Mi dignidad

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Bebimos y bebimos.
Valeria sólo había tomado unos cuántos shots cuando ella ya estaba totalmente perdida (supongo de debió de ser las hojitas de marihuana que tenía guardadas y que se las di).
Yo, por mi cuenta, me bebí más de la mitad de la botella.

Valeria se puso mal. Lloraba y lloraba tal cual bebé. Parecía interminable.
Le marcó por teléfono a su ex, y la regañé.

Traté de impedir a toda costa que le volviera a hablar o a establecer cualquier contacto con alguien estando borracha y drogada.

Hooooraas más tarde se tranquilizó y logré dormirla.
Pero adivinen, seguía yo.

Apenas me estaba haciendo efecto el alcohol después de habérmela pasado cuidando a Valeria, y le hablé a Edgar.
Y lo peor fue que me contestó.

No quiero mentirles, no recuerdo la mayoría de las idioteces que le dije. Sólo recuerdo que también estaba llorando como bebé.
Solté un montón de cosas sin sentido alguno y muchas otras con mucho sentido pero bastante humillantes.
Le pregunté por su nueva chica, y le pregunté que si era feliz.
Llevaban apenas 2 semanas saliendo, obvio no me pudo contestar. El problema número 1 es que lo conozco de pies a cabeza. Lo recorrí todo. Y sé que de esto que tienen va a salir algo. Porque él es tan lindo, perfecto, él la va a saber amar. Van a estar juntos por tanto tiempo; incluso más del que estuvo conmigo, y ella lo va a amar mejor que yo. Lo voy a perder para siempre y... Y tengo una imaginación muy peligrosa.
Ella es bonita, lo sé, yo la conozco.
No quiero perderlo.

También creo recordar que le dije que la estaba llevando mal, que me sentía triste y sola. Y vacía. Que ahora tenía vicios y que no me sentía yo. Lo peor de eso es que se me salió decirle lo de aquella vez que fumé marihuana. Ilumíname Señor y quítame ésta idiotez que no me deja vivir tranquila.

Le pregunté que si ya no me amaba. Así, así como lo digo.
Al principio no me quizo contestar, y creo que tal vez se puso a llorar pero no recuerdo bien. Me cambiaba de tema y yo sólo quería que contestara.

Me estaba volviendo loca de remate, y no eran celos. Simplemente que... él ya no me amaba, yo lo sabía. Edgar me había superado, olvidado y reemplazado, y yo no podía hacer nada para que cambiara de opinión. No tengo ni la más mínima idea de por qué le insistí tanto si esas eran las últimas palabras que le quería escuchar decir.

Pero lo dijo. No me amaba. Ya no.

Le dije que lo dejaría de molestar, que había entendido todo. Y no volvimos a hablar esa noche.
Me mandó a dormir diciéndome que estaba demasiado borracha y que necesitaba descansar.

Lloré y lloré más. Y más tequila tomé.
Que patética me siento. 17 y bebiendo alcohol por un amor.

Al día siguiente le conté a Ema y Paola y ellas; dijeron que no me entendían, que yo lo había terminado y que lo seguía amando y que lo quería de vuelta bla bla bla.

Se equivocaban, mi problema no era ese.
Problema número 2: yo no lo quería de vuelta. Yo lo dejé y sé que no puedo recuperarlo. Lo único que podía hacer era olvidarlo, ¡pero no podía!
Que mierda con este tipo. lo amaba, como loca; y cómo no si es mi primer amor. lo necesitaba, me hacía falta como me hace falta el aire para respirar. quería que él estuviera conmigo más que a nada en el mundo; pero por supuesto que eso no pasaría.

Juro que no le deseaba ningún mal y de hecho quería que encontrara a alguien (alguien que lo supiera amar). Necesitaba que alguien lo quisiera de una forma en la que yo no pude porque sé que merece eso y más.

Pero aún lo quiero, y mientras lo siga queriéndo me va a seguir doliendo verlo con una chica que no sea yo.

Yo lo único que quería y anhelaba (quiero y necesito) era desenamorarme de Edgar.

Causa y efectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora