*Capítulo 14: Y ahora, ¿qué somos?*

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POV's Nami

¿Qué acaba de pasar? ¿Acabamos de... besarnos? No es que no me haya gustado, al contrario, ha sido lo mejor que me ha pasado desde que subí a este barco, pero, ¿a qué viene la actitud de Zoro? Siempre suele pasar de mí. Vale que su forma de ser ha cambiado un poco en estos días pero es algo lógico que se veía venir, estoy enferma, todos se han rebajado un poco por ello a pesar de que yo no quisiese. Pero, no puedo creerlo. Nos hemos besado.

Estamos cara a cara, ambos rojos a causa de la vergüenza de este momento. Creo que nunca antes había visto a Zoro sonrojado, y cabe decir que es adorable.

No sé cuánto tiempo debemos llevar mirándonos a la cara como dos tontos, pero la verdad es que no sé qué decir, y me da la sensación de que él está exactamente igual.

POV's Zoro

Nami: Esto...

Zoro: Nami, no te voy a mentir. Llevaba tiempo deseando hacerlo, y si decides pegarme por ello, hazlo. No me arrepiento de mis actos.

Justo cuando esperaba una bofetada recibo otro beso apasionado de su parte que me transmite todo lo que he procurado transmitirle yo en el primero, sólo que ahora ella tiene el control.

Una vez nos separamos volvemos a quedarnos en la misma posición de antes, sólo que ahora tengo aún más ganas de gritarle al Grand Line lo loco que estoy por ella y lo que me ha dañado el orgullo una simple mujer que en poco tiempo se ha convertido en el centro de mi vida.

Sin aguantar más las ganas de confesarme cojo a Nami de un brazo y la llevo a la cubierta del Sunny, cerca del asiento de Luffy. Hoy le toca guardia a Brook, y como es usual, debe estar en la parte trasera del barco o en la cocina con su té. Es una costumbre suya en sus noches de vela. Al menos no nos verá.

Zoro: Siento haberte sacado a rastras de la habitación. Necesito hablar contigo y no me parecía el sitio más adecuado con Ayra al lado durmiendo.

Nami: Entiendo.

Vamos Zoro ahora toca la parte más complicada. Confesión. He estado hablando con el cocinerucho sobre este momento, pero viendo el poco éxito de este no sé si sería buena idea seguir sus métodos que intenta "enseñarme".

Zoro: Mira Nami. Quería hablarte sobre el beso, bueno, los besos.

Nami no responde. Se limita a mirarme con los ojos grandes como platos y las mejillas coloradas.

Zoro: Llevo un tiempo sintiendo algo raro cuando te tengo cerca. Lo paso muy mal cuando te veo sufrir, me enternecen tus instintos maternos hacia Ayra, y de alguna manera me atrae tu gran fortaleza a pesar de la situación en la que te encuentras. Nami, me ha costado mucho averiguar que era aquello que me impedía ver con claridad que me pasa, pero lo he conseguido. Te quiero, bruja. Y ahora que lo he descubierto y mostrado no pienso separarte de mi lado bajo ningún concepto.

Lo he dicho, por fin me he atrevido. No sé si alegrarme por haber tenido el valor a confesarme o preocuparme porque Nami está frente a mí mirándome como si fuese un fantasma y con lágrimas en los ojos. ¿He dicho algo malo?

Zoro: Di algo mujer, al final voy a pensar que acabo de tirar mi orgullo por la borda para nada.

Nami: Zoro, no... Es sólo que me has dejado impactada. Yo también te quiero, desde mucho antes de que tú te dieses cuenta.

Zoro: Entonces, ¿por qué lloras?

Nami: Es de felicidad, baka. Te queda mucho por aprender. *pequeña risita*

Un sentimiento lleno de alivio recorre todo mi ser y mi orgullo sigue intacto más feliz que nunca. Nami me quiere y yo a ella. Por fin mi sueño se hace realidad, aquellas veces que he soñado con estar junto a Nami y formar mi propia vida y tener una familia por primera vez empiezan a tener un ápice de credibilidad y por una vez en toda mi existencia me doy cuenta de que no puedo morir al conseguir mi sueño, hay algo por lo que aún debo seguir luchando.

Te quiero, brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora