La Carta

30 2 1
                                    

Sábado en la mañana Hanna salió a caminar por el parque cerca de su casa. Sonreía por la semana hermosa que había tenido, había hablado con su familia todos los días, resolvió los problemas que tenían de años, aceptando que todos tenían la culpa y responsabilidad, su familia se volvió lo antes era, una familia. No personas que vivían en una misma casa compartiendo la misma sangre. Se sentó bajo un árbol cerca del lago y se quedó mirando como poco las nubes cambiaban de forma.

Era increíble como la forma de mirar al mundo podía cambiar en solo par de días.

Cuando estuvo decidida a volver a su casa, unas hojas de papel llegaron volando hasta sus pies. Dos papeles escritos por delante y por detrás. Busco por entre las personas del parque si alguien estaba buscando papeles perdidos, pero nadie parecía haberse percatado. Tenía dos opciones, las dejaba bajo el árbol para que otra persona las encontrará o leer los papeles para saber a quién pertenecían. Hanna siempre fue una chica curiosa, esta vez no pasaría desapercibida, leería los papeles solo para buscar si contenía información del dueño. Así que se acomodó nuevamente y buscó por dónde comenzar a leer. Para su propia suerte la persona que había escrito los papeles había escrito en la parte superior derecha los números de dónde empezar a leer así que ella solo siguió las instrucciones.

A mi querida familia.
Sé que no les he escrito en mucho tiempo. ¿Cómo han estado? ¿Qué tal la escuela? ¿Están bien de salud? ¿No extrañan estar en casa? Supongo que no, pues no han regresado aún. Yo he estado bien, ya estoy trabajando, tengo carro y estoy viviendo con el squad como había prometido hace dos años. No se creerán nada de lo que pasa en casa. Es increíble.

No les estoy escribiendo para saber cómo están, la verdad es que les escribo porque estamos casi en temporada de acción de gracias. Él Squad se separará por una semana para compartir con sus respectivas familias y yo, bueno yo me quedaré sola viendo películas y comiendo helado de chocolate. Lo que me hizo pensar, de todos modos estaré sola.. ¿Qué me cuesta escribirles una carta y decirles lo que nunca les pude decir mientras estaban conmigo?  Así que permítanme comenzar desde el más pequeño al más grande.

Steve, Dios mío si te tuviera de frente ahora mismo ni te hablaría. Solo dirigirte la mirada bastaría para mí. Solíamos discutir mucho ¿recuerdas? Siempre estaba peliando para que dejaras de hacer las cosas mal y de decir estupideces ¿todavía lo haces? Tienes que parar, ya estás bastante grande como para seguir comportándote como un niño de 8 años. Te mandaba hacer cosas como si fuera tu madre o hermana mayor sabiendo que no lo era, te alejaba cuando me ibas a dar un abrazo, no aceptaba un té amo de tu parte o un lo siento porque pensaba que eran hipócritas. Fui una tonta, sabía que los hermanos todos pelean en algún momento, se piden disculpas y vuelven a pelear. Tomaste todo el coraje que tenias y comenzaste atacar todo aquellos que te enojara aún así fuera una pequeña mirada. ¿Sabes? Siempre quise ser una mejor hermana, simplemente no sabia como serlo. ¿Cómo abrazarte cuando llorabas de coraje si te había alejado mil veces? ¿Cómo decirte que te extrañaría cuando no dejaba que me dijeras que me querías? ¿Cómo pedirte disculpas si las tuyas yo no las aceptaba? Fue cruel de mi parte. Ahora que no estás, agradezco que fueras duro conmigo en casa.. Me preparó para muchas cosas fuera de ella. Los otros días una mujer en la fila del supermercado me dijo que fuera y me matara, sorprendentemente me quede tranquila ¿sabes qué pensé? "No señora, ya está tarde para mandar a matarme, mi hermano ya lo hizo hace mucho tiempo" pero no me dolió pensar en ti por ese momento. El daño de las cosas que expresábamos cuando discutíamos me hizo inmune a los insultos de personas que no tenían nada que ver conmigo. Quiero pedirte disculpas desde el momento más doloroso que compartimos, aquella vez que dijiste "ojalá no hubiera nacido en esta familia" mi corazón se hizo trozos en ese momento. Dios, no te miento si te digo que después de eso me encerré en mi cuarto y lloré por un largo rato. Eso quería decir que estaba siendo una mala familia, yo no quería eso. Desde ese entonces quise cambiar, quería que estuvieras alegre con tu familia y que en acción de gracias te sentaras a la mesa y le dijeras a Dios "Señor, te agradezco porque la familia que tengo es perfecta". No te cambiaría por nada, si algo hice mal fue tratar de hacer que no fallaras. Pero tienes que caerte tú solo para que aprendas, solo quiero que sepas una cosa... Si te caes algún día y no te puedes levantar solo, extiende un poco tu mano, yo te empujo a que sigas caminando.

Sentimientos de una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora