Orange 「Re:」[E]

Tegami 12

Quiero recordar, que en muchas partes de los capítulos puede que haya sucesos de manga o anime que no sigan el mismo curso. Siento si eso pueda molestar a los fans de esta grandiosa obra.  Otro punto a mencionar es recordar, como siempre que los One-Shots de Suwa están en mi cuenta, y que no os olvidéis que esta es la historia principal. Como siempre os pido vuestra colaboración para recomendar este Fanfic y a las personas que no sepan de esta obra que comiencen a leer el manga. Sin mas dilación os dejo con el capitulo.

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Con mis ojos cerrados podía oler una agradable fragancia, mi pecho se elevaba para aspirarla y después volvió a un punto de receso, expirando el aire aromatizado de mis pulmones. Mis brazos y piernas se encontraban rectos, y pude notar como la punta de mis dedos rozaba el césped, abrí los ojos y comprobé los mensajes que me habían enviado mis sentidos. Confirmando que estaba acostaba en un campo de césped verde y flores blancas. Eleve mi cuerpo hacia arriba aún sentada, para poder contemplar el hermoso paisaje que me rodeaba. Soplo el viento y logre escuchar una hermosa melodía que provenía de la lejanía, pero al mismo tiempo me hacía sentir cercana a ella. Me puse de pie y comencé a caminar,  cerca mía se veía un riachuelo, saltando encima de las piedras que eran envueltas por la pequeña corriente de agua, llegue al otro lado de la orilla. 

Allí mientras intentaba atravesar algunos matorrales, escuche risas y de nuevo esa hermosa melodía que me era tan familiar. Y sin duda alguna, lo era, sentí como mi rostro se humedecía. De nuevo, un vez más desde que había llegado a esta ciudad, llore. Sonreí al ver la maravillosa imagen que se posaba en mis pupilas. Una mujer de cabello negro reposaba su cuerpo en el suelo, mientras que alegremente cantaba una nana, viendo como sus dos retoños se perseguían uno detrás del otro jugando.

Con miedo me acerque a la mujer, fije mi vista a ella con mis ojos aún aguados.

—Mama. — la nombre, pensando que ella me diera una respuesta.

—Hace tiempo que no te escucho decir eso.

Mi cuerpo se tensó. 

—¿Esto es un sueño?— pegunté.

—Lo es. Pero al mismo tiempo no.— yo solo la mire confundida. —¿Porque no te sientas Mia?— hacía tiempo que no la escuchaba decir mi nombre. Me senté, mientras que mis piernas temblaban y mire al frente de la misma manera que ella lo hacía.

—Estoy tan feliz, de poder verte hija mía. Te has vuelto muy hermosa.— Yo la mire, ella me miraba fijamente, sus ojos transmitían una dulzura y calidez que no sabría explicar sin nombrar antes miles de palabras.

—Entiendo que te cueste hablar conmigo. Y lo siento. Pero Mia... ¿Que es lo que estas buscando?

—No te entiendo. — le pregunte con miedo, sentía que las palabras no salían.

— Si tu estas aquí. Es porque quieres decirme algo. ¿Cierto?

—¿Esto es el cielo, o algo así? — Mama comenzó a reírse dulcemente.

—¿Crees que lo es? — yo asentí.

—No lo es. No estas muerta. Y yo...soy una ilusión. Pero... Una ilusión que al mismo tiempo es la verdad.— yo la observe con duda.

—Entiendo, que no logres comprender lo que te digo. Pero hay alguien que quiere cambiar algo. Y ese algo eres tu.

—¿Yo?— la mire, mientras que me señalaba a mi misma.