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Jongin salió frustrado de la sala de interrogatorios. Ni los parches, ni los chicles ni el trabajo lograban que se olvidase del maldito tabaco. Llevaba ya una semana así, y los resultados hasta entonces habían sido buenos, pero él tenía la sensación de que eso no era suficiente. En cualquier momento iba a recaer, y no podía permitir eso.

Caminó rápidamente por los pasillos dirigiéndose a la salida de emergencia más cercana, pero al pasar por delante del mostrador de la segunda planta, donde Minseok lo miraba expectante, declinó la idea. Todos en la oficina sabían que Jongin había dejado de fumar, y que le estaba costando no caer en la tentación. Dio media vuelta sin poder decir nada ante tantos ojos puestos en él.

Se tomó un descanso en el baño, donde se lavó la cara para despejarse. Mirándose al espejo suspiró y se volvió a colocar las mangas de su traje con destreza. Por alguna extraña razón hoy no le apetecía encontrarse con Chanyeol. No sabría qué decir, además él se había vuelto monotemático desde la desaparición de su marido. Sabía que su amigo necesitaba despejarse, pero no lo haría hasta encontrarlo, por lo que decidió evitarlo hasta que eso sucediera.

Jongin estaba convencido de que Baekhyun aparecería. Siempre había sido muy despistado. Se le habría acabado la batería del móvil o algo por el estilo y no podría haber avisado a Chanyeol. Sin embargo el otro estaba desesperado, lo cual era lógico. Su humor había cambiado a peor. No comía, ni bebía, ni siquiera dormía. Se alimentaba a base de cafés y no salía de la comisaría salvo para iniciar otra vez la búsqueda.

A veces pasaba por casa para ver si Baekhyun había vuelto, pero dejó de hacerlo para no deprimirse. Jongin solía dormir en ella. Chanyeol se lo pidió como favor personal. Él era el único de sus amigos que sabía hablar con lenguaje de signos, por lo que, si volvía Baek, sabría entender dónde había estado. La situación de aquella pareja ya era difícil de por sí, y ahora andaba complicándose más y más.

Para desgracia de Jongin, Chanyeol entró por la puerta del baño con la cabeza gacha y un café en la mano derecha. Jongin fingió interés.

"¿Cómo vas...?"

"Nada, no tenemos nada" se apoyó frustrado en el lavabo. "El solo hecho de pensar que alguien le haya hecho algo..."

"¿Lo dices por el caso de Bae?" Chanyeol asintió. "A Baekhyun no le pasaría nunca eso, no te pongas en lo peor."

"Jongin, no puede gritar, no puede defenderse, ¿cómo iba alguien a darse cuenta de que le estaban haciendo daño? Atacar a una persona muda es muy fácil..." suspiró.

Jongin no supo qué más hacer. Eso era lo que más lo exasperaba, el no poder ayudar a su amigo. Le palmeó la espalda levemente mientras se la acariciaba y salió de allí sin poder decir nada más. Chanyeol en el fondo tenía razón, Baekhyun era muy fácil de raptar. Pero él sabía que estaba bien, algo en su interior se lo decía.

Entró en su despacho de nuevo a las cinco en punto. Rodó los ojos al ver que su paciente ya estaba recostado en el diván, como de costumbre. Se sentó pesadamente a su lado y tomó la libreta que había en la mesa.

Oh Sehun:

Quinta sesión

Observó a aquel chico, y estaba más delgado y pálido que la semana pasada. ¿Cómo era eso posible? Jongin sabía que Sehun no se estaba tomando las pastillas que le recetaba, porque eran vitaminas, pero su paciente no quería eso.

"¿Cómo te encuentras hoy?" preguntó.

"Quiero romper cosas" declaró secamente.

Jongin sonrió de medio lado levemente mientras apuntaba algo en el cuaderno. Las ojeras de Sehun se habían agrandado mucho desde la última sesión.

Dada || Kaisoo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora