Capítulo 8: el sincericidio

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Ya en lo de los Stilinski, el Sheriff les ofreció algo para comer, pero  el lobo pudo escuchar casi instantáneamente cómo el estómago de Stiles se retorcía. Entonces, Derek le mintió descaradamente diciendo que ellos ya habían comido en la casa de Scott. 

Luego subió casi a gatas a Stiles por las escaleras y lo recostó en su cama con la mayor delicadeza posible. El menor lo miró con sus ojos amarillentos, más notorios que nunca ahora que se le marcaban más las cuencas. 

- Gracias, de veras. No sabría como decirle a papá que no puedo comer. - Derek mientras tanto acercó la silla del escritorio a un costado de la cama y se sentó en ella. No lo sorprendió en lo más mínimo. El Nogitsune era por sobre todo un ser despreciable, porque al tomar posesión de Stiles lo había desgastado hasta consumir todo el poder que necesitó para separarse. Era normal que por el momento no pudiera retomar sus funciones normales. 

- No hay de qué. - 

- Sabes... Estoy recordando algunas cosas. - dijo mirando hacia otro lado, sugiriendo algo tácitamente. 

Derek se asustó por unos instantes, pensando que recordó cuando le permitió al zorro llevarse su dolor. Ahora Stiles recordaría que todo lo último había sido por su culpa, todo el sufrimiento que estaba pasando en este preciso instante...

- Quiero decir... Bueno cuando estuvimos acá. Ya sabes... - 

El pulso del menor se iba elevando de a poco. Derek, desconcertado, alzó una ceja. No sabía a dónde quería llegar con eso. 

- Las cosas que dije, dijo él. A vos, el tono que usó y las cosas que sugirió... - Los marcados pómulos del menor se iban tiñendo lentamente de rojo. Seguía mirando a cualquier otro punto de la habitación menos a él. 

Derek suspiró. Definitivamente no lo recordaba. Y con suerte, nunca lo haría. Se concentró entonces en lo que el menor quería expresar. 

- ¿A dónde querés llegar Stiles?- dijo enarcando una ceja y con su típica mirada expectante. 

- A ningún lado. Bueno, en realidad si. Lo que quiero decir es que eso salió de él ¿si? No es que yo piense ... Esas cosas, ya sabes. - A Derek lo costaba creer que más allá del dolor y profundo agotamiento que estaba enfrentado el menor, siguiera teniendo la fuerza y capacidad para seguir divagando. - O sea, no es que no crea que sos atractivo, bah, como cualquier otro. No, quiero decir, no todos los hombres son así pero vos no estás mal. Pero él, osea yo no .... - 

- Basta Stiles- el moreno se vio obligado a detenerlo antes de conseguir un dolor de cabeza. - Entiendo, y si te sirve para estar tranquilo,  ya lo había olvidado. - 

Ahora si lo miró, un poco menos rojo. Y asintió. Pronto su mente volvió al tema principal, y sus ojos se nublaron por la angustia. 

Respiraba despacio, estaba cansado pero sin ganas de dormir. Quería hacerlo por días, pero temía no despertarse nunca más. Estaba haciendo un enorme esfuerzo para seguir despierto. 

De repente, sintió un fuerte dolor en su pecho. Donde, instintivamente, puso sus dos manos y miró a Derek con una expresión de enorme terror. 

El lobo no dejó pasar ni un segundo y tomó al menor por los hombros. Algo estaba pasando sin duda, algo sobrenatural. Algo relacionado al Nogitsune. El pecho de Stiles se tiñó de negro, y al verlo Derek entró en pánico. Miraba a todos lados desesperado y el Stiles lo miraba a él de la misma forma. 

Luego, otra oleada de dolor lo volvió a golpear, miró al techo y exhaló una bocanada de aire negro. Vaciando sus pulmones y todo su cuerpo de los restos del Void. Su pecho volvió al color normal, y se dejó caer sobre su cama. Derek no dejó de sostenerlo y contemplarlo en ningún momento. 

Stiles sin dejar de mirarlo a los ojos, volvió a sonreír sinceramente como antes.

- Soy libre, libre al fin.- 

Derek se permitió devolverle esa sonrisa. Suspiró sonoramente, por un momento temió que todo terminase de otra forma. Pero a veces olvidaba la fortaleza y preserverancia que identificaba al humano de la manada. 

Sonó el celular de Derek, y como esperaba, era Scott dando las buenas noticias. Y avisando que todos estaban mayormente bien, alguno que otro lastimado pero bien a fin de cuentas. Cuando terminó de leerle el mensaje a Stiles, éste sin dejar de sonreír se permitió cerrar los ojos y dormir. 

El Alfa bajó las escaleras silenciosamente y encontró al Sheriff en el comedor, dormido en su silla. Lo despertó con cuidado pero de todas formas el otro se despertó agitado. 

- Está bien, su hijo. Scott y los demás pudieron terminar con todo. Stiles es libre definitivamente y se va a recuperar - 

El semblante del Sheriff se invirtió totalmente, y en un sólo movimiento, se levantó de la silla y abrazó a Derek. Que le devolvió el abrazo, sinceramente feliz por Stiles, su padre y amigos. Se sentía menos ajeno que antes a ellos. Sin la barrera de dolor y rencor que lo separaba de todos los demás. 

My selfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora