Héroes como Piratas | #PremiosPJOyHOO

Capítulo 39: Confianza

¡Gracias por los 29 y 30K! El capítulo es un poco corto pero este es el principio del final. El primer capítulo de mi otra historia ya fue subido y pronto el segundo. Aquí vamos:

Luke dio unos pasos hacia Annabeth, bajo la atenta mirada de todos.

- Annabeth es bueno verte, estaba tan preocupado por ti.

- ¡Alejate! - Le gritó Percy

- Annabeth - Luke formó una sonrisa tranquilizadora - Debes estar tan asustada y confundida. Estos piratas simplemente te tomaron, solo puedo imaginarme las cosas que te deben haber dicho o hecho pero debes recordar que yo no soy el enemigo. Tu familia, todos quieren verte. Les prometí que te llevaría a casa. Solo debes confiar en mi.

Annabeth miro a Percy y luego volvió su vista a Luke. Él siempre había estado con ella, desde pequeños fueron amigos.

- Yo... ¿Para que quieres esto, Luke? - Le preguntó Annabeth levantando el frasco de la cura.

- Es la cura ¿verdad? Ya lo creía. Conozco la leyenda, Annabeth. Tu mismisimo padre me la contó cuando era un niño. Cuando hacía este viaje tras de ti me di cuenta de lo que estaban buscando. Todas las paradas que hacían, todo empezó a tener sentido. Y, respondiendo a tu pregunta, no quiero la cura para mi, la quiero lejos de ellos. Solo los dioses saben que quieren hacer con ella, podría ser catastrófico, dámela y así la mantendremos lejos de sus sucias manos.

- Aquí el único que quiere una catástrofe eres tu, Luke - Gruñó Percy.

- No tengo idea de que hablas.

- Ella te conocía, dijo que tenias planes con la cura. - Dijo Annabeth, él la miró confundido. - Piper.

- ¿Piper? - Luke frunció el ceño.

- Luke, mira por allí. - Octavio, su siempre presente compañero estaba detrás de él señalando donde Piper se encontraba con Jason delante de ella.

- ¿Qué tal? - Piper sonrió falsamente.

- ¡Oh si! Piper, la bella Piper. Dejame adivinar lo que te ha dicho. - Luke se volvió hacia Annabeth - Que soy un mentirosos, que quiero el mundo entero para mi, bla, bla, bla, basura. No puedes creer lo que dice, Annabeth. Me hice amiga de ella una vez, bueno nos hicimos amigos, ¿Cierto Octavio? - Él asintió dándole la razón. - Pero luego tuve que separarme de ella ¿Sabes por qué? Ella engañaba a las personas para robarles. Siempre estaba tan resentida, tan enojada porque el niño lindo no quiso dejar el barco con ella, aunque ahora veo que lo tiene de vuelta. No me sorprende, ella es una buena manipuladora.

- ¡Tu podrías saberlo bien ya que eres el más grande manipulador de todo el lugar! No lo escuches, Annabeth, confía en nosotros. - Piper dijo desde su lugar.

- ¡Cállate! - Le gritó Octavio.

- ¡Dioses! No puedes confiar en ellos, Annabeth. Son piratas. Mienten, roban, destruyen y todo eso les divierte. No creo que ni les importe un compañero caído. - Luke señaló donde había muerto Reyna. - No has estado ni un mes con ellos y yo siempre he sido tu amigo, nunca te mentí ni lo haría.

Luke tenía un punto. Ella no los había conocido por mucho tiempo, no sabía totalmente de lo que eran capaces. Y eran piratas, tal vez había planeado todo desde el principio. El secuestro, las historias, pueden haberla engañado para que ella los llevara hasta la cura. Aunque en serio le empezaba a gustar ese grupo, Luke era la persona en la que más confiaba, tenía más sentido pensar que le mintieron.

Ella empezó a caminar hacia él, Luke le sonrió y extendió su mano.

- ¿Annabeth que haces? - Percy la miraba sin poder creerlo.

- Confiando en quien siempre lo hice. - Dijo para luego colocar el frasco con el liquido negro en las manos de Luke y abrazarlo.

- Fue una buena elección. - Su viejo amigo le susurró en el oído. - ¡Quiero a todos estos piratas prisioneros! ¡Vayan por ellos! - Ordenó mientras se llevaba a Annabeth fuera de ahí junto con él.

Percy y sus amigos trataron de pelear y defenderse pero los soldados de Luke los superaban en número. Cada uno fue separado de sus armas y llevado hacia el barco que pertenecía a la familia de Annabeth. Octavio sujetaba a Piper y Jason no paraba de gritarle advertencias o amenazas de las que el chico solamente se burlaba.

Los metieron en una celda que era mucho más grande que la del Argo II. En la casi completa oscuridad y con el ruido del océano de fondo, debían idear como salir de ahí. Si es que podían.