Navidades de mi isla.

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Hoy es uno de esos días en lo que recuerdo la única lágrima que cayó 3 años atrás el día de Año Nuevo.

Pasé las navidades lejos de casa y de mi familia. No fueron las mejores navidades, me criaron acostumbrada a tener mi familia cerca en la "temporada más feliz del año". Santa llegó esas navidades también, pero no fue suficiente. Yo no quería un regalo de santa, yo quería ir a casa. A ese lugar donde el frío invernal no existía, solamente en las montañas. Donde todos los días había una fiesta, comida y música por todos lados, un lugar donde las navidades no se acaban después del 24 de diciembre. Somos una gente orgullosa de nuestra cultura, nos gusta celebrar y pasar bien el tiempo. Sin embargo me tocó pasar la navidad en un lugar completamente distinto.

Los árboles se ponen antes del día del pavo en mi isla. Aquí comienzan a comprar las cosas después de ese día. No hay fiestas, no hay comida típica navideña, no escuchas música y risas de ninguna casa. Son unas navidades secas. Solo esperan a santa porque los tres Reyes magos no saben llegar aquí.

No hay petardos, ningún "BOOM" a las 12 de la noche que anuncie el nuevo año.

Le he preguntado a muchas personas sobre navidad esta vez que estoy de vuelta. Son realmente unas navidades tristes. Le piden muchas cosas materiales a este tal "santa" mientras yo oro para tener una oportunidad de regresar a casa algún día.

Hoy no tengo ni fuerzas para levantarme y comer, esta demasiado frío para siquiera pararse de la cama. El ser humano no está hecho para cambiar de ambiente cada cierto tiempo. Tu propio cuerpo rechaza muchos ambientes. Cuando llegas de un lugar cálido, donde el clima es húmedo y lo que más conoces es el olor a lluvia, tú cuerpo reacciona de una forma peculiar al llegar a un lugar donde la lluvia es aparentemente un misterio, la humedad no existe, el clima va de frío a caliente en par de minutos y cuando menos te lo esperas un fuerte viento de la nada.

¿Donde está la felicidad aquí? ¿Donde se esconden las familias?

Lo peor de todo vendría siendo no tener a nadie con quien hablarlo. ¿Quién podría entender? La tristeza, la nostalgia, la soledad que se siente al cerrar la puerta luego de llegar del trabajo aunque la casa esté llena de gente.

He conocido más personas. Pero ellas no pueden entender muchas cosas, nunca lo han experimentado ¿cómo van a saber lo que se siente?

Aveces quiero salir a caminar para dejar de pensar tanto, comprarme alguna fritura y mirar alguna vegetación, algo de playa o monte. Luego recuerdo que aquí esos lugares no están, no hay donde sentarse a comer empadanillas, beberse una piña colada, el chinchorreo' aquí no se escucha ni en leyendas.

Estoy orgullosa de mi isla. Este año no terminó siendo el mejor, pero la gente no se dejó decaer mucho tiempo, se levantó y sigue ayudando a los que aún necesitan ayuda. Muchas familias no tuvieron tiempo para llorar la pérdida de sus casas y bienes materiales, otras perdieron vidas y todavía es la hora, en la que no sabemos cuándo cesarán las muertes a causa de lo que sucedió.

Los jóvenes que nacieron acostumbrados a tener la luz, el agua, el internet y la señal del celular todo el tiempo pasaron un pequeño Apocalipsis. De estar 24/7 pegados al celular ahora tenían los celulares apagados porque no tenían forma de ponerlos a cargar. Los coquis dejaron de cantar, ahora solo se escuchaban las casas que tenían plantas.

Cuando se abrieron las gasolineras tenían que hacer  filas de 5/6 horas para que al final, si no tenías tanta suerte te dijeran que ya no había más gasolina y regresaras otro día. Las casas con estufas eléctricas se vieron feas para cocinar comida. Llegue a ver personas bajar al riachuelo para lavar la ropa sucia a mano y de ese mismo lugar tomar para llevar a la casa porque había que bajar los baños, tener para lavar platos, lavarse la boca por las mañanas darte un baño lo mejor que pudieras con un galón porque había mucha gente en la casa.

Sentimientos de una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora