My self

Capítulo 26: el fin y el comienzo de un camino

El abrazo que compartieron con Derek fue el más significativo que nunca nadie le había dado. Como antes de que ocurriera ya estaba al borde del llanto, una vez que su piel entró en contacto con la del lobo, estalló en lágrimas. 

Toda la angustia que había acumulado salió junta, agolpándose. Gritó del dolor que le generaba el Kitsune por el miedo que a éste  le producía al aborto que estaba por acabar con su vida. 

- No lo hagas por mí, por favor. No te hagas esto, a ninguno de los dos. - dijo Derek con la voz casi tomada completamente. Estaba igual de apenado, tenía la vista desorbitada. Desde que había abierto los ojos esa mañana, hasta ese instante encuentro había temido llegar tarde. De que ya estuviera hecho para cuando llegase. Agradeció a sus antepasados que ese no fuera el caso. Que aún había tiempo para convencer a Stiles. - No quiero vivir con más cargas en mi espalda. Y no podría soportar saber que sacrificaste esta posibilidad por alguien como yo. Mereces esta oportunidad, querés esto. No lo dejes ir. - 

El pálido hizo un enorme esfuerzo para recomponerse un poco y poder siquiera hablar. Miró por arriba del hombro del morocho a Deaton, que con sólo ése gesto entendió y salió del recinto llevándose a Scott. 

- Der- Derek, mirame - despacio lo sostuvo por los costados del rostro, alineando sus ojos. Derek estaba entre sus piernas que colgaban de la camilla. Y no había dejado de sostenerlo de la cadera en ningún momento. Con un agarre firme, para recordarle que estaba ahí para él. - Sos... Sos maravilloso, y esto sólo es la muestra de que estoy haciendo lo correcto. - el lobo abrió la boca para interrumpirlo, pero con un dedo lo chistó - Dejame terminar. - esperó a que asintiera, aunque con sus cejas estaban tan fruncidas como le eran posible, mostrando su desacuerdo - El Kitsune es un regalo increíble, pero estoy poniéndote en riesgo todo el tiempo. El otro día en el bosque fue sólo una pequeña muestra. Y no lo vale, no vale la pena lastimarte siquiera un poco por esto o por nada. Si quedarme con él incluye perderte, prefiero perderlos a los dos. - Hizo una pausa para respirar, y juntar otro poco de coraje  - Considerando que esta genial atracción que tenemos empezó con todo este tema zorrístico... Supongo, bah, estoy seguro de que cuando él se valla vos también vas a perder interés en mí. Va a volver a ser como antes... Y quizás eso no esté mál, osea yo-

Fue interrumpido por los labios del morocho. Ahora él lo tomó entre sus manos también para impulsarse. Lo chocó con su boca, por un momento casi se sentía ahogar hasta que se acostumbró y cambió el aire. Luego de pasar el momento violento, el beso se volvió amoroso y personal. Un beso que decía Derek por todos lados. Cuando se separaron finalmente, la cara de Stiles era un poema. Sus ojos avellana brillaban más de lo normal por la humedad de las lágrimas, y sus pómulos levemente rojizos. 

- Escuchame vos a mi. Siempre fuiste y vas a ser especial para mí. Lo único que produjo el Kitsune  fue la necesidad de mostrártelo. De cuidarte pero más de cerca. Todo lo que pasaste y pasamos juntos... Me ayudó a darme cuenta cuánto tenemos en común y que sos la única persona que realmente me entiende. - Suspiró sonoramente. Le estaba abriendo su corazón como nunca antes, por el miedo a que se lo rompieran otra vez que esto le producía. -  No termino de entenderte muchas veces, y me sacas de quicio muchas otras. Pero esa misma inocencia que te lleva a ser infantil a veces, es la misma que tenías cuando te conocí. Incluso hoy día la mantenes después de casi morir infinidad de veces por nosotros. No sólo por tu mejor amigo, arriesgaste la vida por mí cuando no era más que un simple desconocido muy malhumorado. - Stiles rió por lo bajo, sin quitarle la vista de encima y observarlo con detenimiento. - El hecho de que te mantengas igual, es algo que me inspira todos los días a superar lo que me pasó. A volver a ser quien era, a volver a sonreír... Y eso no va a cambiar, con o sin Kitsune. Y estoy seguro que como todo, vas a poder superar las dificultades y hacerte con el control del zorro. - 

...

Luego de la charla emotiva, se quedaron ahí abrazados. Stiles se acurrucó en el pecho de su novio, el lugar más seguro en el mundo para él. Y para el Kitsune. 

Se quedaron así todo el tiempo que sentían necesitar. Una vez que Stiles juntó todos sus pedazos y se sintió entero de nuevo, le indicó a su lobo que podía ir a buscar a los otros. 

Entre los dos y con paciencia explicaron todo a Scott y Deaton. Derek ayudó mucho en los momentos que Siles se trababa o no sabía explicar lo que necesitaba. Nunca durante todo el rato dejaron de estar en contacto de alguna forma, ya fuera tomados de la mano o recostando Stiles su cabeza contra el hombro del mayor. 

Deaton se aseguró de preguntarle a Stiles todos los detalles, y de evacuar en ese momento sus dudas y preocupaciones. Aconsejó en todo lo que consideró imperioso. Si Stiles iba a seguir por ese camino, quería estar totalmente seguro de que él lo estuviera. Y con un poco de charla y principalmente, con la mirada esperanzada y llena de vida que decoraba al menor, lo supo. También sabiendo que Derek lo iba a acompañar en todo momento le inspiraba mucha tranquilidad. 

Scott no dijo palabra. Escuchó todo lo que se dijo sin agregar nada. Se sentía fuera de lugar luego de haber tratado a su amigo de la forma de la que lo había hecho. Pronto tendría tiempo, o se lo haría, para decirle cuán arrepentido estaba a su amigo.

Con lo último que había pasado en sus vidas Stiles sólo le había demostrado que era el amor incondicional. Hacia él como amigo, y hacia Derek. 

Stiles nunca había dicho "pero" desde el principio de su amistad, hasta los hechos sobrenaturales que habían cruzado sus vidas. Y él sólo había pensado en sí mismo, sin considerar las necesidades y sentimientos de su mejor amigo. Se permitió sentir aliviado de que tuviera a Derek. Y que éste había estado cuando él no había sido capaz de brindarle apoyo a Stiles.