Solo

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Kise no reaccionó con palabras. Solo se quedó mirando al de ojos azules con una mirada perdida. Ni siquiera se percató de que se le había escapado una lágrima.

Se sentía tan... vacío.

Tan solo.

Y es que de verdad estaba solo. No tenía a nadie. Se independizó de su familia apenas cumplió la mayoría de edad. No valía la pena seguir viviendo con un padre que jamás en la vida lo amó... no valía la pena seguir viviendo con un hombre que en vez de cuidarlo, lo hirió tan duro que incluso creyó que no llegaría a vivir para contarlo. De hecho Ryota ni siquiera sabía cómo había llegado a ser lo que era ahora.

La vida de aquel rubio fue bastante carente de afecto, tanto así que llegó a perder toda esperanza de conocer a una persona que lo amara. Cuando llegó su novia, él era solo un chico que aparentaba ser feliz y extrovertido para ocultar su verdadero ser. Un ser tan frágil y débil, que si no lo sabías tratar, este se quebraría.

Emi era una chica hermosa, de pies a cabeza. Tenía esa personalidad que te hacía querer nunca irte de su lado. Era explosiva y tímida a la vez. Tenía un sentido del humor muy raro pero a Kise le encantaba. Emi tuvo el corazón de Kise en sus manos desde la primera vez que intercambiaron palabras en el instituto... es por esa razón que el pobre chico no sabía qué pasó en esos años. Ellos eran felices siempre. Nunca discutían y se llevaban de maravilla, según él. Entonces ¿Qué pasó? ¿Qué mierda ocurrió que él fue tan ciego para no ver? Eso era lo que se preguntaba una y otra vez, allí, mirando a los ojos del moreno.

– Oye, Kise –repitió Aomine mirándolo con el ceño fruncido.

Kise solo escuchaba su voz. No tenía fuerzas para responder, ni siquiera creía tener fuerzas para levantarse e ir a... ir a ningún lugar. Ni siquiera tenía fuerzas para estar enfadado con su, ahora, "ex" novia, Emi. Y es que Kise nunca en su vida se había enfadado, mucho menos odiado a ninguna persona. Por muy mal que le trataran, jamás lo había hecho.

– Kise, ¡por el amor de Dios! –exclamó el moreno ahora un poco más preocupado ya que el otro no respondía.

Aomine no sabía qué hacer. ¿Se lo llevaba de allí? Pero si así lo hacía ¿A dónde? Podría llevarlo a su apartamento... sin embargo... corría un gran peligro si así lo hacía. Él aún recordaba ese magnetismo que sintió en esa habitación de hospital... eso era peligroso pero muy atrayente...

– Ryota –gruñó desesperado. Si eso no funcionaba tendría que llevárselo sin importar lo que pasara.

El chico parpadeó y rompió el contacto visual. Hizo como si nada hubiera pasado y formó una gran sonrisa en su rostro.

Daiki lo miró más confundido que nunca. ¿De verdad estaba sonriendo? ¿Qué.Mierda? ¡¡Si hace poco ni respondía!! Suspiró tratando de calmar su molestia. Ese chico era tan... ¡agh! Lo exasperaba y ni siquiera había estado con él más de quince minutos.

– Kise ¿Estás bien?

– ¿Yo? jajaja ¿Por qué no habría de estarlo? –se carcajeó el rubio.

– Estabas llorando... y te llamé dos veces antes de que reaccionaras. No me vengas con eso de que estás bien. Algo me dice que estas mintiendo y no me gustan tus cambios de humor...

– ¡Hey! –lo interrumpió el rubio poniendo una mano sobre sus labios– yo nunca he llorado y me importa un bledo si mis cambios de humor no te gustan... hay algo más importante aquí ¿Quién diablos eres? –.

Daiki lo miró como si le hubiera salido otra cabeza. ¿De verdad no sabía su nombre? ¿Acaso ese chico no veía las noticias? Definitivamente su ego estaba siendo herido.

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora