Capítulo 6: Sumisa.

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No podía dejar de jugar con mis dedos, trataba de pellizcar cada parte de ellos para saber si hacía lo correcto yendo con Harry, pero por más que yo quisiera hablar y decir que me llevara de regreso a casa sería en vano, él no lo aceptaría y terminaría gritándome o incluso peleando.

El silencio invadía su auto, desde luego era incómodo. No sabía que decir o hacer, Harry sólo se dedicaba a manejar, en el último semáforo que pasamos pude sentir su mirada fija en mí, no volteé ya que sabía que si lo hacía él se voltearía rápidamente. De alguna u otra forma, sus miradas ya se me hacían incomodas, como fue en un principio de conocerlo.

—Llegamos. —Informó—

Pensaba en tantas cosas que no me di cuenta de que ya habíamos llegado. No le contesté, no quería hacerlo, me era difícil articular palabra alguna con Harry.

Al igual que era difícil saber cuál es su departamento, ya que había un edifico enorme y dentro de este se encontraban los lujosos departamentos.

Ambos bajamos de su auto, Harry se acercó a mí y me hablo duramente.

—Camina. No te quedes parada Sandra.

Sentía raro que él me hablara de esa extraña manera, siendo que la última vez fua hace un año siete meses.

Caminé detrás de él siguiendo sus pasos, nos adentramos al lujoso edificio que llevaba por nombre “Alto Marne”. Sin duda era demasiado diferente a su departamento anterior. Seguimos caminando hasta que entramos al elevador, su dedo presiono el número ‘10’ El elevador empezó a subir y con ello mi nerviosismo también.

Las puertas se abrieron y frente a nosotros había una puerta de madera blanca. Harry se acercó a ella y la abrió, se colocó de lado y me hizo una seña para que pasara yo primero. Mis pies se movieron torpemente pero conseguí hacerlo, entró y cerró la puerta detrás de él, su departamento era demasiado bello y espacioso.

—E-es muy bonito. —Dije nerviosa—

—Sí, como sea —Rodó los ojos— Siéntate, quiero hablar contigo y voy a ser muy claro. —Gruñó—

Me acerqué al inmenso sillón de piel y me senté bajando la mirada. No tenía que ser demasiado claro para darme cuenta que lo que me iba a decir se trataba de Brayan.

Por su parte Harry se acercó a una barra donde tenia varias botellas de licor, no sabia el nombre de cada una, pero pude apreciar como en un pequeño baso de vidrio agregó tres cubos de hielo y sirvió un poco de Whisky.

—Bueno, te escucho. —Quería ser indiferente y cortante—

—¿Por quién me tomas Sandra? —Se sentó frente a mí— ¿Crees qué puedes ir por ahí de lugar en lugar con quién te de la gana? —Su tono de voz era bajo pero demasiado intimidante—

—Lo miré a los ojos y me acerqué a él, estando frente a frente— Puedo porque quiero, y quiero porque puedo. —Dije levantando la ceja derecha—

Por primera vez me defendía de cada palabra que él me decía. Me sentía poderosa, por así decirlo.

Lo siguiente no lo vi venir, parece que mis palabras hubiesen enfurecido a Harry, pero así fue, ya que rápidamente aventó su baso lleno de Whisky contra el muro de concreto, solté un chillido agudo, no podía creer su reacción por el simple hecho de mis palabras.

—¡No te atrevas a jugar conmigo Sandra! —Grito a todo pulmón y su vena en el cuello resaltó aún más—

Estaba aterrada.

—¿Q-qué te pasa? ¿Estás loco? —Mi voz se entre cortó—

Quería llorar, eso era evidente. Sus cambios de humor eran los que me aterraban, con Harry nunca se sabe que pueda pasar.

Este se levantó de su asiento y empezó a caminar de un lado a otro. Tomó su cabello entre sus manos y lanzó un suspiro fuerte.

—Es la última vez que sales con él. No lo quiero cerca de ti. —Demandó rudamente—

Sus ojos se tornaron oscuros y me miraba como si fuera desconocida para él, como si quisiera hacerme daño. No podía negarme eso, de ninguna manera lo permitiría.

—No puedes obligarme. —solté de repente, mi voz se hizo dura—

—¿Quieres probar? —Me retó, y se fue acercando hacia mí— Por el bien de tu amigo mantelo lejos, te lo advierto Sandra.

Harry susurró en mi oído provocando que mi piel se hiciera de gallina. Le tenía miedo. Dudaba que fuera hacerle daño a Brayan, pero se trataba de Harry, y de él podría esperar cualquier cosa.

Me dolía pero por el bien de Brayan y mío mi amistad con él tenía que terminar.

—¿Escuchaste? —Levantó la voz—

—S-sí. Lo h-haré. —Mi voz ahora débil ante la de Harry—

Harry sonrió victorioso, y de alguna u otra forma no podía ya hacer nada. Él había ganado una vez más.

—¿P-por qué haces esto? —Lo miré tristemente—

Él me miró y tomó mi cara entre sus manos, con su dedo pulgar empezó a acariciar mi mejilla. Su mirada me sorprendió bastante, él me miró como solía hacerlo antes... Me miró con amor...

Harry se fue acercando lentamente a mí, podía sentir su respiración en mi boca, mi corazón acelerarse, y me ponía nerviosa como él sólo podía hacerlo. Quería besarme pero no quería alejarme, me hizo daño, y a pesar de todo quería seguir a su lado. Era sumisa ante Harry, y odiaba eso.

No dejaba de mirar mis ojos y ni yo los de él. Se acercó más a mí y es cuando sentí como su boca rozó los mía, se inclinó un poco más y se escuchó un zumbido cuando presionamos nuestros labios. No se me pasó que él no había respondido mi pregunta, pero no me importó lo suficiente para dejar de besarlo, especialmente cuando su boca finalmente se abrió y probé su dulce y mentolado aliento, mezclándose con el mío. Su lengua se deslizó con la mía y lo hizo delicadamente.

Se separó de mí y observé como sus ojos brillaban inmensamente. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios cuando me miró.

—Porque te quiero más qué a nada en este mundo.

El criminal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora