Cosas que pasan

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Últimamente su semana estaba llena. Casi todos los días se encontraba con alguno que otro trabajo. Por suerte tenía bastante experiencia manejando todo lo que ello implicaba. No por nada era famoso en casi todo el mundo. Kise Ryota comenzó su trabajo de modelo cerca de los 16 años, por lo que se consideraba un experto en ello ahora que tenía 19.

Su vida era tranquila, tenía dinero, un departamento, y era feliz... o al menos iba a serlo luego de cumplir con su cometido. Lo único que le faltaba para ser completamente feliz era tener a su amada junto a él. Y para cumplir con ello le pediría matrimonio ese mismo día.

No podía esperar más para pedírselo, por esa razón se encontraba de camino a la cafetería donde habían acordado juntarse esa tarde.

Kise acababa de salir de su trabajo y llamó a su novia para preguntarle qué tal todo. Él se encontraba muy nervioso, las piernas y manos no paraban de temblarle. Sin embargo su novia no sospechaba nada, ella solo esperaba a que se encontraran luego porque debía informarle algo muy urgente que no podía esperar más.

Cuando por fin llegó a la cafetería, se detuvo a las afueras y respiro hondo un par de veces. Revisó el bolsillo donde había guardado el anillo y abrió la pequeña caja comprobando que todo estaba donde debía estar. Guardó la cajita nuevamente y acto seguido ingresó al lugar, divisando a su novia casi al fondo de la cafetería, donde prácticamente no llegaba luz.

Ella aun no lo había visto y quizás estaba en el destino que no lo viera llegar, porque Kise comenzó a hiperventilar ahí mismo. No podía mantenerse quieto y le estaba costando un poco respirar. No entendía cómo podía estar así de mal cuando debía de estar feliz por lo que haría pronto, debía estar sintiendo esas mariposas revolotear por su estómago... pero no era así.

Tuvo que desviarse para ir al baño un momento. Quizá tomar un poco de agua le ayudaría a calmarse.

Nadie sabía todavía pero al parecer estaba en el destino el que Kise hiperventilara y fuera al baño en ese preciso momento...

***

Por otro lado, un moreno de cabellos azules comenzaba a ingresar a la cafetería en la que Kise acababa de entrar. Aomine no sabía lo que le deparaba aquella tarde. Lo único que él quería era usar un baño porque sentía que se desmayaría si seguía por las calles. Solo necesitaba calmarse un poco luego de todo lo que había ocurrido en su trabajo. Y es que no todos los días tienes que arrestar a tu mejor amigo porque mató a su ex, y luego echar a tu novia del apartamento porque la muy jodida estaba revolcándose con un idiota.

Definitivamente ese no era el día del oficial Aomine daiki. Todo parecía ir de mal en peor. Solo esperaba que las cosas mejoraran un poco por la tarde. Sin embargo, su dolor de cabeza no le ayudaba mucho a orientarse y casi podía asegurar que se desmayaría si no ingería algún alimento.

Ese día olvidó por completo que debía comer, y ahora le estaba pasando factura. Pero primero lo primero: baño.

El joven peli azul camino con pasos un poco tambaleantes pero se recompuso de inmediato. Ajusto un poco su visión e ignoró el dolor de cabeza, ya que una vez en el baño podría refrescarse de una vez por todas y también podría estar en silencio. Necesitaba del silencio para poder pensar.

Al llegar a la puerta giró de la manija y esta cedió por lo que supo que estaba vacío. Antes de entrar, movió el interruptor de la luz y luego cerró los ojos mientras cerraba la puerta a su espalda.

El moreno suspiró con pesadez y se dejó caer hasta quedar sentado en el suelo con la espalda apoyada en la puerta. Con parsimonia levantó un brazo y le puso pestillo a la puerta.

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora