Capítulo 6: la liberación

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En ese momento volvieron todos los otros al living, Derek percibió el aroma a confianza y determinación que emanaba Scott. Tenían una solución en manos. Literalmente.

Scott se colocó detrás de su mejor amigo y a su lado en el sillón, Lydia. Con sus garras expuestas penetró en la nuca de cada uno. Derek pensó que Deaton seguramente habría ayudado a Scott a tomar la decisión, y era quien más alterado se veía en ese momento. Derek no sabía la razón de la presencia de Peter allí, pero también prefirió pasarlo por alto. La espera mientras estaban enlazados fue eterna para todos los presentes.

También lo fue para Scott, que divagó en la mente de Stiles junto a Lydia hasta encontrarlo y despertarlo del sueño en el que lo tenía sumergido el Nogitsune.

El silencio que se colaba por todos los rincones del living llegó a su fin ni bien ambos volvieron del trance. En el instante en el que Scott se separó de Lydia y su amigo, este se tiró al piso de manos y rodillas. Stiles tenía un reflejo de arcadas violentas que convulsionaban todo su cuerpo como tratando de vomitar. Melissa se arrodilló a su lado y retiró la cinta.

Lo que todos presenciaron luego fue desagradable e inesperado, entre otras cosas. Nadie pudo hacer nada, solo quedarse parados allí, atónitos observando. Algunos se cubrieron la boca, otros intentaron mirar a otro lado pero fue momentáneo. 

Stiles empezó a tirar de extremo de las vendas que salía por su boca, tiró con desesperación y ambas manos. Sacando y sacando a lo largo de esa tira de tela vieja de adentro suyo. Respiraba con desesperación tratando de no ahogarse, hasta que por fin liberó todo. Quedando un montículo de vendas en el piso, que inicialmente parecían ser eso solo. Hasta que una mano surgió de este.

Todo a continuación sucedió muy rápido, para cuando se quisieron dar el cuenta, ya era tarde. El cuerpo que había emergido de Stiles, era él mismo. Había sido, de alguna forma mágica que desconocían, expulsado de su cuerpo. 

Y el que lo había expulsado era el Nogitsune, que con una copia de su cuerpo, se había llevado a Lydia a la fuerza. Tardaron unos instantes en reaccionar, revisaron por la casa pero en efecto, se habían ido y llevado con ellos el auto de Lydia. 

Rápidamente se organizaron para ir a buscarlos. Scott le encargó a su madre que cuidase de Stiles, que se había quedado tendido en el sillón haciéndoles preguntas pero sin poder juntar las fuerzas para levantarse. Derek estaba cruzando el umbral de la puerta cuando Melissa lo detuvo:

- Derek, por favor, tenés que quedarte con nosotros. Yo tengo que revisar los signos vitales de Stiles, pero no me puedo quedar. Mi turno es dentro de dos horas y no puedo faltar más, estoy al borde del despido. - dijo susurrando, para que el resto que ya estaba afuera de la casa no la escuchase. 

El lobo alzó sus expresivas cejas al escuchar lo último. 

- No es gran cosa - continuó la humana - sólo no se lo digas a mi hijo ¿Si? - 

Derek asintió, cuando entró Deaton a buscarlo a la casa le dijo que se quedaría allí y le asegurase a Scott que dejaba en buenas manos a su amigo. Sentía que estaba bien quedarse, ya que su lugar no era con la manada de Scott, pero no quería quedar fuera del asunto. 

La enfermera hizo su trabajo a la perfección: tenía un kit completo en la casa que usó para hacer el chequeo. Stiles casi no se quejó, estaba sin energías y totalmente pálido. Sus labios apenas se diferenciaban del tinte de su rostro. Derek asistió a Melissa en todo momento. 

Al cumplirse el plazo, Melissa le entregó las llaves de la casa al lobo y parados afuera le dijo: 

- De camino al Hospital voy a informarle a su papá. No sé porque está tan mal Derek... No es natural nada de lo que está pasando... -  

- Lo sé, puedo olerlo. A cada segundo que pasa se debilita. Creo que el hecho de que el Nogitsune siga vivo es la razón. Confío en que su hijo y su manada van a acabar con él pronto. Y Stiles debería recuperarse inmediatamente después de eso -

Ella lo miró con los ojos llorosos, y agotados. La mujer llevaba días de dormir mal y comer lo mínimo. Derek podía nortarlo a simple vista. 

- Cuidalo bien, por favor, es como un segundo hijo para mí.- 

El morocho asintió pesadamente y entró a la casa. 


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