QUE COMIENCE EL JUEGO

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Ino: (Sonriendo.)
Pero por allí veo venir al reverendo Yahiko.

MISS Konan: (levantándose y avanzando.)
¿El reverendo Yahiko? ¡Qué alegría verle por aquí!

(Entra el reverendo Yahiko.)

Yahiko:
¿Qué tal, qué tal vamos? Supongo que todos bien, ¿verdad, miss Konan?

Ino:
Precisamente miss Konan se quejaba, cuando llegó usted, de un poco de jaqueca. ¿Verdad que le sentaría bien dar una vueltecita con usted por el parque?

MISS Konan:
¡Pero, Ino, yo no he dicho una sola palabra de jaqueca!

Ino:
Sí, mi querida miss Konan; pero yo sé que tiene usted un poco de jaqueca. Como que antes de que llegara el reverendo no pensaba en otra cosa. Eso era justamente lo que no me dejaba prestar atención a la lección de alemán.

Yahiko:
Espero, Ino, que no será usted una niña desaplicada.

Ino:
¡Ay, sí, señor, mucho lo temo!

Yahiko:
Es raro. Si yo tuviera la suerte de ser un discípulo de miss Konan, estaría siempre pendiente de sus labios.

MISS Konan: (Ruborizándose y abriendo mucho los ojos.)
¿Eh?

Yahiko:
Hablo metafóricamente. Una metáfora tomada de las abejas. ¡Jem!... ¿Y míster Akasuna, no ha regresado todavía?

MISS Konan:
No lo esperamos hasta el lunes por la tarde.

Yahiko:
¡Ah, sí! Es verdad; no me acordaba que suele pasar los domingos en la ciudad. Míster Akasuna no es uno de los hombres que sólo piensan en divertirse, como, según parece, es ese infortunado joven hermano suyo. Pero, en fin, no quiero distraer por más tiempo a Konan y su discípula.

MISS Konan:
¿Konan? Me a ofendido, soy miss Konan, mi reverendo.

Yahiko: (Haciendo una pequeña reverencia.) Es una simple alusión clásica, tomada de los autores paganos. ¿Tendré el gusto de verla a usted esta tarde en la oración?

MISS Konan:
¿Y si diéramos ahora una vueltecita? Me parece, en efecto, que tengo un poco de jaqueca, y quizá un paseíto me sentase bien.

Yahiko:
¡Encantado, miss Konan, encantado! Podemos ir hasta la escuela, y desde allí volver.

MISS Konan:
Muy bien pensado. Usted, entretanto, Ino, me hará el favor de estudiar su lección de economía política. El capítulo sobre la baja de la rupia puede usted saltarlo. Es demasiado sensacional. Hasta estos problemas financieros tienen su parte melodramática. (Se aleja por el jardín en compañía del reverendo Yahiko.)

Ino:(Cerrando los libros y tirándolos sobre la mesa.)
¡Al diablo la economía política! ¡Al diablo la geografía! ¡Al diablo el alemán!

(Entra Nagato  con una tarjeta sobre una bandeja.)

Nagato:
Míster Sasori Akasuna no acaba de llegar de la estación. Trae consigo el equipaje.

Ino: (Cogiendo la tarjeta y leyéndola.)
"Míster Sasori Akasuna no, Arena, 4" ¡El hermano de tío Jack! ¿Le ha dicho usted que el señor estaba en la ciudad?

Nagato:
Sí, señorita. Y ha parecido muy contrariado. Le dije entonces que usted y miss Konan estaban en el jardín, y ha contestado que tenía mucho interés en hablar a solas con usted un momento.

Ino:
Dígale usted a míster Sasori Akasuna no que pase aquí. Y me parece que no estaría de más que encargase al ama de llaves que fuesen preparando el cuarto.

Nagato:
Se hará lo que manda la señorita. (Sale.)

Ino:
¡Ay! Todavía no he conocido a ningún mal sujeto de veras. Casi me siento asustada. ¿Y si se parece a todos los demás hombres? (Entra Deidara muy resuelto y satisfecho.) ¡Y se parece!

Deidara:  (Descubriéndose.)
Usted es mi primita Ino, si no me equivoco.

Ino:
No, señor, no se equivoca usted. Aunque estoy bastante crecida para mi edad, soy su primita Ino. Usted, ya he visto por su tarjeta, que es el hermano de mi tío Jack, mi primo Sasori, el perdido de mi primo Sasori.

Deidara:
¿Perdido yo? No, no, prima Ino. No vaya usted a pensar que yo soy un perdido.

"LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SASORI..." - SASOSAKU INODEI 《TERMINADO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora