Capítulo 5: Vamonos.

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—¿Estás bien? —Brayan me miró algo extraño—

—S-sí. ¿Nos podemos ir? —Quería salir lo más rápido posible de ese lugar—

—Claro.

Cuando estábamos a punto de salir, Harry fue más astuto y salió junto a Sheyla. Me sorprendió bastante su reacción, pero si ellos se habían ido, nosotros también.

—¿Quieres algo más antes de irnos? —Me preguntó amablemente Brayan—

—N-no. Estoy bien, gracias. —Me levanté de mi asiento e igual Brayan hizo lo mismo.

—De acuerdo, vamos.

Los dos salimos de aquella heladería, bajamos de la planta alta y empezamos a caminar. Era inexplicable todo esto, tal vez ‘el destino’ hacía que nuestros caminos se encontraran, y eso era algo que afectaba de alguna u otra manera.

Al doblar una esquina, un dolor sobre mi brazo se hizo presente, es como si alguien lo hubiese hecho a propósito. Volteé a mi derecha y él estaba sujetandome del brazo. Era Harry.

Brayan notó lo sucedido y su cara se tornó en confusión.

—¿Llevas prisa? —Me dijo Harry duramente—

—S-sí.. Me haces daño sueltame, por favor. —Mi voz se entre cortaba—

—Oh no cariño, tú te irás conmigo justo ahora. —Sentenció—

—No. Yo no iré a ninguna parte contigo. ¡sueltame! —Chillé—

—¡Hey! ¿A caso no escuchas? Sueltala. —Brayan se acercó a nosotros y se enfrentó a Harry, no sabía en lo se estaba metiendo—

—¿Y quién eres tú para darme órdenes? —Harry dejó de mirarme a mí, para mirar a Brayan—

Harry se estaba enojando al igual que Brayan, y si esto seguía así, no acabaría bien.

—Soy su amigo, y si ella quiere que la dejes, dejala. —Habló duro Brayan—

—Oh valla. —El rizado me soltó y se acercó a Brayan, lo tomó del cuello de su camiseta y lo empujó, causando que cayera al piso. Harry era mucho más alto y fuerte, era obvio— Largate antes de que sea demasiado tarde imbécil.

Rápidamente me acerqué a Brayan y lo ayudé a levantarse, no quería que esto acabara mal, pero ya era inevitable. Todo el centro comercial nos veía.

—¿Estás bien? —Lo miré preocupada—

—Sí, sí, estoy bien.

—¡Vamonos Sandra! —Gruñó Harry—

—Entiende idiota. —Gritó Brayan—

Harry caminó hacia Brayan, quería golpearlo. Me metí entre ellos dos, poniendo mis manos sobre el pecho de Harry.

—¡Basta por favor! E-esta bien, vámonos ya. —Me rendí. No permitiría que Harry le hiciera algo a mi amigo—

—Sandy no puedes irte con él. —Me miró aterrado—

—Estaré bien, lo prometo... Te llamo en cuánto pueda.

Harry me jaló del brazo, llevándome al estacionamiento. Caminamos alrededor de cinco minutos, mis nervios estaban a flor de piel, no podía contenerme.

—Por aquí. —Me habló señalando su auto—

Caminamos al auto, sacó de su jeans la llave y desactivo su alarma. Me abrió la puerta y esperó a que yo subiera, la cerró y después él subió.

No quería decir nada, pero tampoco quería quedarme callada, tenía un dilema.

—¿Quién demonios era ese tipo? —Me preguntó rudamente—

—¿A caso importa? —Le dije indiferente—

Él gruñó fuertemente y golpeó el volante del auto, ocasionando que este sonara y que yo diera un pequeño brinco en mi lugar.

—¡Joder, sí, si me importa! —Gritó— Dime quién era.

—U-un amigo, sólo eso. —Dije con temor—

Era increíble que a pesar de todo este tiempo seguía temiendo de sus cambios repentinos de humor.

No quería preguntar por ella, pero tenía que, la curiosidad me mataba.

—¿Y-y Sheyla? ¿Qué pasó con ella? —Temía verlo a los ojos—

—Le dije que tenía que hacer algunas cosas importantes, —Me miró— Y así fue.

—¿Me puedes llevar a casa? —Hablé débilmente—

—No.

—¿Qué? ¿A dónde iremos?

—A mi departamento. —Dijo y sonrió de lado—

Joder.


El criminal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora