Capitulo 38

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—Espero que sea Carla...— dijo serio —...Si no, tendrás que explicarme porque te llaman a esta hora— sus celos eran reconocibles a cientos de kilómetros.

Deje de mirar el celular para voltearlo a ver mientras caminaba de regreso a la cama.

— ¿Thomas estás celoso?— le pregunte mientras apoyaba mis rodillas en la cama para después comenzar a gatear hacia él. Se sentó sobre el acolchado y con un rápido movimiento logro que yo terminara recostada, sostenía mis brazos a mis costados, mientras que se acercaba peligrosamente a mi cuello, solo lo rosaba con la punta de su nariz, haciendo que su respiración me acariciara provocando a mis hormonas.

— ¿Y que si lo estoy?— susurro sensualmente en mi oído, al mismo tiempo daba ligeras mordidas en el lóbulo de mi oreja.

—Yo solo...— trate de decir cuando ya se había apoderado de mi celular — ¡Thomas Bradford!— le dije sentándome — ¡Devuélvemelo!— le indique seriamente, pero ignorando mi indicación, miro la pantalla la cual decía'Una llamada perdida de: Chris' ..

—Chris...— dijo con fastidio, me regreso el celular y se volvió a acostar, cruzo sus brazos sobre su almohada y se volteo. Se había molestado.

Mire el mensaje que también era de Chris y reí 'Carla acepto salir conmigo... deséame suerte' presioné responder y escribí 'No necesitas que te la desee, ¡se que la tendrás!'. Apague el celular y lo deje sobre la mesa de noche. Volteé y Thomas seguía en la misma posición.

—Thomas...— le llame mientras acomodaba su cabello el cual ya estaba un poco más largo, pero igual me fascinaba. Pero no hubo respuesta de su parte —'Carla aceptó salir conmigo, deséame suerte'— cite lo que decía el mensaje —Eso decía...— di un beso en su brazo y me recosté dándole la espalda tal y como él lo hacía conmigo.

No quería que se molestara conmigo, pero no le explicaría más. Ni siquiera tiene por que pedirme explicaciones. No es mi novio, al menos yo no recuerdo que hubiéramos quedado en ese término.

Un constante movimiento en la cama me saco de mis pensamientos, de pronto sentí que Thomas me abrazaba.

—Perdóname pero es que no me gusta que te hable tanto...— me dijo acariciando mi estomago.

—Sabes bien que entre él y yo no hay absolutamente nada y no me gusta que me trates asi, cuando yo cambie mi forma de ser por ti...— le dije sincera, ya que yo había dejado mi orgullo y berrinches a un lado para que no peleáramos pero él a la primera saca a relucir su bipolaridad

—Es que solo te quiero para mi...— me dijo mientras me hacía que girara para quedar frente a frente

—Eres un tonto...— le dije riendo pasando mis brazos por su cuello y poder unir nuestros labios, sin siquiera pedir autorización, adentro su carnoso y exquisito miembro en mi boca, tanto como su miembro y el mío debatían en una pequeña guerrilla, tan satisfactoria como las caricias que Thomas proporcionaba sobre mi pierna...

—Te imaginas que tus padres llegaran y nos encontraran asi...— me dijo riendo después de separarse de mis labios

—Creo que mi madre se desmallaría, mi padre se quedaría en shock y Ana se reiría...— le dije imaginando la escena —Pero... están a kilómetros de aquí... asi que no hay nada de qué preocuparse...— le dije mordiendo mi labio inferior.

—Eso me agrada...— dijo pícaramente atacando mis labios, lo tomaba de la nuca para dar mayor intensidad al beso y que no pudiera alejarse de mis labios, aunque estoy cien por ciento segura de que alejarse no estaba entre sus planes.

El NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora