5. El verano termino

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Salimos de la cafetería con dirección al estacionamiento, pasamos por amplios pasillos hasta topar con el, estaba casi vació, solo unos cuantos autos de marcas muy caras se veían en la entrada, Leila fue a buscar el auto y me dio el boleto para entregar al valet para pagar la cuota de una hora, fue cuando lo vi, preparando un cigarrillo, haciendo caso de mi necesidad de  molestarlo me acerque a el y sin miedo le quite el cigarro de la mano.

—Dame eso, esos niños no pueden aprenden de tu mal ejemplo—le quite el cigarrillo y lo puse en mi oreja.

 —Lo dice, la que se fuma una cajetilla entera en un día—se acerco a mi y trato de quitarme el cigarrillo.

—¿ A donde va todo esto?—pregunte sonriendo mientras entregaba el cigarrillo a Antón.— ustedes deben ser hermanos de este rebelde sin causa verdad?

—Son mis primos Sky, el más pequeño se llama Samuel y su hermana Allisón— los presento y saludaron con la mano. — respondiendo a tu pregunta, ¿ Le gustaría venir con nosotros a La Casa de las brujas? —me invito con una cara de satisfacción. 

—¿ Es una cita o es una oferta de trabajo?—respondí con otra pregunta

—Ambas, pero quien soy yo para obligarte a desperdiciar tu último día de vacaciones en niñerías—me guiño el ojo

—Iré porque necesito despabilarme y esos chicos necesitan a un adulto verdaderamente responsable, no porque me importe tu compañía—respondí. Con un beso y abrazo me despedí de Leila y subí al auto con Antón. Se trataba de un coche Audi A4 color azul, me subí al asiento del copiloto.  

En cuanto salimos del colegio subí la ventana del coche para lograr contemplar por la ventana el cielo tan azulado como los pájaros de mi ciudad natal, pues aunque no lo pareciera extrañaba estar en Vallarta. Me sumí en mis pensamientos el resto del camino, cuando al fin divise a lo lejos el parque de atracciones sonreí por el recuerdo que me traía ese lugar. Estaciono el carro cerca de la entrada lo que facilito acceder al parque.

Mientras los encargados del parque nos conducían a una sala para darnos nuestros pases, Antón entre platica y platica  saco el tema de Rodrigo, aquel que había sido mi primer amor.

—¿ Como conoces a Rodrigo?—pregunto de inmediato.

—Eramos compañeros de la escuela, ¿ Que tiene eso que ver contigo?—pregunte muy sorprendida

—Es mi mejor amigo, de echo como un hermano

— Eso es bastante lindo, ¿ Ya te ha contado sobre mí?— pregunte curiosa

—No, solo que me pareció raro que estuviera en el hospital contigo esa noche en que..— fue interrumpido por los encargados del parque quienes nos dieron nuestras entradas. — Gracias, ya podemos pasar– salimos de la oficina.

Nos enfilamos en la entrada y nos marcaron nuestros pases para poder tener acceso a las atracciones especiales del parque, el lugar no era la gran cosas comparado a las veces que había viajado a Estados Unidos algún centro de atracciones extremas, pero tenia su encanto. Los niños decidieron entrar a la experiencia de supervivencia Zombi, se trataba de una experiencia llena de balas y sonidos fuertes o eso decía el cartel de entrada porque al hacer la fila para entrar veía que la gente salia decepcionada.

Al cabo de unos cuantos minutos nos hicieron pasar a la atracción. El equipo de seguridad era al estilo militar, las armas eran de pintura y los chalecos tenían sensores que se activaban cuando se te acercaba un zombie, me resulto muy divertido. Los últimos en sobrevivir fueron Allisón y Samuel por lo que les dieron una moneda de oro a cada uno, la que podrían cambiar por un premio sorpresa en la tienda del parque.

—Excelente trabajo chicos—Anton revolvió el pelo de Samuel.

— Tienen un talento para disparar, ¿ Donde aprendieron?— les cuestione interesada

—Mi padre es militar, así que de vez en vez nos entrena— respondió Allisón.

—A regañadientes seguro, conociendo a mi tía, yo ya les hubiera pegado por hacerle caso a su padre— se rio 

—Mi mamá es muy linda Sky, pero aveces no le gusta que mi padre nos enseñe cosas de la milicia porque dice que solo nos envenena la mente con sus ideas — comento Samuel — Primo, ¿ podemos ir a la sala de videojuegos?

—Sí, mientras iremos por algo de comer.

Llevamos a sus primos a la sala de videojuegos, sabíamos que era un espacio seguro por lo que los dejamos jugando mientras compramos refresco, nachos y pizza, apartamos una mesa y esperamos a que nos trajeran nuestro pedido, sin embargo algo parecía molestar a mi acompañante lo que lo hizo levantarse a caminar. No perdí un segundo y lo seguí hasta un puente que daba a la rueda de la fortuna, le hablaba por su nombre sin tener respuesta por lo que lo tome del brazo y lo obligue a verme a los ojos, su mirada era profunda y me causaba una extraña sensación. Me tomo el rostro con sus manos y sin perder un segundo me beso en los labios,  siendo ese nuestro primer beso. Se separó de mi, sin embargo me pare de puntas para continuar con esa embriagante sensación que me causo rosar mis labios con los suyos.

En su rostro se notaba una sonrisa transparente que dejaba escapar los sentimientos que tenia hacia mí y lo bien que se sentía conmigo pues me tomo de la cintura y me abrazo dejando un dulce beso en mi frente. Sin decir muchas palabras me hizo una confesión que cambiaría el último día de mi verano. 

—No puedo negar mis sentimientos hacia ti, me gustas Sky— dijo sonando sincero por primera vez desde que lo conocía.

—También me gustas, desde aquel encuentro en el juzgado..., no dejabas de pasarte por mi mente a cada momento— confesé.

—Tus manos son muy lindas y pequeñas, van a juego con las mías— con mucha ternura entrelazo su mano con la mía. Comenzamos a caminar juntos.

—¿Tienes un cigarrillo?, llevo sin fumar dos días—trate de sacar el encendedor de su cazadora

—Ni se te ocurra, están en el bolsillo izquierdo—saco su cajetilla de cigarrillos y me dio uno

—Dame tu encendedor—se lo quite de la mano, era azul y tenia las iniciales NW. Estaba por encenderlo cuando un policía nos interrumpió. 

—Señorita Natasha, esta prohibido fumar en esta zona del parque

—Sr. Jonhson—Anton le dio la mano muy amistosamente

—Disculpe joven, no me avisaron de su visita al parque, si lo desea los llevo a la zona indicada para fumar— asentí.

—Creo que lo pospondremos, se me quitaron las ganas— comento Antón molesto

—Tranquilo, hay que ir por tus primos—dije intentando cambiar de tema

—Disculpe Natasha—el policía se despidió y se fue.

—¿ Natasha?—pregunte mientras caminábamos por el puente

—Te pareces mucho a mi hermana—respondió sin interés

El ultimo día de verano fue el mejor de todos, cuando terminamos de comer llevamos a sus primos a la casa de los sustos y al finalizar el día volvimos a casa de Antón. Al llegar a su casa me invitaron a pasar y entre muy apenada pues me parecía incorrecto que después de todo lo ocurrido me recibieran con tal amabilidad en su hogar. Me senté en una silla cerca de la puerta por si debía marcharme pronto y entro la llamada de mi madre preocupada, me levante y me dirijo a lo que parecía ser la cocina.

—Si mamá, estoy en casa de una amiga se nos hizo muy tarde platicando–dije al teléfono

–No mientas, hable con Leila hace 15 minutos y dijo que no sabia de tu paradero—mi madre sonaba molesta al teléfono

—Llegare en 10 minutos a casa–colgué de inmediato

—¿ Todo bien Sky?— pregunto Anton preocupado.

—Debo marcharme— pase a despedirme de todos—hasta luego, y muchas gracias por la invitación, pero debo marcharme con urgencia—me despedí de todos con la mano y salí por la puerta principal escoltada de Anton.

La lista negra de Antón( Re-construcción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora