Capítulo 23: Te deseo lo mejor.

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{Este es el último capítulo, sólo falta el epílogo y continuó con la segunda temporada}

«Dicen que no hay nada mejor que un tazón de helado para el mal de amores, pero, yo no tenia mal de amores, mi corazón estaba roto y destrozado

—¿Te la pasaste bien? —Preguntó Harry—

—Junto a ti, desde luego que si. —Sonreí—

—Espero que no te hayas arrepentido por lo de anoche...

—Harry, estaba más que segura que lo quería hacer, por que te amo y lo sabes.

—De acuerdo. —Sonrió de lado—

—Me tengo que ir. —Me incliné hacia él y le deposite un beso en los labios, estaba por bajar de su auto pero Harry me detuvo—

—Espera... ¿Todo este tiempo la pasaste bien? ¿No te arrepientes de nada?

¿Que?

—¿Amor, estas bien? Claro que la pasé bien, no me arrepiento de nada, eso te lo aseguro. —Le sonreí y el asintió—

—Te amo bebé, lo sabes ¿no?

—Lo se, Harry, y yo te amo a ti.

Le deposite un beso que se tornó lento pero apasionado, el me acarició la mejilla, terminamos el beso y Harry me abrazó como si no hubiera un mañana. Me miró y me depositó un beso en la frente.

—Ahora si me tengo que ir, adiós, te amo.

Bajé de su auto y me caminé hacia mi casa.

-o-

Una, dos, tres, cinco, diez, veinte, treinta, cincuenta llamadas le había hecho a Harry en estos cinco días, suena algo exagerado, pero el no me contestaba mis llamadas y ni mis mensajes, realmente me estaba preocupando.

«El número que usted marcó, no esta disponible o se encuentra fuera de servicio»

Maldito buzón.

No quise ir a verlo porque también quería darle su espacio, pero el no me había llamado en estos cinco días.

¿Y si, se arrepintió de haber estado conmigo?

No quise atormentarme más, así que tomé mi bolso y me dispuse a ir a su departamento.

Tomé las llaves del auto de papá y me adentré en el. Manejé por las calles transitada de Londres, para poder tomar un atajo. Después de aproximadamente diez minutos, llegué a mi destino.

A lado de pequeño jardín se encontraba un camión de mudanzas, era algo raro. Bajé del auto y caminé hacia su puerta, toqué dos veces pero no había señal de alguien, cuando estaba por tocar nuevamente la puerta se abrió, dejandome ver a una señora ya de edad avanzada, aproximadamente treinta años. ¿Será su mamá?

—H-hola, disculpe, ¿Se encuentra Harry? —La señora fruncio el ceño y me miró insegura—

—¿Harry?

—Si, si, aquí vive, chico alto, tez blanca, cabello alborotado...

—¡Oh! ¿El antiguo dueño? —Sonrió—

El criminal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora