Capítulo 17

642 54 17
                                    

— ¿Pero a usted qué fue lo que le pasó, Furuhata? ¿Se peleó con alguien o durmió con un león?

— Corrección, mi estimado doctor, —dijo Andrew muy adolorido—una leona, me topé con una hermosa leona anoche y ah, hermano... Usted no se imagina, esa mujer es increíble...

— Pero Furuhata, casi lo mata, ¿si se vio al espejo antes de salir de su casa? ¿Si vio como lo dejó?

— Vea Darien, le digo tanto como esto, —dijo mientras se sentaba en presidencia con él y no dejaba de reírse—si me la vuelvo a encontrar y me quiere golpear de nuevo, yo me dejo con mucho gusto. Uy, sí, anoche fue una de las mejores noches de mi vida.

— Usted si es muy masoquista hermano, es el colmo.

— Bueno, que hablando de masoquistas y de dolor... ¿al fin que pasó con Sere? ¿En qué quedaron?

—No sé. Ella me dijo un poco de cosas ayer antes de irse con Luna y nada, hoy no me he podido comunicar con ella.

—¿Qué le dijo? Es que como usted es medio lento a veces...

—¡Oiga! —Le reprochó con ofensa y le aventó su pelota mientras un lastimado Andrew reía— Respete. Me dijo que, ¿Cómo fue que me dijo? Ah, ya. Cuando yo le dije que listo, que supusiéramos entonces que ella tiene razón y que lo que yo estoy es confundido y necesito tiempo para olvidarme de ella, cuando yo le pregunté qué pasaba entonces si ella volvía dentro de un mes y yo seguía enamorado de ella, me dijo que lo mismo daba porque yo estoy comprometido con Rei, que yo sí o sí me tengo que casar.

—Aja, ¿y qué es lo no entiende? Para mí está muy claro.

—¿Qué es lo que está claro? Yo no le entendí, ¿me quiere o no? ¿Si está interesada en mí o qué?

—Usted si es muy bruto, Darien. Ay, ayayay... —Se quejó Andrew cuando se levantó de la silla y después de tirarle de nuevo la pelota a Darien—Más claro no puede ser, usted sabe que las mujeres no son como nosotros los hombres, que somos literales, cuando decimos una cosa es así, no la decimos para que la interpreten, sino que lo que decimos es lo que de verdad queremos decir. Es obvio que ella está interesada, que siente algo, pero jamás va a tener nada con usted por mucho que lo quiera mientras siga con Rei, mientras tenga ese compromiso.

—Ah, bueno, entonces es fácil, simplemente tengo que dejar a Rei y ya, ¿no?

—Error, error, mi estimado presidente. —Le dijo mientras se hacía tras él y le apretaba un hombro—Usted no puede dejar a Rei y si alguien sabe la razón es ella. Yo se lo vengo diciendo desde hace rato, pero usted simplemente no quiere hacer caso. Su romance con Serena acabó antes de haber empezado. Usted se tiene que casar con Rei, punto.

—Tan fácil que es para usted decirlo, ¿no? Claro, como no es su vida, pues no le importa. Yo no me quiero casar con Rei porque no la amo. Con decirle que, ay, le voy a hacer una confidencia, pero no puede salir de nosotros dos.

Andrew le dio a entender con un gesto que no se preocupara, que hablara tranquilo que fuera lo que fuera él lo iba a callar.

—Yo hace rato que no me acuesto con Rei, no la deseo, no me nace estar con ella.

—Venga, ¿me está hablando en serio?

—Sí, muy en serio. Furuhata, —empezó a apretar la pelota y a caminar en círculos por la habitación mientras Andrew se veía de verdad preocupado—desde que empecé a sentir esto que siento por Serena no deseo a ninguna otra mujer que no sea ella. No quiero estar con Rei ni con nadie, no me nace, no me provoca. Por eso no me puedo casar, yo no me puedo casar con una mujer que no deseo. ¿Entiende lo que le estoy diciendo?

"Yo soy Sere, la fea"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora