Al cabo de una semana entre idas y venidas entre audiencias y papeleo, se termino llegando a un arreglo beneficioso tanto para mi madre como para el padre de Antón, dejando totalmente en claro que no eramos un par de mentirosas y que todo aquel ensarte de mentiras era simplemente una estrategia defensiva para intentar ganar el juicio que desde el inicio sabíamos que inclinaría la balanza a favor de nosotras; el verano al fin había terminado, y las hojas de otoño anunciaban su llegada con aplausos y entusiasmo, la mañana de ese ultimo domingo sin hacer mas que mis deberes en casa acompañe a Leila a comprar un uniforme mas grande que el que tenia pues ella pensaba que había engordado pero, cada día estaba más flaca. Eligió un vestido color lila, su preferido, por lo que decidió combinarlo con un par de tenis deportivos, me asome un momento por la ventana que daba a casa de Anton pero la luz estaba apagada y cuando me disponía a tomar mis cosas e irme lo escuche discutiendo.
—Carajo papá, te pague cada centavo con trabajo y ahora me pides que me quede a cuidar a mis primos cuando debería estar en colegio comprando una nueva corbata para mi uniforme—decía Anton molesto
—Ahora resulta que eres responsable de tus cosas, ¿ Es por esa chica no?—pregunto el Sr. Willow a Anton
—Sky no tiene nada que ver en esto, es solo que me queda demasiado corta—Anton comentó aun molesto
—De acuerdo, te llevare a comprarla pero irán tus primos y te quedaras con ellos después—dijo el Sr. Willow
—Como quieras , pero luego no digas que yo le enseño malas cosas a los niños—se oyó un portazo
—Listo Sky, ya esta todo para irnos, mis padres dejaron su dirección y teléfono en caso de que necesitemos algo—dijo Leila entrando a la habitación.—¿ jugando a los espías?—pregunto al verme mirar por la ventana.
—Yo no lo llamaría espiar, ejerzo solo mi derecho de acceso a la información—dije riendo
—No me hagas reír con tus chistes de diplomática y abogada— Leila esbozo una sonrisa en su rostro.
—Andando, se hace tarde—salimos de la habitación y subimos a su coche.
Al llegar pude observar que el colegio era bastante grande, tenia una enorme zona verde en el frente, y parecía sacado de una serie o película inglesa, olía a húmedo y el aire era muy frió, entramos con dirección a la tienda oficial de la escuela, tenia en mente permanecer en una silla y esperar a que saliera Leyla pero entre tantos asuntos del juicio había olvidado comprar el uniforme y los manuales por lo que decidí probarme la falda.
—¿ Que te parece?—salí del vestidor con la falda del colegio. Esta era de cuadros color negro y rojo.
—Te luce mejor que a mi, con esta panza no me queda una falda así de corta, demasiada comida—dijo Leila triste
—Tengo la ligera sospecha que tu estas pasando por...—me tapo la mano con la boca antes que pudiera continuar
—Te luce esa falda muy bien como para...—dijo Antón mirándome de arriba a abajo
—Deja de decir tonterías, no soy tan estúpida como para dejarme engañar por ti- dije muy segura- pásame esa blusa—delante de Antón me quite mi playera de Guns and roses y Leyla me dio la blusa del uniforme, era color blanca.
—wauuu—dijo Anton mientras me ponía la blusa.
—¿ Que esperabas?, ¿Que me intimidara con tu presencia y me escondiera? pues no niño rico, lo que paso en el juicio fue solo estrategia legal—me amarre la blusa de tal forma que mi perforación del ombligo quedo expuesta.
—No puedo creer que...—Leila quiso hablar pero no la deje continuar.
—Así que toma tu corbata y déjame en paz— le aventé su corbata y Antón estaba mudo.
—Vamos Sky, después debemos ir por los manuales—dijo Leila de inmediato y me dirijo a cambiar por mi ropa.
Una vez dentro me sentí mal conmigo misma, estaba cambiando y volviéndome algo que no quería repetir, cuando conocí a Rodrigo era una niña callada, tímida e inocente pero cuando empece la relación me convertí en una persona horrible.
Junto con Leila salí de la tienda y me invito un café para platicar un poco del pasado, accedí de mala gana pero tenia hambre y necesitaba alimento con urgencia.
—Siempre quise decirte de lo nuestro pero Rodrigo me hizo prometer que no te dijera nada antes de Francia—dijo Leila avergonzada.
—A el le gustaba jugar a los secretos pero, al cabo de unos meses se volvió algo rutinario, yo le compartía algunas cosas mías muy vergonzosas y el ami, pero después de tener sexo el cambio, las mañanas parecían distintas me daba un beso y se iba con sus amigos a clases, en materias como ingles casi no nos hablábamos ni nos dábamos besos como en un principio, salia de la escuela y de mala gana me llevaba a casa, solía poner un cigarrillo en mi casillero y pedir perdón y yo..., me fui a Francia intentando olvidarle pero volví y me entere de todo—dije muy sonriente
—Las cosas no fueron como te lo pinto el colegio, el y yo salimos a una fiesta y pasaron cosas que lamento haber echo, me emborrache y me drogue hasta que quede inconsciente, Rodrigo me llevo al hospital y me enamore de lo que hizo por mi, pero un mes después recibí una amenaza de embarazo, por ello continuamos con la relación creyendo que seriamos padres...—resoplo— nos enamoramos a fin de cuentas ,por eso llevamos 6 meses comprometidos, y no Sky, no estoy embrazada es solo que... después te lo explico—dijo mi amiga bebiendo un trago de café.
—Te creo, en Francia aprendí que todo tiene un por que—dije en tono sincero.
—Se que para todos Francia fue un aprendizaje significativo, dejaste un espacio vacío en todos nosotros y en algunos profesores que ya te daban por muerta—se rio.
—Pero, no contaban con que Sky nunca muere, me has alegrado el día.
—Te portaste como una zorra hace rato pero estuvo genial que alguien le diera una lección de su propia medicina, enserio ¿eras así con Rodrigo?— preguntó Leila
—Claro que no—resople—bueno solo un poquito, con el aprendí a fumar y algunas otras cosas.
—Ya ni me digas, Rod es un tanto...—comento pensativa—¿el fue tu...? —no la deje terminar y asentí
—Ya sabes como somos las mujeres en ese asunto—dije sonriendo
—Es verdad, aun me acuerdo de todos los detalles de mi primera vez, aunque para ser precisa no estaba lista para ello—trago saliva
—Apuesto que se trata de nuestro chico malo del colegio, o ¿ me equivoco?—arqué la ceja
—No te equivocas, pero en ese tiempo era otra persona diferente... Antes de que empezara la lista.
—¿ De que estás hablando?—pregunté pensativa—no me sorprende que lleve un recordatorio de todas las chicas con las que ha dormido- Volteé los ojos hacia arriba—es esa clase de chico con las hormonas alborotadas que solo piensa en tirarle a todo lo que camina sin importarle el corazón de las mujeres, sin embargo no creo que sea capaz de llegar a...—Ley me interrumpió.
—Aunque debes admitir que su pinta de chico malo te gusta, ¿ o me vas a negar que te hubiera gustado besarlo cuando te puso contra la pared en el juicio?—pidió la cuenta al mesero.
—El echo que sea el típico niño rico que se cree el amo del mundo y comience a fastidiarme mi estadía en esta ciudad no le quita que este guapo y me guste fantasear con la idea de besarlo a ver que pasa—me sonroje.
—Me imagine que dirías eso, en fin...—suspiro—andando, que tengo que llevarte a tu casa y terminar de arreglar mis cosas para el primer día de clases—asentí. Bajamos al estacionamiento juntas a esperar que trajeran el auto.
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La lista negra de Antón( Re-construcción)
RomanceNunca me imaginé enamorarme de aquel chico, nunca me imaginé que una boda cambiaría mi vida. Un día sin previo aviso me volví un objetivo sin saber que mis desiciones conducirían a la muerte...