''Más que solo palabras''
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La suave y efímera brisa perfumada de otoño ronda el fresco clima del día, yendo alrededor de las figuras y elementos del ambiente, colándose en una que otra ventana abierta a estas tempranas horas de la mañana, como la del cuarto de Tyra, por ejemplo.
La rubia suspira tendida en su cama, a pesar de que el sol iluminaba parte de la habitación, el calor no era algo que le preocupaba, por el contrario el clima es agradable, sin embargo, hay alguien detrás de la puerta que al parecer se divierte tocando rítmicamente la superficie plana.
Es más, Tyra se atrevería a decir que aquel que llamaba su atención, pensaba que había una batería imaginaria frente a su puerta, sin contar que dentro de la casa hay alguien, y esa es la pobre criatura que solo quiere dormir unos pocos minutos extras antes de comenzar su faena diaria.
Finalmente convencida de que su visitante no se iba a detener, se incorpora desarmando el enredo de sabanas, para posteriormente acomodar un poco su camiseta y, arrastrando los pies enfundados en coloridas medias, desplazarse a la puerta que aclama que alguien le reste atención.
Tyra se refregaba el ojo al tiempo que toma la manilla de la puerta entre sus delgados dedos y empuja la puerta develando la presencia de la persona que menos esperaba frente a ella.
Su primera reacción fue mostrar sorpresa, automáticamente formando una ‘’o’’ con sus labios, que no duró cuando ese gesto se transforma en un ceño fruncido y, luego en una sonrisa que termina en línea torcida, definitivamente, una serie llena de matices de claros y oscuros.
El muchacho cuyos cabellos rizados lucen más rebeldes que de costumbre gracias a la noche inquieta que había pasado, no supo si reír o llorar por la expresión que su amiga lleva impresa en la cara. No es felicidad, ni tampoco tristeza, así que eso es lo que le hace pensar que no ha sido tan malo después de todo.
—Hola— la chica saluda, sostiene la puerta en su mano y después de eso lo único en lo que puede pensar en que es lo que hace él ahí — ¿Qué haces aquí?— quiere saciar las preguntas que han abordado su mente, porque, después de todo, lo que menos se esperaba era a Harry tocando su puerta tan temprano mientras llevaba una de esas sonrisas que solo un niño con sobredosis de azúcar artificial puede tener.
— ¡Hola! Sí, sí, yo estoy bien, me alegra que tu también lo estés, no, no es molestia haber venido pensé que te molestaría pero gracias— Harry se contestó las preguntas que cordialmente Tyra debería haber hecho, obviamente en broma, porque no esperaba nada de eso de una persona tan orgullosa como ella. Se acerca a ella, preparándose para ser rechazado pero al mismo tiempo siendo cauteloso al colocar sus manos a cada lado de su cara — ¿Recuerdas cuando te dije que no perdería nada con intentarlo?— y por supuesto que Tyra lo recordaba, apenas había sido anoche y, aunque había creído que solo eran suposiciones suyas, las palabras la habían torturado la noche anterior hasta no poder más — ¿Me dejarás intentarlo? — pregunta.
No tiene idea de lo que solo palabras pueden causar.
Tyra realmente trata de que el dolor que atraviesa su pecho como una daga cargada de veneno no fue tan notable, pero el veneno se expande a través de su corazón y la única manera de no sentirse tan enferma es escupir amargas palabras —No—
Harry mentiría diciendo que no esperaba eso, ya se está acostumbrado a que con ella nada sea como las novelas que alguna vez había leído, ella probablemente nunca aceptaría su ayuda, pero él estaba de acuerdo con que el ‘’probablemente’’ no era definitivo, de su parte quedaba probarlo— Sabía que dirías eso— murmura — así que tendremos que hacerlo por las malas, ah—