8-'' Hug''

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Tres días después Jane estaba mucho mejor, aunque aún estaba un poco débil gracias a los calmantes que tomó, podía caminar y hacer actividades perfectamente, por ello el doctor le dio el alta con la condición de que tomara los medicamentos que le fueron indicados en su tratamiento.

Ella estaba completamente agradecida por dentro, ya que a pesar de que había pasado la mayoría de su estancia bajo los efectos de calmantes, se aburría al estar constantemente encerrada en esas cuatro paredes.

Sorprendentemente, Harry no apareció durante esos días, velando desde lejos por la seguridad de ella y haciendo todo lo posible por mantener todo en orden.

Ella saldrá de aquí y todo estará bien, se decía. Y esa frase se fue convirtiendo en un mantra que lo acompañó durante las largas horas de insomnio. Y aunque una que otra vez se escabulló mientras ella estaba sumida en su letargo inducido, solo lo hacía para saciar la necesidad que tenía de cuidarla, un creciente estado  de afecto que  literalmente lo estaba volviendo loco.

Pero si era por ella, estaba dispuesto a ser llevado a un manicomio.

No entendía, de verdad no sabía como ella había pasado a ser una de sus prioridades en ese entonces. Como una ventisca de invierno, ella había llegado de pronto, agitando todo  su alrededor hasta metérsele bajo  la piel, calándole hasta el alma de una forma tanto desesperante como grata.

De alguna manera había logrado arreglar todo para ella,  faltó al trabajo y encargó a su amigo Liam de las decisiones de la empresa, por lo menos por esos días que estuvo ausente, llamó a la universidad, y no pregunten cómo, pero logró hacer el papeleo correspondiente para justificar la falta y que eso no afectara sus notas, también llamó a su trabajo y envió varios mensajes de textos a su madre, pero no supo porqué, jamás obtuvo respuesta.

Volviendo al tema, hoy el estaba esperando a Tyra a las afueras de el hospital, la mínima maleta ya estaba en el auto y él ojeaba en su manos una serie de recomendaciones que le había dejado el doctor, junto con récipes acerca de los medicamentos que debía tomar.

Las puertas automáticas se abren de pronto y una muy confundida  chica es lo primero que ve, va en una silla de ruedas que a su vez es empujada por una enfermera. Verla así le causa gracia, ella no necesita la silla pero esa obligatorio que hagan eso.

La enfermera  llega hasta él, deteniendo la silla de ruedas justo a un lado del auto, sonriendo cordialmente cuando la Tyra la miró pidiéndole explicaciones.

‘’ ¡Hora de ir a casa!’’ exclamó Gwen, tocando el hombro de la chica para que esta se levantara y entrara al auto. Ella lo hizo, y en el proceso no pudo evitar que el dueño de sus miradas fuera el chico de cabellos rizados.

‘’ ¿Estás lista?’’ preguntó el chico ya dentro del auto, ella solo asintió. Las palabras se habían quedado atoradas en su garganta desde hace ya un buen rato, aún no lo creía del todo, o por lo menos unos momentos antes no lo hacía, pero ahora, ahora que lo tenía justo a su lado, que lo observaba con sus propios ojos y que podía tocarlo sin tan solo quisiera, todo parecía ir por buen camino de nuevo.

Aún no le cabe en la cabeza como puede ser real, todas esas noches junto a él, y ahora que lo tiene consigo no puede hablar, y esa necesidad es vaciada al mirarlo. Así  durante todo el trayecto, a casa, donde ella observa detalladamente a aquel muchacho de ojos verdes.

‘’Llegamos’’ el auto de detiene, y recién entonces ella se da el lujo de mirar por la ventana, se da cuenta de que están frente a su casa  ¿Cómo sabe donde vivo? Se pregunta, pero ya no es relevante, porque el castaño acaba de abrir la puerta del auto y está esperando que salga de  él.

alucinada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora