Aparentemente... mucho que explicar

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Entre sueños, Aomine sentía un constante cosquilleo contra su pierna. No quería despertarse porque se encontraba muy cómodo allí, había algo cálido y suave debajo de su mejilla... pero esa maldita vibración no paraba.

Ya no podía seguir ignorando esa llamada. Sabía que era su jefe... así que poco a poco volvió a la realidad y sacó el jodido teléfono.

– Daiki –dijo la voz de su jefe notablemente molesto.

– Akashi –respondió con un bostezo.

– Te he dicho incontables veces que contestes el maldito teléfono –Akashi estaba enfadado. No le gustaba que Daiki siempre ignorara sus llamadas.

– Sí, sí. ¿Qué pasa ahora? –Aomine estaba recién despertando como para que Akashi comenzara a dar su discurso de:"Yo soy absoluto y te mataré si no sigues mis órdenes".

– No te pases de listo, Daiki. Más te vale no meterte conmigo. Ahora, escucha con atención. Esta tarde se termina tu trabajo encubierto, así que vas a volver con nosotros. Tengo otro trabajo para ti. Ordena todas tus pertenencias. Tienes hasta medianoche para llegar a la base –.

Lo siguiente que el peli azul escuchó fueron los pitidos de la línea ya que Akashi había colgado. Suspiró. No creía que tendría que regresar a la base tan rápido. Tendría que arreglar todo el papeleo en la oficina para no dejar nada suelto. Eso le tomaría horas. Tendría que comenzar de inmediato si quería terminar antes de que fuera tarde. Si no llegaba antes de medianoche, estaba seguro de que Akashi terminaría matándolo. Con suerte le soportaba el hecho de no contestar las llamadas, no quería tentar un poco más su suerte.

Se levantó del asiento y estiró los músculos agarrotados por haber estado en una posición incómoda. No acostumbraba a dormir en sillas y ya lo había hecho dos veces en menos de un día. Miró la hora en su reloj y eran las nueve de la mañana.

Su vista se vio atraída por el cuerpo que aun dormía. Lo observó unos segundos y suspiró. Al parecer no podría quedarse para interrogarlo. Estaba seguro de que Kise se iría apenas despertara. No había forma de mantenerlo allí sin utilizar la fuerza. Sonrió de medio lado al imaginar la cara del rubio cuando viera lo que estaba a punto de hacer.

Sacó unas esposas de su bolsillo, que a propósito, nunca se quitaba de encima, anduviera con uniforme o no, y ajustó una de ellas a la muñeca de Kise mientras que la otra la cerró en el metal de la camilla. Aomine se sentía más tranquilo ahora que lo había dejado atado. Era su seguro de que no iba a escapar hasta que él, en persona, lo liberara.

– Nos vemos más tarde –dijo el moreno abandonando la habitación con una sonrisa complacida.

En su salida se encontró con Midorima llegando al trabajo. Le guiñó un ojo al pasar y el peli verde comprendió el significado de eso, cuando, al llegar a revisar a Kise, lo encontró esposado al metal de la camilla.

El médico solo suspiró al ver tal escena. Ese chico se pondría histérico cuando despertara y descubriera que no era libre.

***

Kise estuvo inconsciente por horas luego de que Aomine se fue. No podía abrir los ojos por más que quisiera. Era como si todo el cansancio que había estado conteniendo, de repente lo atacara. Aparte de que tampoco quería volver a la realidad. Quería retrasar al máximo todo lo que estaba pasando... pero eso no le serviría, tarde o temprano tendría que afrontarlo, así que hizo su trabajo en volver a sí mismo.

Lo primero que sintió, fue el dolor. Después escuchó el sonido de las máquinas y por último, sintió el sabor de la sangre en su boca. Le pesaban los parpados y todo el cuerpo, sentía su cabeza dar vueltas y le costó entornar la vista en un punto fijo. Luego de unos segundos, por fin fue capaz de ver con claridad... y fue cuando lo descubrió.

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora