LSD, éxtasis, morfina, PCP, estas y otras más son sustancias pertenecientes a una clase especial de drogas llamadas alucinógenos.
La palabra remonta su origen alu- el griego ἀλύω, 'estar fuera de sí', alucin(āri) del latín 'divagar', los alucinógenos son drogas que causan alucinaciones, es decir, alteraciones profundas en la percepción de la realidad del consumidor, provocando la inmersión en un mundo paralelo desde el punto ficticio y psicodélico.
A sus cortos diecinueve años, Tyra Grey había tenido la desgracia de probar cada uno de ellos, según ella cada sustancia era la barrera tangible entre la realidad y la ficción.
La puerta sin candado al paraíso.
La salida perfecta de la agobiante realidad.
Un mundo paralelo, donde la primera plana de un periódico de la zona roja de New York, parecía la fotografía perfecta de la torre Eiffel, y donde unos desgastados jeans parecían el más hermoso vestido de Valentino.
El pase de ida y vuelta al infierno.
Pero ¿Qué ocurre cuando los seres de la otra dimensión empiezan a aparecer en la vida real?
La barrera de la realidad es rota y es cuando comienzas a cuestionar los verdaderos efectos de los alucinógenos.