya sea por días o hasta por semanas.

Subí a mi habitación, arregle mi ropa y cuadernos ya que al otro día tendría que ir a la escuela, con mis dieciocho años curso el tercer grado de preparatoria, ya pronto estaría en la universidad. Me acosté en la cama y empecé a recordar todo lo sucedido en el antro “Brinx” qué de un momento a otro me llegó a la cabeza el tal Harry.. ¿Será que me esta empezando a gustar? ¿pero cómo? si apenas lo conozco. Y es que lo pienso y siento arder mis mejillas, y todo un zoológico en mi panza. Sí, definitivamente me está gustando Harry, pero ni yo sabía si volvería a verlo y eso me desanimaba un poco. De un pensamiento a otro quedé dormida en un profundo sueño.

(...)

Al otro día desperté ya que se me hacía muy tarde para ir a la escuela, entré al baño me duché lo más rápido que pude, lavé mis dientes y salí. Me vestí con unos pantalones negros ajustados, una polera blanca y unos tacones negros, me peine con una coleta alta y me pinté lo más natural posible. Tomé mi bolso y bajé hacia la cocina, tomé un vaso de leche y salí de mi casa ya que Lily pasaría por mí. Cuándo salí ella ya se encontraba afuera, me subí a su auto, la saludé y tomamos marcha hacia la escuela.

Cada quién se fue a su respectiva clase, a mí me tocaba química, una de las más aburridas, ya que el profesor era algo tardado con sus palabras.

—¿Puedo pasar profesor Adams? —Dije un poco preocupada, ya era algo tarde—

—¿Otra vez tarde Edwards? —Preguntó enojado, ya qué interrumpí su clase—

—Lo siento, no volverá a pasar. —Bajé la cabeza—

—Pase y tome asiento por favor. —Al decir eso volvió a lo que estaba haciendo—

—Gracias.. —susurré—

La clase concluyó lenta y aburrida, tanto que sin darme cuenta ya habían tocado el timbre para el almuerzo. Al salir del salón me encontré con Lily, íbamos caminando por el pasillo cuando nos topamos con el tonto de Máx, él me vio y me ignoró por completo, volteé a verlo e iba con una chica agarrados de la mano. Realmente estaba sorprendida... ¿Tan rápido me había olvidado? no es que me importará pero qué descaro de su parte, la chica era muy guapa, alta, un poco morena, de pelo negro y corto. No decidí hacerles tanto caso y seguí mi camino junto a mi amiga, entramos a la cafetería y nos sentamos para charlar un poco.

—¿Y qué tal, qué te dijo el profesor Adams? —levantó sus rubias cejas—

—Pues se enojo un poco.. pero al final me dejó pasar, y como siempre su clase aburrida. —Hablé y mordí mi manzana—

—¿Y tú qué tal, cómo estuvo tu clase?

—Pues igual, un poco aburrida ya que la profesora salía a cada rato y nos dejaba solos a todos. —Dijo Lily con un poco de aburrimiento, pero al instante se le quitó—

—Oh, por cierto, ¿viste a Máx? —Habló con asombro—

—Sí, sí lo vi... qué rápido olvida a las personas ¿No crees? —Volví a morder mi manzana—

—Oh, vamos Sandra... ¿Te sigue gustando Máx? —Alzó las cejas con un poco de asombro—

—Claro que no. —Negué rápidamente, y era la verdad ya no me gustaba y ni sentía nada ya por Máx—

—Creí por un instante que... olvidalo. —Dijo con diversión—

Terminamos de desayunar y volvimos a nuestras clases. Las clases transcurrieron rápidas, pero lento se volvió mi mundo al salir de la escuela ya que ahí estaba la persona que más deseaba ver desde el sábado en la noche.

—Oh por dios Sandy, ¿Ya viste quién está ahí? —Lily apuntó discretamente hacia el chico de cabello rizado, yo volteé y ahí estaba... tan guapo como lo recordaba.

El criminal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora