EvenStar

22 3 0
                                    

24 de diciembre, estaba esperando a los chicos sentada en el sofá tapada con una manta mientras leía.

Habíamos quedado para celebrar todos juntos la Navidad como llevábamos haciendo tres años ya, esta vez habíamos decidido que en vez de hacerlo en un restaurante podríamos hacerlo en mi casa de verano, la cual estaba desocupada por esas fechas y la verdad es que no había sido mala idea, las chicas habían estado aquí ayudándome a preparar la casa y la cena. Mi casa estaba decorada de arriba abajo con adornos rojos, verdes y dorados, nunca había visto mi casa con tantas cosas inservibles pero que sin ella no parecía que fuese navidad.

La alarma que indicaba que faltaban cinco minutos para que fuese la hora a la que habíamos quedado sonó sacándome de ese paisaje de Barcelona en la que transcurría la historia. Fui a cambiarme la ropa con tranquilidad sabiendo que mis amigos lo tenían todo menos el ser puntuales, una vez me puse el vestido negro y las medias de invierno negras, terminé el maquillaje que tenía pensado y salí a terminar los pocos detalles que faltaban para que todo estuviese perfecto.

No podía parar de ir hacia todos los lados mirando y limpiando cada mota de polvo que veía en cualquier parte.

Estaba inquieta y no sabía por qué, tampoco era la primera vez que hacíamos nada en mi casa realmente no sabía que era eso que me ponía tan nerviosa, pero tal vez estaba tan ocupada en no defraudar a mis amigos este día que simplemente no podía estarme quieta.

Los chicos iban llegando y conformen lo iban haciendo iban sentándose en los varios sofás e íbamos entablando conversación.

No hubo momento de incomodidad alguno hasta que una vez terminamos de comer todos comenzaron a servirse alcohol, y siendo sincera no me apetecía emborracharme ese día, realmente aunque me lo estaba pasando bien en mi cabeza solo estaba el querer llegar a casa ponerme el pijama los calcetines calentitos y ponerme a leer como cada noche.

Así que simplemente salí de la casa hasta la terraza que rodeaba la casa.

Tras pasar un rato mirando al cielo intentando sin éxito contar las estrellas me acordé de los regalos de Navidad que aunque nos hubiésemos prometido no regalarnos nada yo había decidido hace mucho y no iba a desperdiciar la oportunidad de darle un pequeño detalle con mis amigos.

Fui dándole un regalo a cada uno hasta que solo me quedaba el de Adrián y no lo encontraba por ningún lado, así que tuve que preguntar.

—Oye, ¿sabéis dónde está Adrián? —Todos se encogieron de hombros mientras miraban a nuestro alrededor.

Tras buscarlo por cada habitación y recoveco que tenía la casa y no encontrarlo decidí salir afuera a buscar por dónde se me ocurriese.

Empecé por la parte delantera de la terraza y nada luego recorrí ambos lados de la casa y de nuevo ni rastro de él, hasta que llegué a la zona trasera, dónde se encontraba la piscina.

Mis ojos aún poco acostumbrados a la oscuridad no veían nada más que eso, oscuridad, negro. Pero aunque no lo hubiese encontrado por algún lado tendría que estar, quiero decir, no creo que se hubiese ido sin avisar tras las numerosas riñas que se ha llevado anteriormente por ello.

Mi mirada seguía paseándose por la oscuridad ya que realmente pensaba, sentía que él tendría que estar cerca y muy equivocada no estaba cuando vi un bulto moverse al borde de la piscina, alguien estaba sentado en el borde de esta con los pies hacia el interior de la piscina ahora vacía.

Me acerqué a él lentamente sin querer asustarle. —Hey, Adrián, ¿Qué haces ahí? — Sólo vi cómo se encogía de brazos sin apartar la mirada de dónde la tuviese puesta. —He estado un rato buscándote, y aquí estabas, inmerso en la oscuridad. — De pronto sentí que debía callarme, que si él estaba aquí, en la oscuridad y solo era porque quería silencio y paz, cosa que no hallaría dentro con los demás.

BullshitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora