*Capítulo 17: A por la cura*

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POV's Nami

Despierto a causa de la tenue luz que atraviesa la ventana cerca de la cama. He de decir que esta ha sido la mejor noche en mucho tiempo, me noto descansada de verdad. Últimamente me la pasaba pensando en la cura, mi pasado, mi futuro... Pero saber que Mihawk es mi padre y que hay cura es... Increíble. Es la mejor sensación del mundo.

Bostezo y me estiro levemente. Cuando me doy la vuelta me encuentro a Zoro completamente dormido, por no decir roncando, a mi lado. Está agarrado a mi cintura fuertemente con nuestras piernas enroscadas y nuestras cabezas una contra la otra.

Acaricio levemente su mejilla, luego su frente y voy bajando lentamente por su cicatriz hasta llegar a sus labios. Me pregunto cómo se hizo esa herida como para dejarlo ciego. Aunque de algo estoy segura, mucho no le debe haber importado perderlo después de verlo dispuesto a perder los pies.

Sigo acariciando sus labios y paso a hacer el mismo recorrido dando besos en lugar de caricias. Al llegar de nuevo a la boca noto que corresponde y que una de sus manos me acerca a él agarrándome de la nuca para luego acariciar mis mejillas. Una vez nos hemos separado nos miramos amorosamente aún frente con frente.

Nami: Buenos días dormilón.

Zoro: Buenos días bruja. ¿Qué es ese hechizo con el que me has despertado? No me importaría que fuese así siempre.

Le doy un manotazo en broma y ríe. Me alegro de saber que no moriré aún a causa de una estúpida enfermedad.

Nos acabamos de despertar y una vez ya vestidos bajamos rumbo al comedor donde estuvimos ayer. Bueno, más bien Zoro es el que camina, yo soy la que le da indicaciones. Es increíble con lo simple que es el camino que se pierda, y más si estuvo aquí dos años. Espera, acabo de recordar que es Zoro. Si se pierde en el Sunny es lógico que se pierda aquí.

Ya abajo nos encontramos a Luffy devorando la comida mientras los demás hablan animadamente. Mihawk sigue en su silla, con su semblante serio, aunque parece que cuando se gira a vernos y me observa sus labios se curvan un poco hacia arriba. Para él debe ser un alivio saber que su hija perdida sigue viva.

Nami: Buenos días.

Luffy: Fuenof diaf.

Zoro: ¡Luffy acaba de comer antes de hablar! Eso es asqueroso.

Zoro me deja en el sofá de ayer, en la parte más cercana a Mihawk y se aleja para acercarme algo de desayuno para luego sentarse a mi lado.

Mihawk: Nami, háblame de ti. Ayer te conté lo que yo sé, me da curiosidad saber que ha sido de mi hija.

Me quedo impactada en el momento en que me habla. Pensaba que era un hombre callado. La verdad es que es la primera vez que lo veo y sólo había oído de otra gente. Pero me esperaba un hombre mucho más callado, como el que me describió Zoro.

Trago lo que me quedaba de desayuno y pienso por donde debería empezar.

Nami: Bueno, por lo que sé de mi pasado antes de lo que contaste es que hubo una batalla con un gran incendio en el pueblo en el que estaba y una niña más mayor que yo me rescató. Más tarde nos encontró una marine y nos adoptó.

Mihawk: ¿Una marine? ¿Y tú pirata? Qué ironía.

Nami: Para ser sinceros, nunca me gustaron los piratas. Cuando era pequeña unos atacaron la isla en la que vivíamos y... La mató, mató a la única mujer que consideré mi madre. Y luego, al enterarse de que sabía hacer mapas, me tuvieron como esclava. Luffy nos sacó de ese aprieto, por eso soy pirata.

Te quiero, brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora