XIV

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Chanyeol, Jongin y Kyungsoo pasaron rápidamente por casa del joven Oh Sehun para recogerlo. Él apenas había oído las indicaciones de que estuviera listo en quince minutos en la puerta de su casa, pues iban a recogerlo allí. No tenía ni idea del propósito de su psiquiatra y el jefe de policía de Seúl, pero estaba seguro de que algo importante pasaba para que lo llegasen a llamar a aquellas horas.

Cuando entró en el coche, se sentó al lado de Kyungsoo, a quien hizo una leve reverencia con la cabeza. La verdad es que se preguntó por qué estaban los dos en ese coche cuando sabía perfectamente que la mente del escultor era más inestable que un balancín, sin embargo, decidió confiar. Se agarró al asiento para mirar a los dos hombres que había sentados en los asientos delanteros:

"¿Por qué estamos aquí si puede saberse? Mi cita no es hasta dentro de dos días, doctor Kim."

"Sehun" se volvió Jongin a mirarlo. "Cuando te enseñamos el aspecto de Yifan nos dijiste que no fue el agresor de Joohyun, ¿cierto?"

"Así es" dijo un tanto incómodo. "No entiendo qué es lo que me quiere decir."

"Necesitamos que reconozcas a una persona más, de nombre Kim Junmyeon."

Sehun empequeñeció los ojos al oír eso. Aquel nombre le sonaba lejano, pero lo reconocía entre las paredes de su memoria. Tragó saliva y miró hacia abajo sin fuerza.

"Es imposible..." susurró.

"No lo es, pero por si lo fuera, tenemos que asegurarnos, ¿estás con nosotros?"

Sehun apenas asintió con la cabeza, cosa que hizo que Chanyeol arrancara el coche patrulla de nuevo. Se escuchó durante todo el trayecto la radio policial indicando el caso, y que todos los coches se reunieran en el destino final, para así poder llegar ellos más rápido. Iban a necesitar refuerzos, por si acaso. No sabían lo que se iban a encontrar, pero dado que era el día libre de Junmyeon, se esperaban cualquier cosa. Aunque, para ser exactos, Jongin solo deseaba equivocarse de hombre y que todo fuera una mera coincidencia.

Al aparcar en la dirección miraron la casa, y pensaron que no podía ser. Aquello estaba demasiado centralizado como para que viviera un asesino en serie. Chanyeol se negó a entrar sin antes comprobarlo, y entonces vieron salir a Junmyeon de allí.

"Mira" susurró el policía.

Éste, que no se había percatado de la presencia del coche de policía a unos veinte metros de él, se montó en el suyo propio y arrancó. Chanyeol esperó un tiempo y llamó por teléfono a la oficina general del Estado.

"Soy el agente de policía Park Chanyeol, necesito que me localicen el rastro de una matrícula."

Fueron cuestión de segundos y ya tenían la localización en movimiento del vehículo. Una vez así, se volvieron a poner en marcha. Entonces Jongin, mirando el mapa, se dio cuenta de que iban hacia el sureste de Seúl. Cada vez estaban más alejados del centro, y cuánto más avanzaban, más grande era el punto del coche. Tras media hora de trayecto, perdidos en la nada, divisaron una pequeña casa abandonada entre árboles, bastante bien situada. A sus pies, estaba aparcado el coche de Junmyeon en mitad del camino. Había sido una temeridad traer a Sehun y a Kyungsoo, pero en el fondo los necesitaba a ambos en aquel momento.

Se bajaron, intentando no hacer ruido, y avanzaron por el bosque. En aquel momento no supieron qué hacer. Solo esperaron agazapados un rato, cuando vieron que Junmyeon salía de la casa, adentrándose entre los árboles. Aprovecharon esa ocasión de oro y fueron a la casa corriendo. Chanyeol se quedó el último de todos, pues llevaba la pistola, y tenía que proteger a todos.

Uno por uno fueron entrando en la casa, y todos tuvieron la misma reacción. Cuando Chanyeol estaba por entrar, notó cómo Jongin lo llamaba en una especie de susurro. Entonces, algo se removió dentro de él. Avanzó, apartando a la gente, y su boca titubeó mientras las lágrimas comenzaban a caer.

Dada || Kaisoo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora