Yo Tuve Toda La Culpa

Capítulo 23

Empecé a desesperarme y ha actuar como una esquizofrénica, el taxista me comenzó a mirar raro y entonces me dijo:

-Bájese del taxi, señorita.

....

No escuché muy bien lo que dijo, llegué a entenderlo después de unos segundos, bajé y no le pagué, pero de todas maneras el taxi se fue. Dejaron de sonar aquellos susurros, me di cuenta que era la voz de Carolina, ¿Cómo es que esa niña se me presenta en varias ocasiones, si ella ya está muerta?, no lo entendía pero hasta ahora todo lo que ella ha dicho, es cierto.
Ya estaba a pocos metros de mi casa, el taxi me dejó muy cerca, así que tomar otro sería pérdida de dinero, me fui caminando. Cuando llegué nadie estaba en casa y en ese momento me pregunté en donde diablos se encuentra Samantha, entonces se me ocurrió llamarla.

-¿Samantha?

....

Ella descolgó y luego al escuchar mi voz, me cortó la llamada. Decidí darme una ducha, cambiarme, comer algo y luego salir a visitar a mi madre en la cárcel.
Después de hacer todo eso salí de mi casa y decidí irme en bicicleta, ya que la prisión donde estaba mamá no se ubica tan lejos de donde vivo.
Llegué unos 10 minutos después y ya eran las 9:38 a.m.
Al entrar a la prisión, le pregunté a un guardia si sabía donde estaba mi madre y el me respondió que si, me dijo en donde estaba ella y que tenía que hacer para poder entrar a una sala y conversar las dos solas.
Lo que tenía que hacer era presentar una partida de nacimiento, mis datos y otras cosas más... Yo no llevaba todo eso en ese instante, pero me sirvió de mucho sólo mis datos, me dejaron pasar y me dieron 15 minutos para conversar con mi mamá.
Entré a la sala y nerviosa me senté a esperar que mi madre llegue, cuando ella entró, se veía; deshaciada, un poco desnutrida y con el pelo maltratado como si hubiese tenido una pelea antes de entrar.

-H-Hola mamá.

-Hola, cariño-. Dijo con una sonrisa malévola en su rosto.

-¿Qué te pasó aquel día? ¿Por qué trataste de estrangularme?

-Yo no traté de estrangularte, sólo eran unas caricias de madre a hija, cariño-. Dijo y empezó a sobarme la mejilla, con la misma sonrisa desde que la vi.

....

¿Qué le pasaba? ¿A caso estaba loca? Esa no es la madre de hace algunos meses... Y no lo digo sólo por el día que trató de estrangularme, si no que ella ha estado actuando diferente los últimos meses, ya no es la madre cariñosa y gentil de antes.
Agarré su mano y la aparté de mi cara.

-Mamá, ¿Cómo que fueron caricias?, pues por esas caricias estuve en un hospital por casi 4 días, y eso que tuve que escaparme ya que si no hubiera estado... Quién sabe cuánto tiempo.

-Cállate-. Me respondió y puso una cara demasiado seria y rencorosa, que jamás había visto en ella.