Capítulo 12: El comienzo de un problema.

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Desperté por el sonido de la alarma, eso me avisaba que ya eran las 9:00 a.m. Volteé a un lado ya que no sentí el peso de unos brazos en mi cintura. Harry se había ido, apagué la alarma y me di cuenta que Harry había dejado su reloj y su medalla con una pequeña cruz en ella. Salí de mi trance con el ruido de mi puerta, alguien estaba tocando y supuse que era mi madre.

—Buen día hija. —Sonrió mi madre—

—Hola mamá, ¿cómo les fue? —Dije con mi voz todavía adormilada—

—De maravilla, ya te contaré después ¿Y a ti?

—Bien, muy bien. —Sonreí al recordar lo sucedido con Harry el día de ayer—

—Me alegra cariño. Por cierto, he arreglado una pequeña cita para Ryan y para ti, ese chico es tan lindo Sandy, deberías salir más con él y no con ese tal chico llamado Harry. —Rodé los ojos y ella sé puso sería—

Mi madre no tenía derecho a hacer eso, el tal Ryan lo vía una vez al mes y eso era por las reuniones de mis padres. aquí venía su discurso sobre cómo escoger a mis amistades y a mis novios, pero claro Harry ya era mío.

—Mamá, no tenías porque hacer eso, sabes que detesto que te metas con mis amistades y que escojas con quien debo salir y con quien no. —Chillé, así que me dispuse a levantarme de la cama y me encaminé hacía el baño—

—Óyeme jovencita, no tienes porque hablarme así, soy tu madre y sólo hago lo mejor para ti, algún día me agradecerás por evitar que te juntes con ese chico.

—Ay ¿sabes qué? mejor me iré a bañar antes de que empecemos a pelear. —Entré al baño y me miré al espejo, como es que se atrevía a hacer eso o siquiera a hablar mal de Harry, a veces no la soportaba—

—Sí mejor, eres insoportable Sandra ¡Mira que desorden tienes Sandy! arreglaré esto mientras sales. —Refunfuñó mi madre y la ignoré por completo—

¡Mierda! la cadena y el reloj de Harry, lo había olvidado por completo, ¿Y si mi madre lo ve? Estaré Jodida. No me quité la ropa por la inseguridad de que mi madre llegara a ver sus cosas de Harry, ella sólo seguía hablando y hablando... hasta que se quedó callada... ¡Joder, ya los había visto!

—Sandra.. —Me llamó, se escuchaba más sería ahora—

Definitivamente estaba jodida. Mi madre pensaría lo peor de mí, pensaría cómo es qué me atreví a dejarlo entrar a nuestra casa, a mi habitación. Y por supuesto como es que me acosté con él, eso diría mi mamá.

—¡Sandra! —Volvió a llamarme, pero ahora un poco más fuerte, y sin más me limité a contestar—

—¿S-sí? ¿Qué p-pasa mamá? —Dije apenas audible, y haciéndome la que no sabía nada—

El criminal |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora