Capitulo 1O

18.6K 768 4
                                    

Me puse en las puntas de los pies, y estiraba mis brazos lo más posible para tratar de alcanzar uno de los vasos de cristal, estaba por alcanzarlo cuando dos manos en mi cintura me dieron el susto de la vida.

— ¡Ah!— me fue imposible no gritar.

— ¿Te asuste?— era la voz de Thomas.

—No... solo que me gusta gritar con terror...— le dije sarcástica sin voltear a verlo.

— ¿Necesitas ayuda?— me dijo cuando volví a intentar alcanzar el vaso.

—No— le conteste seca.

—Entonces como quieras te ayudare...— me dijo poniendo una de sus manos en mi cintura nuevamente, ahora no fue terror lo que recorrió mi cuerpo, si no un escalofrió. Apego su anatomía a la mía, solo basto con que estirara el brazo y alcanzo el vaso. —Ten...— me lo entrego.

—No necesitaba ayuda...— le dije molesta.

—Hey... que dijimos de las peleas...— susurro sensualmente en mi oído derecho, yo solo me dedicaba a controlar mi ritmo cardíaco al igual que mi respiración. Se separo un poco solo para girarme sobre mis talones, pero automáticamente volvió a unir nuestros cuerpos, tanto que ni siquiera la mas mínima corriente de aire pasara entre nosotros.

Me aventure a mirarlo a los ojos, cosa de la cual me arrepentí, ya eran hermosos me hipnotizo por completo, su rostro comenzó a acercarse, nuestras respiraciones se mezclaban y sentía como su mentolado aliento acariciaba mis labios.

Hasta que finalmente nuestros labios hicieron contacto, era increíble lo que me hacían sentir sus suaves labios, que me fue imposible no seguir el beso. Sus labios succionaban los míos...

Mientras que sus manos se encargaban de brindar delicadas caricias en mi cintura y espalda, inconscientemente subí mis manos, y las coloque detrás, de su cuello. Sin soltar el vaso, con una mano jugaba con el cabello de su nuca, el cuerpo de Thomas me aprensaba contra la barra, lejos de sentir dolor alguno, solo me inundaba mas éxtasis.

Ladeaba aun más su rostro, al lado contrario que yo para darle mayor profundidad al alucinante beso. Sin previo aviso su lengua entro en mi cavidad, para recorrerla por completo. Nuestras anatomías se acoplaban perfectamente, parecían dos piezas de rompecabezas que encajaban exacto.

Nuestros pechos se expandían y contraían al ritmo de nuestras ahora aceleradas respiraciones. Comenzó a jugar con el borde de mi blusa sin despegarse de mis labios, pero al sentir la tibia piel de sus manos en contacto con la delicada piel de mi espalda, desperté de la hipnosis en la cual sus labios me habían hecho caer, provocándome soltar de golpe el vaso de cristal que tenía en mis manos, causando un estruendoso sonido al chocar contra el piso.

Sobresaltado Thomas volteo para ver que había sido, al solo encontrarse con los cientos pedazos de cristal en el piso, volvió a girar para continuar en lo que estábamos, pero rápidamente me aleje. Me miraba extrañado como esperando respuesta por mi accionar..

—Y... yo... yo...— por más que trataba de formar una oración coherente me era imposible, así que opte por salir corriendo, bueno tal vez no corriendo, pero inmediatamente salí de la cocina.

-¡Pero que hiciste!- me reproche en mi mente cuando llegue a mi habitación.

– ¡Apenas y lo conoces y ya te besaste con él!- me lance a la cama mientras que me regañaba mi voz interior.

—Pero es que... ¡Dios! sus labios... sus ojos...— me defendí con muy malos argumentos.

- ¡Eso no basta!- me volvió a gritar.

—Hay no ya hasta me estoy volviendo loca...— susurre ya que un ahora eran demasiadas las voces que me gritaban que había hecho mal.

No podía dejar de pensar en lo sucedido, la mitad de mi se arrepentía, ya que con eso había demostrado debilidad, pero el otro cincuenta por ciento no se arrepentía en lo absoluto.

Me desperté más temprano que de costumbre, no quería toparme con Thomas, así que rápido me duche y me cambie de ropa faltaba media hora para el colegio, así que llame a Carla.

El NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora