Ino:
Pues si no lo es, nos ha estado usted engañando a todos del modo más imperdonable. Supongo que no habrá usted llevado una doble existencia, echándoselas de perdido y siendo luego una persona decente, ¿eh? Eso sería una hipocresía.Deidara: (Mirándola estupefacto.) ¡Caramba, caramba!... Sí, la verdad es que he sido un poco aturdido.
Ino:
Celebro saberlo.Deidara:
Sí; ahora que me hace usted pensar en ello, comprendo que he sido una pequeña calamidad.Ino:
No creo que sea un motivo para envanecerse; aunque, seguramente, debió de ser muy agradable para usted.Deidara:
Mucho más agradable es estar aquí con usted.Ino:
Lo que no comprendo es por qué está usted aquí. El tío Jack no estará de regreso hasta el lunes por la tarde.Deidara:
¡Qué contrariedad! Precisamente tengo que irme en el primer tren de la mañana del lunes. Tengo una cita de negocios que sentiría muchísimo... no perder.Ino:
¿Y no podría usted perderla en otro sitio que en la ciudad?Deidara:
No; la cita es en la ciudad.Ino:
Sí, ya sé lo importante que es no acudir a una cita de negocios si se quiere conservar cierto sentido de la belleza de la vida; pero, no obstante, creo que haría usted mejor en aguardar al regreso del tío Jack. Sé que desea hablar con usted de su emigración.Deidara:
¿De la emigración de quién?Ino:
De quien va a ser; de usted. Ha ido a la ciudad a comprarle el equipo.Deidara:
¿El equipo? Por nada del mundo le dejaría yo a Jack comprarme el equipo. Es de un gusto lamentable, sobre todo en cuestión de corbatas.Ino:
¿Y qué falta le van a usted a hacer las corbatas en Australia?Deidara:
¿Australia? ¡Antes la muerte!Ino:
Pues el otro día, el miércoles por la noche, dijo en la mesa que tendría usted que elegir entre el otro mundo y Australia.Deidara:
¡Ah, no, no! Las noticias que he recibido de Australia y del otro mundo no son para animar a nadie. Me contento con este mundo, prima Ino; es bastante bueno para mí.Ino:
Sí; pero y usted, ¿es bastante bueno para él?Deidara:
¡Ay! Temo que no. Por eso quiero que usted me ayude a mejorar. Usted podría hacer de esto su misión en la tierra, prima Ino.Ino:
Me parece que no me queda tiempo esta tarde.Deidara:
Bueno; ¿prefiere usted entonces que me mejore yo mismo?Ino:
Un poco quijotesco sería; pero debía usted probar.Deidara:
Probaré. Ya me siento mejor.Ino:
Pues tiene usted peor cara.Deidara:
Es que tengo hambre.Ino:
¡Qué cabeza la mía! ¡No haber pensado que cuando uno se dispone a emprender una vida completamente nueva se necesita una alimentación abundante y sana! ¿Quiere usted que entremos?Deidara:
Gracias. ¿Podría usted darme antes una flor para el ojal? Es condición indispensable de mi apetito la flor en el ojal.Ino: (Cogiendo unas tijeras.)
¿Una mariscal Niel?Deidara:
No; preferiría una rosada.Ino: (Cortando una rosada.)
¿Por qué?Deidara:
Porque parece usted una rosa rosada, prima Ino.Ino:
No creo que esté bien que me hable usted así. Miss Konan jamás me dice esas cosas.
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"LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SASORI..." - SASOSAKU INODEI 《TERMINADO》
Fanfiction¿Qué serias capaz de hacer por la persona que amas? ¿Hasta donde mentirias? He de aclarar que la historia no es mía, es de la novela de Oscar Wilde, "La importancia de llamarse Ernesto", solo he agregado algunas cosas para profundizar el trama y a...