Perdiendo el control... curiosamente

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El olor a comida hizo a Kise gruñir en agonía, necesitaba algo de comida humana lo más pronto posible, pero no quería decir ni pedir nada, su orgullo le estaba impidiendo rebajarse a suplicar por comida. Tenía el presentimiento de que Aomine no le haría fácil el pedirle cosas. Sospechaba que ni siquiera podría pedir ayuda a ese peli azul sin tener que suplicar... prefería arrastrarse, e incluso, morir en agonía pero no pediría ayuda. No. Negativo.

En la cocina, Daiki había terminado de preparar la mesa con demasiada comida. La vista era bastante colorida, se había esmerado, como nunca, en que todo se viera bonito, tenía la impresión de que al modelo le gustaban mucho ese tipo de cosas.

Teniendo todo preparado, se dirigió a la habitación donde había dejado al rubio y en el camino sonrió sin desearlo... pero la sonrisa se le esfumó cuando vio lo que Kise estaba haciendo.

Ryota estaba en una posición bastante cómica, parecía una tortuga, cuando se dan vuelta y caen sobre el caparazón. Tenía los brazos estirados hacia arriba y movía los dedos como si quisiera agarrar algo invisible, no movía las piernas, pero tenía el rostro arrugado en concentración... o más bien en una mueca de esfuerzo inútil.

Aomine se cruzó de brazos en el marco de la puerta y se le quedó mirando sofocando la risa que amenazaba con salir. Después de unos segundos, adoptó un rostro serio y se aclaró la garganta.

– El desayuno está servido –dijo el moreno dándose media vuelta y caminando fuera de la vista del rubio, pero en realidad no se fue, solo se ocultó tras la pared, allí donde Kise no podía verlo.

El rubio había detenido su fracaso de intento para levantarse, no podía ponerse de pie como una persona normal, era como si el dolor se hubiera puesto de acuerdo con la situación para que no pudiera levantarse por su propia cuenta. Cuando escuchó la voz del moreno, se había detenido de inmediato por la vergüenza y se mordió la lengua cuando sintió las ganas de decirle al otro que lo ayude...

– Yo puedo solo –pataleó Kise haciendo una mueca infantil y mirando al techo con enojo.

El peli azul puso los ojos en blanco y se sentó en el suelo. Intuía que las cosas iban a ser lentas ya que el rubio mostraba altos signos de orgullo, pero si no se apuraba en pedir ayuda, no tenía de otra alternativa que entrar e irrumpir sin su consentimiento. Él no tenía problemas con irrumpir sin permiso, pero no quería que Kise comenzara a desconfiar de él. Todo lo contrario, el moreno quería que el rubio fuera capaz de confiar en él al nivel de pedirle todo lo que le plazca, porque él lo haría sin negarse.

Sin embargo Ryota... no quería ceder... y su cuerpo se estaba rindiendo al esfuerzo sin recompensas... así que sin quererlo, de su boca salieron palabras que él no había autorizado.

– A... Aominecchi –dijo tapándose la boca y luego el rostro con ambas manos, completamente avergonzado. Nunca utilizaba el "cchi" al final de un nombre... desde que tenía ocho años...

Aomine por su lado se había atragantado con su propia saliva y comenzó a toser. La forma en que el rubio lo había llamado le hizo sentirse especial... le hizo sentirse muy cerca del otro, además de que el tono utilizado por Kise, hizo a Daiki ponerse un poquito ansioso. Quería ir corriendo a su llamado, como un perrito, pero eso sería demasiado abrupto. Así que se levantó con lentitud y caminó dentro del cuarto nuevamente.

Kise aún continuaba con el rostro tapado pero al sentir los pasos del otro, separó los dedos de sus manos y comenzó a verlo por entre los espacios.

– Vete, ese no fui completamente yo –dijo Kise en un tono apagado.

– Para mí sí eras tú –respondió Aomine deteniéndose justo al lado del otro– Además el desayuno se enfriará y prefiero que te alimentes bien, si quieres puedo ignorar el hecho de que me hayas llamado.

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora