A la mañana siguiente Melissa entro a mi habitación y me despertó acariciándome la cabeza con dulzura, me dijo que me cambiaría el pañal antes de que subiera Luis. Puso el seguro en la puerta y me quito las cobijas de encima.
Toco la parte delantera de mi pañal que estaba completamente llena, después me puso boca abajo y me olio las pompis, dijo que era para asegurarse de que no me hubiera hecho popo durante la noche, me pareció exagerado pues nunca me había hecho popo en el pañal. Me quito el pantalón del pijama y me dejo solo con el abultado pañal con dibujos de plaza sésamo.
Me quito las cintas y después bajo la parte de enfrente, me levanto las piernas y saco el pañal, después lo hizo bolita y lo puso a un lado. No me había dado cuenta que en la mesita de noche había un bote de talco y un pañal nuevo, seguramente lo puso cuando llego y yo aún estaba dormido. Le dije que no tenía que usar pañal durante el día, pero ella insistió en que si ayer había tenido un accidente hoy podría volver a ocurrir, además que iríamos al parque de diversiones y si en el camino de ida o de regreso me dormía en el auto lo más probable era que me mojara y todos se enterarían. Me pareció un buen argumento, además que hace mucho tiempo que no iba a un parque de diversiones y me emociono mucho la idea, nunca me había subido a ningún juego fuerte pues a mi madre no le gustaban.
Melissa me puso el pañal como la noche anterior y me dijo que le sacara la ropa que quería ponerme ese día para que ella me la pusiera, saque mi ropa y la puse sobre la cama, ella me vistió y me puso los zapatos, en ese momento escuche como venía subiendo Luis por las escaleras, así que le dije que se llevara el talco y el pañal sucio. Ella saco todo y se fue a su habitación antes de que Luis llegara.
Luis aún tenía el pijama puesto, me dijo que bajara a desayunar porque íbamos a ir al parque de diversiones, me pregunto porque estaba vestido ya y le dije que me había levantado temprano. Baje con él y la mesa ya estaba puesta, desayunamos y en menos de una hora ya estábamos todos en el auto.
Melissa fue la última en subir al auto, yo estaba nervioso pues traía un pañal puesto y si tenía que ir al baño en el parque de diversiones no me lo podría bajar como mis calzoncillos, tendría que quitármelos y volverlos a poner y la verdad no sabía cómo hacerlo.
Llegamos al parque de diversiones y todas mis preocupaciones se desvanecieron. Había un montón de atracciones geniales y juegos de todo tipo. Me fui con mis primos a todos los que pudimos, Melissa se subió a la mayoría con nosotros. Llego el momento que temía, me entraron ganas de hacer pipí, estábamos formados en la fila de un juego genial , no quería ir solo al baño pero tampoco quería que Luis o alguno de mis primos me acompañara ya que podrían descubrir que traigo pañal, tampoco quería salir de la fila porque difícilmente nos volverían a dejar pasar ya que era enorme, decidí entonces esperar hasta que saliéramos del juego, además que el baño estaba muy cerca, desde donde estaba lo podía ver.
Pasaron los minutos y por fin nos tocó el turno de entrar al juego, era increíblemente fuerte, la montaña rusa más grande que había visto. Nos subimos a un carro cada quien y nos ajustaron fuertemente los cinturones, la chica que ajusto el mío paso el cinturón entre mis piernas y lo abrocho, creo que sintió el acolchado de mi pañal, pues se le escapo una sonrisa en cuanto lo estaba abrochando, tal vez fue solo mi imaginación pero estoy casi seguro que lo noto.
El carro de la montaña rusa comenzó a subir y todo era emoción, al momento del descenso todos empezamos a gritar de la emoción y después de unos segundos que parecieron minutos, el carro se había parado en el mismo lugar de donde salió. Me desabroche el cinturón para salir del carro y pude notar que mi pañal estaba pesado y muy abultado, me había orinado en el trayecto y de la emoción ni siquiera lo había notado.
Al salir Melissa me aparto un poco de los demás para revisarme el pañal, me pregunto que si tenía ganas de hacer pipí y le respondí que me había hecho durante el juego, ella sonrió y me dio un beso en la mejilla, y me dijo que no me preocupara que ella había llevado pañales limpios para cambiarme. Me dijo que me llevaría al baño para quitarme le pañal con pipi y ponerme uno seco.
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Vacaciones y Pañales
Teen FictionJorge tiene 11 años y aun moja la cama. Pasará un par de días en casa de sus primos. A causa de un pequeño accidente su prima mayor decide que no solo deberá usar pañales en la noche si no tambien de día.