Para dejar en claro las posiciones

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Aomine, en su camino al hospital, se había calmado y había decidido olvidar toda la ira contra Kise cuando recibió la llamada del maldito "senpai-corazón-corazón-brillitos", pero cuando entró a la habitación, con toda la disposición de entablar una conversación normal y civilizada, escuchó al rubio gritando: " Yukio se encargará de todo, ya verás"... y digamos que todo se fue al garete.

– ¿Yukio? ¿Quién mierda es ese? –dijo parándose a los pies de la camilla.

Kise, al escuchar la voz de otra persona, quedó mudo, más aun cuando descubrió que esa voz era la del moreno del cual había huido cuando habían estado "conversando". ¿Qué hacía ese imponente moreno ahí? ¿Cómo lo había encon...? No. Maldito cuatro ojos.

– Tú... maldito –masculló Kise mirando al doctor que trataba de escaparse en silencio– Fuiste tú quien le avisó a este simplón ¿cierto? Pervertido cuatro ojos con un título de doctor, ¿Quién te crees? ¡Yukio te denunciará! –.

Midorima estaba muy encolerizado. Se le notaba en la tensión del rostro y el tic nervioso de acomodarse los lentes. No le iba a permitir a ese mocoso que le faltara el respeto de tal modo. Además toda la culpa era de ese maldito idiota de Aomine...

– Aomine –gruñó mirándolo con notable ira– Más te vale que lo controles, no estoy para lidiar con mocosos...

– ¡¿A quién le dices mocoso?! –gritó el rubio pero tuvo que comenzar a tranquilizarse, el hecho de ignorar el dolor le estaba comenzando a afectar. Se sentía mareado.

El peli verde lo miró con cansancio y se marchó murmurando sobre modelos y complejos de superioridad. En cambio el moreno estaba sin decir nada ante lo que veía. Estaba asombrado con la actitud de Kise... sentía un poco de admiración. Estando herido y con dolor, aún tenía energías para pelear. Su voluntad debía de ser inquebrantable...

Aomine siguió a Midorima para obtener algún tipo de informe sobre lo ocurrido con Kise antes de su llegada al hospital. Además así aprovechaba para que el rubio recapacitara y se calmara un poco.

– Shintaro –lo detuvo el moreno antes de que el otro se fuera.

– ¿Qué?

– Quiero saber qué pasó y qué tan grave fue –.

Midorima se detuvo y lo miró. Aún estaba molesto con el modelo que tenía de paciente, pero sabía que la actitud del rubio había sido la correcta. Si él mismo hubiera despertado esposado a una camilla, su reacción hubiera sido la misma... Aomine se merecía lidiar con la furia del otro chico, y él no iba a interferir. Algo le decía que Kise le daría suficientes dolores de cabeza al moreno que lo harían arrepentirse de haberlo amarrado como a un delincuente.

– Primero que nada, déjame preguntarte algo... ¿Conoces a ese chico?

– ... –Aomine lo miró con la expresión en blanco – Ehh... no.

– ¿Sabes quién es?

– No.

– Definitivamente eres un ermitaño cavernícola –susurró asombrado– En fin, te daré el diagnóstico y me dejarás fuera de tus asuntos. No quiero estar involucrado cuando llegue Yukio...

– ¿Conoces a ese Yukio? ¿Quién es? ¿Cómo lo conoces? –.

Midorima estaba a punto de propinarle un golpe a ese idiota. Y es que ¿Quién no conocía a Yukio Kasamatsu? Él era el manager y representante de Kise... se había hecho famoso por todas las campañas publicitarias que había logrado conseguir para el modelo. Además de que casi siempre era nombrado en los programas de modas como el "Guardián del Dios griego Kise Ryota"... Takao siempre estaba al tanto de todas esas tonteras y Midorima podía asegurar que su peli negro se conocía toda la vida de Kise.

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora