Capítulo 18. || "Número 12. "

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Nathan estaba al frente de mí, y tenía la mejor visión de su rostro: sus cejas gruesas se veían aún más pobladas, su nariz tan perfilada como siempre hacia que sus pómulos resaltaran y que los rasgos de su cara se vieran aún más marcados y angulosos. Se había quitado la camisa, probablemente después de que yo me quedara dormida, y, no me quejé, pues el edredón en estos momentos sólo le cubría hasta la cintura. Estaba dormido, y yo quería que se quedara así, para poder admirarlo sin sentir que lo estaba mirando mucho. Las primeras luces de la mañana lo iluminaban, ya que él estaba de cara a la ventana, haciendo que todo se viera más claro y, ¿por qué no? un poco más romántico. Yo estaba acurrucada cerca de su pecho, dandole la espalda a la ventana.

Me dispuse a inspeccionar su rostro con más profundidad. Tenía algunas pecas y lunares en las mejillas, sus labios eran grandes, lo que daba la impresión que debajo de ellos había un pequeño hundimiento, para después dar paso a su mentón tan pronunciado; sus cejas se hacían más gruesas conforme se extendían hacia sus sienes, y el lugar en donde sus párpados se encontraban con su nariz estaba un tanto hundido, haciendo que dicho lugar se viera oscuro. Noté que se había afeitado hace poco, tal vez el día anterior, porque apenas se veía que le estaba creciendo una barbita. Su piel, noté, que no era perfecta. De hecho, brillaba mucho. 

Tenía unas cuantas pepitas y espinillas en la frente, pero, muchas estaban cubiertas por el mechón de cabello despeinado que ahora le caía por la cara, casi tocándole los ojos. Ya era hora de que se lo cortara, si es que quería seguir con el estilo que ahora tenía: pollina corta y cabello peinado hacia arriba. Su rostro, al igual que todo su cuerpo, era pálido, por lo que se podían notar las medialunas oscuras bajo sus ojos, producto de viajar mucho y descansar poco. 

Recordé lo que me había dicho la noche que me confesó la verdad: «y al principio yo te amé porque pensé que eras perfecta pero después me di cuenta de que no eres perfecta y  te amé mucho más

Como un instinto de madre, sentí la necesidad de apartarle ese mechón de cabello de la cara, pero no debí hacerlo, porque lentamente comenzó a abrir los ojos.

—Disculpa. 

Sus labios se curvaron un poco en forma de sonrisa. —¿Por qué? —dijo, apenas para que yo pudiera oír, en voz soñolienta.

—No quería despertarte. 

Ignoró mi comentario. —¿Qué estabas haciendo?

—Estaba pensando.

Se acercó a mí. —¿En qué estabas pensando?

Yo me acerqué a él. —Pensaba en que tal vez me gustarían más las mañanas si me despertara a tu lado todos los días. 

Sonrió. —Y dices que yo soy el enamorado cursi.

Lo ignoré, y después la atmósfera fue invadida por una pausa muy cómoda. Ahora que sus ojos estaban abiertos, la luz se filtraba a través de ellos, y algo muy curioso que noté era que sus pupilas, a pesar de toda la luminosidad que estaban recibiendo, estaban dilatadas. Recordé que dicen que cuando ves a la persona que amas las pupilas se te dilatan. Esperé que fuera por eso, y no porque tenía midriasis. (N/A: midriasises una enfermedad que provoca que la dilatación y constricción de las pupilas no se haga de forma normal.) 

Hablando de sus ojos, se veían inmensos y abiertos, y muy, muy verdes a la vez. Pude llegar a verle los tejidos musculares que conformaban su iris, y noté que tenía pequeños puntos de un marrón claro en ellos. Se veían preciosos. Amaba esa cosa de él, que sus ojos estaban más separados de lo normal, y un poco curvados hacia abajo en la parte del rabillo, lo que le daba un aspecto un poco triste y melancólica a su mirada. Eran cosas pequeñas como esas, las características de sus ojos, las pequeñas pecas en sus mejillas, su nariz perfilada y su frente llena de pepitas lo que me hacía amarlo más y más. Y, no sé por qué, pero me acordé de algo muy gracioso que había leído, quién sabe cuándo, tal vez el año pasado: un comentario de una fan, que no sabía si Nathan tenía los ojos azules o verdes, porque al parecer siempre salían diferentes en las fotos, dependiendo de la cámara. Pues, donde quiera que estés, fan confundida: tiene los ojos verdes, intensamente verdes. 

Over Again. ~ Secuela de Loverboy - Nathan Sykes Fanfic. (versión español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora