Parte 44

692 23 1
                                        

- ¿A qué te refieres con eso?
- ¿Creías que él sería diferente? Eres muy ingenua.
- ¡No pienso creer nada de lo que dices!
- ¿No me crees? ¿y cómo explicas que no este aquí aún?
- Tal vez se retraso.
- ¡Oh por favor Tania, DESPIERTA!
- Hace tiempo que deje de creer en ti.
- ¿Y a él si le crees?
- Sí, me ha demostrado que en él sí puedo confiar.
- ¡Él es una farsa! ¡Te ha mentido tal como lo hice yo!
- ¿De que hablas?
- Por favor, su vida no existe. La historia de su madre con mucho trabajo y su padre que jamás lo conoció es la historia más antigua del planeta.
- No entiendo.
- ¡Su madre murió! La mujer que vive con él es su tía, no su madre. Ella es la razón por la que se unió a los extorsionistas. ¿Por qué crees que no puso a alguien a cargo para vigilarla? ¿Por qué crees que prefería estar contigo que en su casa?
- Pero eso no muestra que...
- ¿Qué dices sobre el hecho que jamás te lo contó? Si te tenía tanta confianza y te quería tanto como piensas ¿Por qué ocultartelo?
- ¡No caeré en tus juegos Eduardo!
- ¿No me crees? Dejemos que él te lo diga.
Al decir eso sacó su celular y puso una videollamada con Luke.
- ¿Luke? ¿qué esta pasando? ¡Dime que lo que dice Eduardo no es cierto!
- Tania yo... ¡Te mentí! Nunca me salí de los extorsionistas, fue todo un plan. Mi trabajo era ganar tu confianza y traerte hasta donde estás.
- ¿Y todo lo que pasamos?
- Nada fue real, era trabajo nada más. ¡Lo siento, así es la vida! - dijo apagando su celular.
En ese momento mi corazón no soportaba más, sentía que iba a explotar. La tristeza no pudo más conmigo así que rompí a llorar cayendo de rodillas al suelo
- ¿Estás bien linda? - fingió interés el sujeto junto a mi.
- ¡Alejate de mi! ¡Te odio! Desde que tú llegaste a mi vida he sufrido cada día.
- Que puedo decir, no es mi culpa que no sepas escoger a tus amigos.
- ¿Qué quieres? ¿Por que haces esto?
- Sólo quiero divertirme ¿Es un crimen? - dijo riendo como un demente, de pronto empecé a creer que los rumores sobre su salud mental eran ciertos.
- ¡Si dañas a alguien para divertirte si! - me alejé.
- ¡Oh pero si no te haré nada!  - dijo rozando su mano por mi mejilla.
¡ALEJATE DE ELLA! - dijo un policía nocturno apuntándolo con su arma.
Eduardo corrió por los árboles hasta desaparecer, mientras el policía se acercaba a mi para socorrerme.
¿Estás bien? - preguntó. No pude responder estaba en shock. ¿Me habían fallado de nuevo?
Sentí que de repente todo a mi alrededor se movía y de repente la voz del policía se distorcionaba. Lo último que recuerdo fue ver a dos socorristas correr hacia mi con una camilla.

Tres horas después desperté en una sala blanca, estaba en una camilla y tenía puesta una bata, junto a mi había un aparato que emitía un sonido marcando el latir de mi corazón. Me intenté levantar pero mi padre me detuvo.
- ¿Papá, qué pasó?
- Te desmayaste hija.
- ¿Dónde, dónde esta Luke? - tartamudie
- No lo sé - dijo frío.
- ¿y Eduardo?
- No lo encontraron, parece que se esfumó.
- ¡Me falló papá! ¡Me falló!
- No pienses en eso ahora hija, duerme mañana te darán de alta.
Así lo hice, en la mañana mamá y Lily estaban en la sala de espera mientras mi padre me llevaba hacia ellas.
Fuimos al auto y luego a mi casa, mis padres se veían unidos. Papá había llevado sus cosas de nuevo, dijo que era para mientras mejoraba así que no pregunte más.

Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora