Cap 5

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Capítulo 5. Negociación

-Yamanaka.

-¿Sí, Sasuke-kun?.

-Creo que Sakura está viva -soltó el muchacho a quemarropa sin ningún tipo de sutileza.

Ino ensanchó los ojos mirándole por un segundo como si no creyera realmente que esas palabras habían salido de la boca del muchacho. Sin embargo, tras recuperarse del impacto inicial, la chica frunció el ceño y contra todo pronóstico, estampó su puño en la mejilla del Uchiha.

Sasuke seguramente lo pudo haber esquivado si no hubiera sido algo tan inesperado, ¿Quién iba a imaginar que Ino iba a pegarle, a él, Uchiha Sasuke?.

-¿Qué haces, loca? -se quejó el Uchiha mirándola como si fuera una perturbada.

-¡¿Qué mierda haces tú?, ¡¿quién te crees que eres? -gritó Ino con rabia en respuesta- No tienes ni idea... de lo que hemos sufrido todos por Sakura... no tienes ningún derecho a llegar aquí y volver a abrir esa herida que tanto nos ha costado cerrar -la chica apretaba los puños con furia y le fulminaba con dolor en la mirada-, y mucho menos a Naruto ahora que comienza a levantar cabeza después de tanto tiempo pareciendo un alma en pena. Aceptar su muerte nos ha costado mucho así que deja el recuerdo de Sakura en paz, sólo quieres creer que está viva para calmar tu mala conciencia por haberla abandonado...

Ino soltó un grito ahogado cuando Sasuke la agarró por el cuello haciendo que su espalda chocara contra la pared.

-Ten cuidado -siseó el Uchiha con el Sharingan peligrosamente coloreando sus ojos-, yo no soy como los peleles con los que acostumbras a tratar.

La rubia tembló ante sus palabras tratando de soltar la mano que aprisionaba su cuello permitiéndole apenas respirar con dificultad.

-Suéltame -pidió con voz débil y los ojos algo húmedos. El aura oscura y peligrosa que envolvía al pelinegro le recordó a aquella vez en el examen Chuunin, había olvidado que aunque hubiera vuelto no era como Naruto o Shikamaru a los que podía reclamar a gritos y golpear, él era peligroso.

Sasuke la observó durante unos segundos con desafío y tras un parpadeo sus ojos volvieron a ser negros y su agarre aflojó poco a poco.

-Tú no puedes entenderlo -dijo con voz grave apartándose de ella-, esta vez no voy a abandonarla.

Ino ablandó su mirada al percatarse del brillo de dolor que presentaban los ojos del muchacho y la manera en la que apretaba los puños. Pese a todo lo que era, él también echaba de menos a su amiga.

-No se trata de abandonarla -se atrevió a decir la rubia con tono suave-, sino de dejarla ir.

-¡SUIGETSU! -oyeron gritar con furia.

En ese momento, un estruendo proveniente del piso de abajo hizo temblar la casa seguido de una perorata de insultos y gritos, haciendo que Sasuke ahogara una maldición y saliera como un huracán de la habitación con el ceño fruncido seguido de cerca por Ino que lo miraba con curiosidad.

-¡Fue un accidente zanahoria! ¡Mi mano no querría acercarse voluntariamente a ninguna parte de tu cuerpo! -gritaba Suigetsu saltando por encima de una mesa volcándola como parapeto para huir de los brutales golpes de la pelirroja que le perseguía lanzándole cualquier cosa a su alcance.

-Respiración, relajación, autocontrol -sentado con las piernas cruzadas en el centro de la sala, mientras los otros dos daban vueltas a su alrededor, se encontraba Juugo con los ojos cerrados como si tratara de meditar-. Respiración, relajación, autocontrol...

En los últimos tiempos, el gigantón había obtenido un mayor control sobre sus impulsos asesinos que eran puestos a prueba constantemente por Karin y Suigetsu. Y por eso, aunque ahora podían verse las marcas del sello maldito comenzando a invadir su piel, el chico seguía sentado tratando de relajarse en lugar de lanzarse a matar a todo ser viviente en la habitación.

⭐No Digas Que Fue Un Sueño⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora