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Estoy jodida. Jodida hasta la madre.

No sé como mirar a Justin a la cara y no sentir este incontrolable enojo dentro de mi. Lo detesto por lo qué pasó hace dos noches. Si, dos noches. Ese es el tiempo que ha pasado desde que me vio desnuda y me metió mano en mi habitación. Por Dios siento vergüenza de mí misma por haber caído tan bajo y haberme entregado de esa manera. Pero por lo menos siento alivio de que la situación no pasó a mayores, es decir me sentiría mucho peor si me hubiese acostado con él.

Me odio a mí misma porque a pesar de todo el enojo que siento por lo que pasó me gustó. Joder me gustó que me tocara, que me besara y todas esas malditas cosas sensuales que me dijo. Cada vez que lo veo el deseo aumenta, creí que después de haber hecho esas cosas con él mis hormonas y mis ganas hacia él disminuirían pero fue todo lo contrario, ahora el deseo y las ganas de tenerlo sobre mi dándome placer es mucho mayor. 

Maldita sea la hora en que deje que me tocara.

Dreno toda mi furia o gran parte de ella entrenando, tengo como dos horas seguidas haciendo toda clase de ejercicios y ya mis músculos no dan para más, estoy sometiendo a mi cuerpo a un entrenamiento mayor al que estoy acostumbrada y me temo que si sigo así las consecuencias serán muy graves. 

Salgo del gimnasio y voy hacia mi habitación a darme un buen baño caliente para relajarme. Cuando entro al baño preparo la tina y me quito toda la ropa deportiva para quedar desnuda frente al espejo. Recorro mi propio cuerpo con mi mirada y no puedo evitar pensar en las manos de Justin cuando me tocaron, cuando acariciaron mi piel con tanta naturalidad y sus labios recorrieron y mimaron con tanta pasión cada centímetro de mi piel necesitada.

Me meto en el agua caliente y suspiro al sentir la deliciosa fragancia de las sales y la temperatura cubrir todo mi cuerpo agotado. Me sumerjo no sólo en el agua sino en un millón de pensamientos. No se que haré ahora, ahora más que  nunca quiero irme de la casa porque no quiero ver a Justin, pero a su vez estoy hecha un lío porque solo pensar no ver su estúpidamente hermosa cara todos los días me haría sentir muy mal. 

Mi estómago cruje con fuerza debido al hambre que tengo ahora. Entre al gimnasio muy temprano al despertarme así que ya necesito un muy buen desayuno para recuperar energías. Salgo de la tina y me enrollo una toalla para luego pasar al closet a ver que voy a usar. 

Un jadeo de sorpresa sale de mi boca al ver todo mi closet vacio, los estantes, las gavetas y donde estaban colgadas todas las prendas están vacías. Mis zapatos también desaparecieron y el enojo y la confusión recorren mi cuerpo. Endemoniada bajo las escaleras con la misma pequeña toalla que enrolle en mi cuerpo  mojado al salir de la tina, me importa una mierda si alguien me ve en este estado estoy que hecho humo por las orejas.

Entro en la cocina y Rilda se sorprende al verme semi desnuda y mojada frente a ella.

"¿Puedo saber porque todo mi closet está vacío?" Gruño tratando de calmarme ya que no quiero pagar mi enojo con ella.

La mujer está indecisa en decirme o no. O sea la respuesta será muy mala.

"Justin..." 

Y eso fue todo lo que necesitaba escuchar. Estallo y hago una rabieta como una niña de cinco años y subo las escaleras enfurecida hasta la habitación del idiota de Justin. 

Al entrar no me molesto en abrir la puerta con delicadeza, de hecho es todo lo contrario, se golpea contra la pared con mucha fuerza haciendo que el imponente y hermoso hombre que está delante de mi se sobresalte y me vea con ojos llenos de sorpresa.

"¿¡Porque mierda sacaste mi ropa de mi habitación!?" Grito a todo pulmón. 

Su expresión se ensombrece y me doy cuenta recién de cómo está. Madre mía Olivia contrólate estas enojada no viniste a verlo. 

ALMIGHTY  «JB»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora