El me mira y yo lo miro, nuestro abrazo fue desecho como una castillo arrasado por las olas que chocan con la orilla, solo queda el fantasma de nuestras sonrisas en nuestros rostros, mientras la sensación de sus brazos apresándome deja un cosquilleo en mis extremidades. Con seguridad puedo decir que fue uno de los mejores abrazos que me han dado.
Es increíble la forma en que un abrazo parece cerrar un pacto por segunda vez, pero esta es mejor. Como la unión de dos meñiques que sellan una promesa, un abrazo parecía ser una bandera blanca en medio de la guerra, un rayo de sol en el frio invierno, que calentaba los corazones de aquellos bienaventurados que tuviesen la dicha de apreciarlos.
El podría ser mi utópico rayo de sol si quería, y yo estaría bien con eso.
No puedo evitar que las comisuras de mi boca se eleven, aunque ya no me abraza, es reconfortante saber que se ha acabado, que es real y que no estoy tan sola después de todo.
Ahora que hablaba de agradecer, me siento como si careciera de su virtud, él ha hecho tanto por mí todo este tiempo, más allá de los últimos días en mi hospital, y yo no me he dado el segundo de demostrarle mi gratitud.
Y si, sé que soy muy orgullosa y ahora no lo parezco, pero se trata de él, el chico que como el mejor guardaespaldas del mundo se había encargado de hacer menos miserable cualquier momento de mi día, de mi semana y probablemente de varios años de oscuridad en los que me había sumido.
Algunos pares de meses parecían una eternidad en su compañía, ya que como si de alguna u otra manera nos hubiésemos conocido en otra vida; mi confianza estaba puesta en él, y puesto que él sabía gran parte de mi desgracia, había un desbalance importante en lo poco que yo sé de él, solo limitados conocimientos que ahora no sirven de mucho, pero son más que suficientes porque sé que su nombre es Harry, me quiere, y eso es más que suficiente.
‘’ ¡Hey, debo ir a contestar! ’’ tal vez parecía una loca mirando a un punto muerto, tanto que ni siquiera me percaté cuando su celular repicó sonoramente y lo alertó de una llamada entrante. Cree una diminuta sonrisa en señal de que no me importaba, entonces él se aleja sosteniendo el celular en su mano.
Mi vista sin querer queriendo vagó por la habitación, viajando hasta instalarse en aquel chico de piernas largas que resaltaba en el panorama. Y no, no pude evitar fijarme en su espalda ancha cubierta por aquel suéter color aceituna, la forma en que la camiseta blanca sobresale del borde de este y como esos ajustados pantalones parecen aferrarse a sus largas piernas como si de alguna manera la tela tuviera un vínculo con ellas que les permite adaptarse perfectamente.
Me recuerdo que Harry es mi amigo, y yo lo estoy mirando de esa manera por lo que en seguida me retracto, escondiéndome de nuevo en las mantas. Seguidamente presto un poco de atención a la conversación, que según escucho, es con Liam. Le dice algo sobre que pronto regresará y algunas otra ordenes que me suenan demasiado formales, hasta que finalmente cuelga diciendo que le debe mucho.
Harry voltea, sus ojos verdes perforan los míos y sonríe. Me siento como una niña pequeña, detallando cada uno de sus movimientos que son tan espontáneos y a la vez tan perfectos, dignos de una fotografía.
De un salto me levanto de la cama, de pronto me siento demasiado preocupada y la respiración se contiene en mi pecho.
¡Oh Dios, mi cámara!
‘’ Harry ¿Dónde está mi cámara? ’’ le pregunto, siento alterarme de esa manera, pero es importante para mí.
Vacila, pensando unos segundos y luego devolviéndole a su cara la luz en cuanto parece resolver un acertijo ‘’Ah, sí. Está en el bolso’’