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Tomo aire, me siento como si hubiese sido traída a la vida de nuevo, los recuerdos vagos son difusos, lejanos en mi mente, como si volviera a la superficie después de un largo viaje a las profundidades. Respiro. El oxigeno me llena unos segundos y luego escapa en un exhalación. Mis parpados se desconectan de su parte inferior, no veo del todo bien, pero en un parpadeo mi visión parece volver a la normalidad.
Soy consciente del blanco hueso de las paredes y el color azul de mi bata, pero no es hasta que siento la picazón en mi brazo que me fijo en la escala pegada a mi brazo. Ya no me quedan dudas, esto es un hospital.
Bufo, la idea de estar en un hospital no me agrada. Principalmente porque la razón de porqué estoy aquí aún no es muy clara en mi mente. Un destello de luz me obliga a cerrar los ojos, una escena se empieza a construir en mi subconsciente rápidamente antes de que un pinchazo me haga bajar de la fantasía que pretendía aclarar mis dudas.
‘’Veo que has despertado’’ dice una voz frente a mi cama. Lleva una uniforme blanco y una tabla en su brazo donde está apuntando algo.
Asiento, no tengo mucho que decirle ni tampoco quiero hacerlo. Los pinchazos se vuelven más constantes a cada segundo.
‘’ ¿Te duele la cabeza?’’ pregunta, su voz es tan serena que logra calmarme un poco ‘’Llamaré al doctor’’ informó sonriente. Me preguntaba por qué rayos podía estar tan feliz, pero antes debía sacarme una duda de la cabeza, o por lo menos hacer el intento.
‘’ ¿Qué me ha pasado?’’ pregunto, me tomo un costado de la cabeza. Ahí es donde duele más.
‘’Hum… ¿No recuerdas nada?’’ inquiere, sus facciones se tornan en confusión y luego recuperan su estado normal.
‘’No’’ respondo con un monosílabo.
‘’Lo siento, cariño. Pero no puedo darte ninguna información’’ me dice.
¿En serio? Estoy aquí encerrada en lo que presumo es un hospital, me duele la cabeza y aún no recuerdo porqué estoy aquí.
¿Es muy difícil darme alguna respuesta?
Por lo visto si lo era, porque ella salió del cuarto sin decir palabra alguna.
En unos minutos ella vuelve, pero está acompañada de un señor de uniforme azul y bata blanca, al igual que ella lleva una pizarra donde escribe inentendibles datos para mí que se están dictando.
‘’ ¡Buenos días, Tyra!’’ Su saludo es tan informal, como si me conociera desde hace tiempo ‘’Ella es Gwen y será tu enfermera’’ indica señalando a un costado. Oh, así que la señorita confidencial era Gwen. Asiento mientras una mueca se forma en mi boca.
‘’Veamos, ¿Sabes por qué estás aquí?’’ pregunta, chequea los valores de la maquina que monitorea mis latidos y anota en su libreta.
‘’No ¿Podría decirme?’’ pregunté esperanzada. Quitarle un poco de incertidumbre al ambiente tal vez sería de mucha ayuda.
‘’Espera… ¿No recuerdas nada?’’ negué ‘’ Oh, ahora entiendo’’ entonces miró a un lado, a Gwen, ella le hizo un gesto de obviedad y él le dio la razón.
‘’ ¿Te duele la cabeza?’’
Y así fue como luego de más preguntas, algunas respondidas con asentimientos y otras con negaciones, la escala fue retirada de mi muñeca y el doctor pudo tener su diagnóstico.
