Débil ser

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Ryota permaneció en la oficina hasta que logró calmarse y ya no lloraba con tanta intensidad. Fuera todos estaban como locos moviéndose de un lado a otro siguiendo las instrucciones de sus superiores, pero había cierto chico que sintió un poco de compasión por la historia que había escuchado. Así que entró a la oficina con un vaso de agua y una caja de pañuelos.

– Señor Kise –dijo el chico de cabellos rojos– Por favor tenga esto –le entregó ambas cosas y el rubio las tomó sin decir una palabra.

– ¿Necesita algo? Cualquier cosa no dude en pedírmelo –Kagami estaba nervioso porque no sabía qué hacer para ayudar, además de que se encontraba frente a un modelo muy famoso... y frente a una persona que había vivido inimaginables situaciones.

– Estoy bien –murmuró Kise bajando la mirada a sus manos. Dio un sorbo de agua y se limpió la nariz– P-Pero... ¿Puedes quedarte a hacerme compañía? M-Me siento un poco solo ahora –sonrió tristemente y su rostro se arrugó nuevamente con lágrimas.

Se llevó las manos a la cara para taparse y Kagami lo miró con dolor. Ese chico frente a él sufría solo y se notaba que nunca pedía ayuda... el corazón del peli rojo se conmovió y se acercó hasta quedar a cuclillas frente al otro.

– Kise –Kagami le tocó el hombro– No hay necesidad de sufrir solo, a veces se necesita un poco de ayuda y hay que ser valiente para pedirla. No es una debilidad –.

Ryota quería gritar, quería que su garganta quedara sin cuerdas vocales porque era la única cosa que le podía brindar liberación. El proceso por el cual estaba pasando era complicado y no sabía cómo afrontarlo. Algo estaba comenzando a cambiar dentro de sí mismo y sentía unas incontrolables ganas de matar a su padre. Quería gritarle todo lo que había estado guardándose por once años y... matarlo. Quería venganza por todo lo que le habían hecho, quería... matar a todos esos bastardos que veía en sus pesadillas... incluso se le vino a la mente su ex novia, Emi, ella también tenía que pagar.

– ¿Han capturado ya a mi padre? –preguntó el rubio.

– Sí, lo traen hacia acá ahora, en cualquier momento va a llegar –respondió el peli rojo– Si necesitas algo, no dudes en pedirlo.

– Gracias –.

El peli rojo se levantó y se sentó en el asiento vacío frente al rubio. Su móvil comenzó a vibrar y tuvo que responder al ver de quién se trataba.

– Vaya, Aomine –dijo el peli rojo– Una sorpresa que llames. ¿Te acordaste de que tienes amigos? –.

Ryota dejó de respirar. No movió ni un solo músculo y sus lágrimas cesaron abruptamente al escuchar el nombre de la persona con la cual ese peli rojo estaba hablando. Si a ese chico se le ocurría decirle a Daiki que Kise estaba ahí... las cosas se iban a complicar mucho más de lo que ya estaban.

– Sí, sí –el moreno no estaba para perder el tiempo así que su genio tenía un poco de límites– Ahórrate los reparos para otro día, quiero saber dónde estás.

– En la estación –respondió Kagami frunciendo el ceño a la pregunta del moreno y a la expresión que Kise había adoptado– No pude ir a terreno porque aún me faltan unos años...

– ¿Todo el jaleo empezó allá? –preguntó el peli azul, tenía la sospecha de que Kise estaba por ahí cerca.

– Sí, de hecho, Kise, el chico de las noticias, está... –.

Taiga no pudo seguir hablando porque de repente el rubio se había avalanzado sobre la mesa quitándole el móvil. El peli rojo quedó totalmente asombrado y no sabía cómo reaccionar ante esa mirada tan salvaje y molesta de Ryota. Sintió un poco de miedo por su vida...

#1 No lo niegues [AoKise] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora