XII

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Sehun:

Tras varias semanas después de aquel encuentro en mi casa, conseguí que Baechu me volviera a mirar de nuevo. Estaba avergonzada por su comportamiento, cosa que no entendía. Lo de aquella noche fue sin duda la mejor experiencia que había tenido en mi vida. El hecho de que ella fuera mayor que yo solo lo hacía todo mucho más delicioso. A Irene le torturaba la idea de pensar que alguien tres años menor que ella pudiera volverla tan loca como en aquella ocasión. Y es cierto, no se contuvo ni un poco, se mostró tal y como era ella.

En el taller de teatro, por fin pudimos representar Romeo y Julieta en la primera actuación de la temporada. Yo estaba más que nervioso, no porque pensase que me iba a salir mal ni nada por el estilo, eso era prácticamente imposible, sino porque después de la actuación le iba a pedir a Joohyun que fuera mi novia. No ansiaba nada más que eso, solo podía pensar en ella. Mi mente estaba todo el rato pendiente de una cosa: Irene, Irene, Irene.

Ver sus labios vestidos con carmín rojo titubear me hizo saber que ella estaba esperando ese momento desde hace mucho tiempo también. No me dijo ni sí ni no, solo se limitó a mirarme detenidamente durante cinco minutos, apreciando cada parte de mi rostro, y me dijo aquello que hizo a mi corazón más que feliz:

"Eres como un ángel... Tu piel me hace llorar..."

Se acercó lentamente y me acarició la mejilla justo antes de besarme. No podía con la emoción, la alcé por encima del suelo y di mil vueltas con ella en mis brazos. Las palabras para ella eran difíciles, no hacía falta que me lo dijera. Sentía como si la conociera de toda la vida, había algo que nos unía en el tiempo, para siempre y por siempre.

La vida como novio de Bae Joohyun era inesperada y dulce al mismo tiempo. Me encantaba entrar en su clase nada más terminaba para que todas las chicas me mirasen al pasar. Yo sonreía y las veía cuchichear, casi gritar a los cuatro vientos lo guapo que era. Entonces, sacaba un sandwich delante de todo el mundo, me paraba en frente de Irene sonriendo y se lo extendía para que lo cogiera.

"¿Comemos juntos?" decía yo, casi riéndome, mientras la miraba a los ojos.

Entonces podías ver claramente la desilusión en las miradas del resto de chicas, y a una Bae Joohyun bastante colorada. Siempre agarraba el sandwich agachando la cabeza, cogía mi mano y nos sacaba de allí corriendo. Odiaba que hiciera eso, pero yo no lo podía evitar, adoraba ver cómo todo el mundo sabía que éramos pareja.

Después se soltaba de mí, y sin decir nada, seguía andando hacia fuera de la universidad. Yo no era tonto y la seguía, sabía que era lo que ella quería. Normalmente se paraba a los dos kilómetros, cuando estábamos dentro del bosque que hay al lado de la carretera. Allí esperaba a que yo llegara y se me quedaba mirando. Desenvolvía el sandwich sin perder el contacto visual, se sentaba y le pegaba un mordisco. Luego, me daba el resto a mí.

Cuando yo terminaba de comerlo, aún con él en la boca, me la comía a besos. Sí, yo también tenía mis rarezas, pero creo que eso solo la alentaba más a seguir conmigo. Sabía que nadie la haría sentir de esa manera. Después aprovechaba para estirarme y nos quedábamos allí otro buen rato, en silencio. A veces yo le cogía la mano, otras me tumbaba en su regazo y ella me acariciaba el pelo. Era tan reconfortante que nos pasábamos allí horas hasta que anochecía. Luego, como un buen caballero, la acompañaba a su casa para que no le pasase nada. Siempre me despedía con un beso cortés en la mano y una mirada penetrante que, en el fondo, la intimidaba.

Dada || Kaisoo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora